El Guardés aplaca la euforia del Porriño

El equipo de Cristina Cabeza se lleva con justicia el derbi y se convierte en el primer equipo que supera en este 2024 al conjunto de Isma Martínez | Este resultado casi asegura un cruce gallego en los cuartos de final

Las jugadoras del Mecalia Guardés festejan la victoria de ayer.

Las jugadoras del Mecalia Guardés festejan la victoria de ayer. / R.GROBAS

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

29 Mecalia Guardés (17+12): Míriam Sempere (p.), Cecilia Cacheda (6), María Palomo, África Sempere (5), Cristina Cifuentes (3), Itziar Martínez (5), Ania Ramos (1) -7 titular- María Sancha (3), Blazka Hauptman, Estela Carrera (p.), Paula Fernández (4), Elena Amores (2), Sandra Radovic, Andreza Costa Almeida, Júlia Nuez y Venera Surjan.

23 Conservas Orbe Rubensa BM Porriño (15+8): Fátima Ayelén (p.), Alicia Campo, Aitana Santomé (1), Maider Barros (3), Sarai Sanmartín (1), Paulina Buforn (12), Maddi Bengoetxea -7 inicial- Carolina Bono (3), Micaela Joana (1), Malena Valles (1), Ana Belén Palomino (p.), Aroa Fernández, Carmen Prelchi (1), Thais Adrielle, Carme Castro y Marta Martínez.

Parciales: 2-3, 5-8, 9-11, 11-11, 13-12, 17-15 (descanso); 19-18, 20-20, 21-21, 24-22, 27-22, 29-23 (final).

Árbitros: Víctor Navarro y Fernanda Espino. Amonestaron con tarjeta amarilla a la local Cristina Cifuentes (min. 1); a la visitante Maddi Bengoetxea (min. 7) y al segundo entrenador visitante, Gerardo Antonio Carrera (min. 27). Excluyeron con dos minutos a las jugadoras locales María Palomo (min. 11), Blazka Hauptman (min. 27), Sandra Radovic (min. 32); y a las visitantes Thais Adrielle (min. 23), Aitana Santomé (min. 34) y Sarai Sanmartín (min. 47).

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 21 de la Liga Guerreras Iberdrola, disputado en A Sangriña

Guardés y Porriño se despidieron de aquella manera a la conclusión del partido. Felices unas, desencantadas las otras...pero condenadas a disfrutar dentro de poco tiempo de una revancha de peso porque, salvo imprevistos en la última jornada, los dos equipos gallegos se verán las caras en el cruce de cuartos de final por el título. Y entonces las derrotas dolerán más y las victorias serán aún más dulces.

Todo ello después de que el Mecalia Guardés acabase con la fiesta que vivía el Conservas Orbe Rubensa Porriño en este comienzo de año. Llegaban las de Isma Martínez a A Sangriña como el equipo más en forma de la Liga (seis victorias y un empate en los últimos siete partidos de Liga), invicto en 2024. En sus planes incluso estaba acercarse a la tercera plaza pero sobre todo consolidar su posición de fuerza de cara a los play-off. Pero el Mecalia y A Sangriña fueron demasiado para ellas. Las de Cristina Cabeza se impusieron con justicia e hicieron valer una actuación más coral para aplacar a un equipo al que le falló su principal arma, la defensa, y en ataque vivió casi en exclusiva de la producción de Paulina Buforn (autora de doce goles). Las guardesas encontraron la fórmula de agrietar su defensa y mentalmente siempre estuvieron más centradas en su plan de partido ante un Porriño que jugó en exceso a impulsos.

La defensa del
Guardés trata de 
frenar a Prelchi. | 
// RICARDO GROBAS

La defensa del Guardés trata de frenar a Prelchi. / RICARDO GROBAS

Y eso que las de Isma Martínez, como si aprovechasen el aire de cola con el que venían desde hace semanas, protagonizaron una puesta en acción brillante en A Sangriña. Un 3-7 en apenas diez minutos, con cinco goles de una iluminada Paulina Buforn, supuso un puñetazo en la mesa al que Cabeza respondió con velocidad. Pidió tiempo muerto e intervino en el partido. Se trataba de impedir que el Porriño montase la defensa y aceleró la velocidad del partido para sacar a su rival de su plan. Las de Isma Martínez se sienten más cómodas dominando una determinada velocidad, apurando los pasivos hasta encontrar el camino. El Mecalia las sacó de esa idea. Itziar Martínez desde el extremo encontró el camino y tras ella se fueron implicando otras jugadoras (Pauli Fernández, Cacheda...) para acortar diferencias hasta que el motor del Porriño colapsó. Si no era Buforn, el equipo no encontraba otro camino a la portería. Llegaron los errores en la entrega, las precipitaciones y la pérdida de la hoja de ruta. Un parcial de 6-1 dio un vuelco al marcador del que el Porriño ya no regresó. El Mecalia advirtió la debilidad porriñesa y mantuvo su ritmo alto para no dejarlas respirar. Un gol de Cacheda casi sobre la bocina dejó el 17-15 en el descanso. Un marcador inusualmente alto para estar en liza el Porriño.

Las jugadoras del Guardés celebran la victoria.  | // RICARDO GROBAS

María Palomo celebra un gol. / RICARDO GROBAS

Lo mejor que hizo el equipo de Cristina Cabeza en el segundo tiempo fue negarse a abrir la puerta a su rival. Porque las porriñesas ya no fueron capaces de encontrar el camino. Buforn seguía produciendo (aunque se advertía su cansancio), pero Casasola no estuvo, tampoco Malena Valles, hubo poco de los extremos aunque es cierto que en el pivote Prelchi sacó situaciones interesantes y contribuyó al aguacero de “siete metros” que se señalizaron (casi veinte en total). Un 21-21 a falta de quince minutos fue su último momento de lucidez. A partir de ahí solo existió el Mecalia que fue muy fiable y logró un parcial de 8-2 indiscutible. Cacheda y Pauli Fernández dirigieron con rapidez e inteligencia para romper a una defensa que no fue la de otras tardes. Su portería tampoco estuvo mientras en la del Mecalia Estela Carrera firmó un gran segundo tiempo. El partido caía por pura inercia. Sempere desde los siete metros abrió la última grieta, Isma Martínez pidió un tiempo casi consciente de que todo estaba perdido. Y A Sangriña volvió a celebrar y las jugadoras se despidieron conscientes de que en poco tiempo se volverán a ver a las caras.