El fútbol favorece a los audaces

Los dos técnicos más jóvenes de LaLiga, Claudio Giráldez y el franjirrojo Íñigo Pérez, confrontan a la vuelta del parón en Balaídos dos osadas propuestas de juego con la misión de certificar la salvación de sus equipos

Claudio Giráldez e Íñigo Pérez gesticulan desde el banquillo

Claudio Giráldez e Íñigo Pérez gesticulan desde el banquillo / Efe

Claudio Giráldez se estrenará a la vuelta del parón de selecciones en Balaídos con un complicado duelo ante el Rayo Vallecano que puede suponer para el Celta un gran paso hacia la permanencia. El partido estará marcado por la necesidad de puntuar que ambos equipos tienen para tomar distancia con los puestos de descenso, pero también por el enfrentamiento entre los dos técnicos más jóvenes y prometedores de LaLiga: el porriñés en el bando céltico y el navarro Íñigo Pérez, un mes y seis días mayor, del lado franjirrojo.

Claudio Giráldez e Íñigo Pérez han alcanzado la máxima categoría del fútbol español con 36 años recién cumplidos, pero no solo comparten año de nacimiento y un prematuro salto a los banquillos de Primera División. Ambos han asumido las riendas del banquillo en un momento de urgencia y los dos se han propuesto sacar a sus respectivos equipos del atolladero con una idea futbolística valiente, de vocación abiertamente ofensiva, que presenta rasgos no pocos rasgos en común.

Entre las similitudes destaca el gusto por la presión alta y la intensidad en campo rival, la importancia en ataque del juego exterior con laterales muy ofensivos y la idea de generar superioridad desde la tenencia de la pelota en terreno enemigo. Ambos tienen las ideas claras, conocen a la perfección a los jugadores que tienen a sus órdenes y son capaces de contagiar su entusiasmo y confianza dentro y fuera del vestuario.

Formado como futbolista en las categorías inferiores del Athletic Club, con el que llegó a la final de Copa y de la Europa League en 2012 bajo la dirección de Marcelo Bielsa, su maestro y el técnico que lo animó a convertirse en entrenador. Su salto a los banquillos lo dio el pamplonés de la mano de Andoni Iraola, compañero de fatigas en el Athletic, también discípulo aventajado del Loco. Bielsa le propuso trabajar en su cuerpo técnico, pero Pérez ya se había comprometido para ser la mano derecha de Iraola en el Rayo Vallecano.

Como segundo de Iraola estuvo 51 partidos en los que el conjunto franjirrojo firmó dos de las mejores temporadas de su historia con fútbol atrevido a la par que efectivo que el pasado verano abrió al guipuzcoano las puertas de la Premier League. Antes de contratar a Francisco Rodríguez, su anterior técnico, el club de Vallecas, ofreció a Pérez ocupar el puesto de Iraola, pero el pamplonés rechazó la oferta para seguir como segundo del guipuzcoano en el Bournemouth.

Problemas burocráticos, al carecer de la titulación UEFA requerida para ejercer en Inglaterra, le impidieron sin embargo conseguir el permiso de trabajo y frustraron su fichaje por los Cherries. Unos meses después de separar su camino del de Iraola, el Rayo despidió a Francisco y volvió a llamarle para encomendarle la salvación del equipo, que venía de encadenar tres derrotas y solo había sido capaz de ganar uno de sus últimos 14 partidos.

En los cinco encuentros en que ha estado al frente del Rayo, Íñigo Pérez la conseguido un promedio de un punto, con un balance de una victoria (Betis), dos empates (Real Madrid y Cádiz) y dos derrotas, ambas a domicilio, en los campos del Deportivo Alavés y del Girona.

Debutó con un esperanzador empate frente al líder de LaLiga en Vallecas, (1-1) al que siguió una derrota en por la mínima Mendizorroza (1-0), una pírrica igualada en casa contra el Cádiz (1-1) y otra corta derrota en Montilivi (1-0). Su primer triunfo le llegó la pasada jornada como local frente al Betis (2-0), con goles de Lejeune y Sergio Camello. En Balaídos buscará su primer triunfo a domicilio.

El debut de Giráldez con el Celta ha sido más prometedor. Con apenas 4 entrenamientos a sus espaldas, el louriñés mudó por completo la faz al agotado modelo de Rafa Benítez con una propuesta osada, agresiva en campo rival y protagonista con la pelota, a la par que sensible la cantera. Una idea de juego que ha entusiasmado al celtismo, pero que necesita ser confirmada con continuidad. El partido del Pizjuán ofreció pinceladas muy interesantes, pero dejó traslucir también problemas que es preciso corregir. Giráldez aprovechará el parón para afinar la maquinaria. El Rayo calibrará su nivel de eficacia.

Suscríbete para seguir leyendo