Nidia Arévalo reclama el derecho a tener granjas de autoconsumo en el rural

La alcaldesa y senadora visita al “burro más bonito” y pide que la Política Agraria Común de Europa tenga en cuenta las peculiaridades de Galicia

Nidia Arévalo con los burros Milucho y Begoña.

Nidia Arévalo con los burros Milucho y Begoña. / D.P.

D.P.

La alcaldesa de Mos y senadora del PP, Nidia Arévalo, reclamó el derecho a las granjas de autoconsumo en el rural a quien la Comunidad Europea amenaza con numerosas trabas burocráticas. La regidora realizó estas declaraciones preguntada por FARO DE VIGO tras una visita a una familia mosense que posee el burro “más bonito de Galicia” distinción obtenida en un concurso de TVG.

Arévalo visitó a los asnos junto a la concejala de la parroquia de Tameiga y candidata a las elecciones autonómicas por el PP, Feli Rodríguez; habló con la familia y posteriormente expresó la preocupación por el sector primario gallego que, dijo, está amenazado por una legislación europea “que hay que parar de inmediato porque no tiene en cuenta las peculiaridades de Galicia y que, además de hacer inviables las explotaciones agrarias, puede terminar incluso con la posibilidad de que las familias tengan animales de granja en sus casas rurales, algo que no podemos permitir y que el ministro del PSOE está dejando pasar de largo”.

Burro fariñeiro

Los dos burros visitados se llaman Milucho y Begoña y son propiedad de Dámaso, vecino del barrio del Casal en la parroquia mosense de Tameiga. Milucho es un burro fariñeiro, especie en peligro de extinción, y de los pocos reproductores existentes, de 12 años de edad y que fue elegido hace unos meses como el burro más bonito de Galicia en el concuso convocado por el programa “Quen anda ahí” de la Televisión de Galicia.

Begoña es su pareja, una burra vasca de 15 años, preñada desde hace 13 meses y que ya salió de cuentas. El parto está previsto para los próximos días y el pequeño burrito se llamará Jamili, nombre elegido por el hijo pequeño de Dámaso, Sergio; y que además es un nombre unisex, pues aún no saben si el nuevo miembro de la familia será burra o burro, explican.

El orgulloso propietario asegura que sus burros son muy conocidos y queridos en la parroquia por los cariñosos, “trastos” y simpáticos. “Son muy sociables y la gente se acerca hasta la finca en la que los tengo para verlos, visitarlos y saludarlos”, explica Dámaso.

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