BODA

Óscar Pereiro corona su "etapa" más feliz con su paso por el altar

El campeón del Tour de Francia 2006 contrajo matrimonio con su pareja, Bibiana Rodríguez Alonso, este pasado fin de semana en el Pazo Colón de Pontevedra

Sus dos hijos, Juan, de 17 años, y Catalina, de siete, ejercieron de padrinos en este enlace "muy familiar, en el que lo pasamos de la hostia", confiesa el mosense

Óscar y Bibiana, felices tras el enlace junto a sus padrinos, Catalina y Juan.

Óscar y Bibiana, felices tras el enlace junto a sus padrinos, Catalina y Juan. / FDV

Marta Clavero

Marta Clavero

Óscar Pereiro y su pareja, Bibiana Rodríguez, sellaron su amor este pasado fin de semana con una boda celebrada en Pontevedra. Después de diez años de relación, una hija en común -Catalina, de siete años- y otro bebé en camino, los novios pasaron por el altar en el Pazo de Colón.

La pequeña, del brazo de su padre, ejerció de madrina, y Juan, el primogénito de Pereiro, de 17 años y fruto de su primer matrimonio, fue el acompañante de la novia, a la que llevó de su brazo hacia el altar.

"Fue algo que organizamos muy rápido. En dos meses. Y es que Bibiana está embarazada y queríamos aprovechar para matar dos pájaros de un tiro y celebrar un poco todo, con la familia", declaró a FARO el campeón del Tour de Francia 2006. Fueron unos 80 invitados, entre familiares y amigos, pero sin caras conocidas de su entorno mediático, ya que "si invito a uno tengo que invitar a todos, y preferimos hacer algo más íntimo, con familia y allegados", justificó el ahora comentarista deportivo.

El ciclismo, presente a través de su maestro de ceremonias

Aunque no hubo ningún rostro popular ni relevante de su profesión en su vertiente más mediática, ni de la que ejercía sobre dos ruedas, el mosense sí "rescató" para ese día tan especial a una persona con la que tiene una gran amistad. Y lo hizo para cederle el papel de maestro de ceremonias, rol que desempeñó el Director General de la Vuelta, Javier Guillén. "Me llevo muy bien con él, y hace un tiempo, estábamos cenando en Málaga después de todo el tema de la pandemia, y nos animó a celebrar la boda, 'qué ya apetece montar una fiesta', nos dijo, así que llegamos a ese trato para que fuese él quien nos casara", comenta Pereiro, que había oficializado su enlace previamente en el juzgado.

"Fue todo muy emotivo, y hubo lágrimas, no por mi parte; yo no soy mucho de llorar -aclara-. Además, Javier llevó la ceremonia contando una historia muy bonita en la que enlazó todo con el ciclismo y los gregarios; estuvo muy bien", recuerda el novio. Hasta hubo ritual celta de la mano del Bruxo Queimán. Después llegó la fiesta, "¡y ahí lo pasamos de la hostia; fue un no parar durante 12 horas!".

La luna de miel tendrá que esperar a la semana que viene. "Nos iremos a Ibiza, porque con el embarazo de Bibi -está de cinco meses y medio- no podemos viajar muy lejos, además tenemos algunos amigos en la isla con los que también queremos celebrar", asegura Óscar.

En el mes de diciembre está prevista la llegada de su tercer hijo, el segundo para su mujer, que será un varón, "aunque todavía no hemos decidido el nombre; hay algo de debate en ese aspecto", apunta el padre con cierto tono irónico.