atletismo

De Julia a Ester: dos atletas de récord

Navarrete y Vaquero se reencuentran después de que la viguesa le arrebatase a la leyenda guardesa el récord gallego de medio maratón

Se da la circunstancia de que ambas lograron sus registros en el estreno en la distancia

Julia Vaquero y Ester Navarrete posan juntas ayer en Vigo.

Julia Vaquero y Ester Navarrete posan juntas ayer en Vigo. / Alba Villar

Juan Carlos Álvarez

Juan Carlos Álvarez

Ester Navarrete tenía ocho años el día que Julia Vaquero, en el único medio maratón que disputó en sus años de plenitud atlética, estableció un récord gallego (1:10.33) condenado a envejecer con paciencia y a resistir sin problema la llegada de las siguientes generaciones. Fue en septiembre de 1998, en Irlanda. Poco imaginaba la Ester Navarrete de ocho años, que corría solo por diversión aunque lo hiciese con llamativa soltura, que ella sería la encargada de derribar uno de los mejores registros de la una de las grandes leyendas del deporte gallego. Sucedió el pasado domingo en Valencia. El récord de Vaquero resistió algo más de veinticinco años. Tumbarlo fue una pequeña sorpresa para la propia Ester Navarrete que llegaba a la prueba con el objetivo de acercarse a la hora y once minutos, estar en torno a la mínima que se pide para el Europeo de Roma, pero nada más. Incluso el récord de Julia que desconocía en ese momento le parecía fuera de su alcance. Pero las condiciones ideales de Valencia y el extraordinario trabajo realizado en los últimos meses desembocaron en una fabulosa marca de 1:09.58, el tercer mejor registro de la historia de una española y a solo 17 segundos del récord que batió en esa misma carrera Laura Luengo.

Navarrete y Julia Vaquero se encontraron ayer en Vigo. La guardesa sonríe feliz y parece disfrutar de que por fin una gallega sea capaz de correr más que ella en alguna distancia (suyos eran todos los récords gallegos desde el 3.000 al medio maratón). Navarrete reconoce sentirse impresionada de mejorar la marca de quien fue el gran referente de las atletas en Galicia: “El domingo, entre todos los mensajes y datos que me iban llegando...alguien me dijo lo del récord gallego y que pertenecía a Julia. Reconozco que supuso un impacto. Me impresionó de verdad superar a una leyenda como ella”.

Se da la circunstancia de que ambas hicieron estas marcas en su primera experiencia en la distancia. Es verdad que en los tiempos de Vaquero el medio maratón era menos popular que ahora, pero el mérito de las gallegas es indudable. La guardesa, que explicaba ayer que disputó aquel medio maratón como parte de su exigente calendario y sin haber hecho una preparación específica, no volvió a correr esa distancia en modo “profesional”; sin embargo Ester Navarrete espera regresar pronto a ella. Con la mínima en el bolsillo para el Europeo de Roma lo normal es que la Federación España la lleve y en Italia vuelva a medirse a los 21 kilómetros. Sería su cuarta internacionalidad absoluta con España aunque sin duda la más relevante.

Para llegar a este momento Ester Navarrete ha completado un proceso de preparación extraordinario que incluso a ella le ha sorprendido. Hace dos años regresó con cierta precaución después de haber dado a luz a Isco, su hijo. Quería volver a correr, competir, disfrutar de la exigencia de los entrenamientos, pero con los pies en el suelo. No podía imaginarse lo que le esperaba: “Sinceramente yo imaginaba que con 33 años estaría...medio retirada. Bueno, no, estaría un poco más distanciada de la competición y la exigencia. Pero he trabajado duro este tiempo, los entrenamientos han sido buenos y ahora me siento realmente bien”.

Admite Navarrete que en este proceso de mejoría le ha ayudado precisamente el hecho de que su cabeza, su tiempo, estén mucho más repartidos y haya otras cuestiones que la ocupen. El trabajo, el niño, el entrenamiento...ya no todo es el atletismo. Esa descarga mental la considera fundamental: “Me ayuda a cargar las pilas. El trabajo, el niño, la familia...luego llego con muchas ganas de entrenar y todo está resultando más sencillo”. Tanto que en las últimas semanas de entrenamiento antes de Valencia su entrenador, Manuel Vigo, tuvo que echar el freno en las sesiones más veloces para centrarse en las rítmicas. Luego allí, los trece grados, la escasez de viento (el día anterior hizo mucho lo que hacía temer un mal día para correr), el circuito y su estado de forma hicieron el resto. A los diez kilómetros ya se dio cuenta de que aquello iba a salir mucho mejor: “Hubo un cambio importante de ritmo y yo me di cuenta de que podía seguirlo, que iba cómoda. Y supe que la marca iba a ser bastante buena”.

Como suele suceder en estos casos, a Ester Navarrete ya le han llegado numerosas alusiones a la posibilidad de atreverse con el maratón, algo que por ejemplo Julia Vaquero nunca hizo y tal vez tenía unas condiciones extraordinarias para esa distancia. “Me atrae pero no sé cuándo será el momento. Reconozco que hasta hace muy poco tiempo no me apetecía nada, pero voy abriendo la mente ante esa posibilidad y a lo mejor...”

Pero ahora los objetivos son otros. En las próximas semanas le esperan varios cross, una cita inexcusable en su calendario, y luego tiene como objetivo hacer un gran 10.000 que le pudiera, tal vez, abrir la puerta del Campeonato de Europa. Allí al fondo aparece también la puerta de los Juegos Olímpicos de París. Ester es consciente de que son palabras mayores, sobre todo porque se espera que las mínimas sean muy exigentes y eso limite considerablemente las opciones de muchas atletas.

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