Fútbol

La RFEF convoca hoy unas elecciones que quizá no se lleguen a celebrar

Pedro Rocha prevé lanzar hoy el proceso para elegir un nuevo presidente (que querría ser él), con amenazas de impugnación y un proceso abierto en el TAD que ponen en cuarentena los comicios

Pedro Rocha, presidente de la Comisión Gestora de la RFEF.

Pedro Rocha, presidente de la Comisión Gestora de la RFEF. / EP

Sergio R. Viñas

Como el cuento de nunca acabar, el titular ya mil veces escrito y otras tantas veces paralizado en el último medio años, la convocatoria electoral en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) es inminente. En concreto, la previsión, a día de hoy, a esta hora, es que la reunión de la comisión gestora de esta tarde (a partir de las 16.00 horas) finalice con un acuerdo para realizar elecciones a la presidencia del organismo que dejó vacante Luis Rubiales en la noche del 10 de septiembre de 2023.

Si todo sigue el cauce previsto, la RFEF afrontará a partir de esta tarde un proceso para tener un presidente de pleno derecho hasta que finalice el plazo para el que inicialmente fue elegido Rubiales, hasta después de los Juegos Olímpicos de París, que se celebran este verano. Un movimiento que podría haberse producido el día después del forzado cese de Rubiales, pero que se ha ido dilatando por la deficiente gestión de esta interinidad, tanto desde la propia RFEF como del CSD del también dimitido Víctor Francos, presidente del 'ministerio' de Deportes hasta el mes de diciembre.

El registro de la Guardia Civil

El problema, el amplio marco para la duda, es el mismo de siempre. Desde el principio, este desenlace inevitable se ha ido enquistando en pequeños recovecos legales, políticos y hasta policiales que lo han puesto siempre en cuarentena. Viene a cuento el último de los adjetivos porque la convocatoria electoral estaba inicialmente prevista para el miércoles 20 de marzo, el día en que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil entró en la sede federativa en Las Rozas (entre otros muchos lugares) para realizar un registro en el marco del caso Supercopa.

Un agente de la Europol y varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil salen de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Un agente de la Europol y varios agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil salen de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). / EP

Aquel día, pese a la determinación inicial del presidente de la gestora, Pedro Rocha, y de su núcleo de confianza en la RFEF, no quedó más remedio que cancelar el cónclave de la gestora que iba a desembocar en la convocatoria electoral. Hoy, si la Guardia Civil no dice lo contrario, no debería haber mayor problema. Pero este mismo jueves pueden empezar a aparecer los problemas.

El Tribunal Administrativo del Deporte, el siempre imprevisible TAD, estudiará a priori este jueves la petición de inhabilitación de Pedro Rocha que el presidente de Cenafe, Miguel Galán, presentó al CSD para que fuera elevada a este organismo. Si el TAD ve recorrido a la denuncia y le abre expediente a Rocha, el CSD podría suspender provisionalmente. Una decisión que no afectaría legalmente al proceso electoral, pero que lo dejaría tocado estéticamente. ¿Unas elecciones convocadas por un presidente de gestora suspendido que además va a presentarse (o tiene intención de hacerlo) para ser presidente de pleno derecho? Demasiado para lo que ha tenido que soportar la RFEF en los últimos meses, con los casos Negreira, Supercopa y Rubiales (el beso no consentido a Jenni Hermoso) erosionando la imagen del organismo sin parar. Con la FIFA atenta y sin descartar una intervención de la Federación.

Galán amenaza con la impugnación

Pero no acaban ahí los potenciales problemas para Rocha y la RFEF. Porque Galán, el gran azote de la Federación, el hombre al que nadie quería tomar muy en serio hasta que ha quedado demostrado que tenía mucha más razón de la que se le quería otorgar desde aquellos despachos (y los del CSD de Víctor Francos) está dispuesto a impugnar el proceso electoral. Y a simple vista tiene argumentos legales para hacerlo, pues hay asambleístas elegidos en 2020 que han perdido en estos años los requisitos para serlo (como los ex seleccionadores Luis Enrique y Jorge Vilda) y porque la composición de la Asamblea no responden a los criterios de igualdad de género de la actual Orden Ministerial, aprobada este mismo año.

Pedro Rocha y Víctor Francos.

Pedro Rocha y Víctor Francos. / EP

Y es que en esa Orden Ministerial, en la gestión de la misma, radica el pecado original de estas elecciones. Víctor Francos intervino de facto la RFEF a raíz del Pacto de Oliva que desactivó la crisis con las jugadoras de la selección, que se negaban a atender la llamada de la nueva seleccionadora Montse Tomé. Diseñó entonces un plan junto a la RFEF de Rocha (y de Tomás González Cueto, como consejero legal, ahora investigado por presuntos contratos irregulares) que debía desembocar en una convocatoria electoral ordinaria y anticipada. Su previsión, de hecho, es que a estas alturas del año ya hubiera (o casi) un nuevo presidente en la RFEF para los próximos cuatro años.

Pero el TAD, en otro revés al CSD de Francos (su sustituto, José Manuel Rodríguez Uribes, se está dedicando a achicar agua y resolver los marrones heredados como puede), determinó que una gestora no podía convocar esas elecciones sin antes realizar unas parciales. Lo que ha desembocado en una innecesaria y contraproducente interinidad que ya va por el medio año. Seis meses en los que Rocha ha tomado decisiones que, al menos en apariencia, ha tomado decisiones que han excedido las competencias de una comisión gestora: despedir personal de dirección, contratar y renovar seleccionadores, llegar a acuerdos con patrocinadores...

Rocha y la herencia de Rubiales

El entorno de Rocha se esmera en presentarlo como un hombre bueno, honesto y responsabilizado con la tarea que le legó Rubiales de ser el conductor de emergencia de la RFEF si él dejaba el cargo. Pero he ahí otro de sus problemas, que lo quiera o no, Rocha es el heredero designado por el propio Rubiales y un vicepresidente que ejerció dicho cargo mientras se adjudicaban presuntamente contratos irregulares (durante algún tiempo también estuvo al frente de la comisión económica), se firmaba el investigado acuerdo con Arabia Saudí para la disputa de la Supercopa y toda la retahíla de empleados federativos despedidos, suspendidos o investigados por la Justicia cometían actos éticamente reprobables o presuntamente ilegales.

La idea de Rocha es presidir la final de la Copa del Rey de este sábado y dimitir como presidente de la gestora tras ese partido para poder presentarse a los comicios, dejando a Rafael del Amo (presidente de la federación navarra y responsable del fútbol femenino) al mando de forma interina. Aunque hay informaciones que señalan que podría apartarse ya este viernes. Pero en esta RFEF ya no hay manera posible de dar nada por cierto antes de tiempo. Que las elecciones se vayan a convocar esta tarde sí parece cercano a un hecho. Que, en efecto, vayan a celebrarse ya es otra historia.