“No nos pueden crucificar; somos los primeros que no queremos a los cafres en el monte". La asociación que agrupa pilotos de quads y otras clases de cuatrimotos se desmarcan de las sanciones interpuestas el pasado fin de semana por la Guardia Civil en Porriño y Salceda, motivadas por las denuncias de diferentes comunidades de montes, que, desde el inicio de la pandemia y con mayor frecuencia a partir del último trimestre del año pasado, registran numerosos desperfectos en los terrenos comunales.

“Se nos está haciendo un ataque gratuito injusto”, lamenta César Gil, portavoz del colectivo que agrupa a 1.500 personas amantes de estos vehículos motorizados. Gil defiende que “somos amantes de la naturaleza y tenemos un reglamento interno” cuya primera norma consiste en “respetar el entorno: espacios naturales, animales, ganados, cultivo y propiedad privada”.

Además de respetar el entorno, el colectivo también impulsa actividades benéficas, como limpieza de ríos, denuncias de vertidos incontrolados o reforestaciones. También colaboran en búsquedas de personas desaparecidas, retiran árboles caídos a causa de temporales e incluso realizan paseos con personas con diversidad funcional. “Nosotros hacemos un uso respetuoso del monte”, insiste Gil, apuntando que “somos médicos, informáticos, arquitectos, obreros, gente trabajadora amante de la naturaleza”.

Valora este portavoz de los pilotos de cuatrimotos que, debido a la pandemia, la gente busca alternativas de ocio diferentes, por lo que empiezan a dar vueltas por el monte personas que nunca antes lo habían pisado, lo que “pone nerviosos a los comuneros”. “Los montes ahora están llenos, pero como nosotros somos los más voluminosos, nos tachan de causantes de los destrozos”, asegura César Gil.

“No somos los malos”, insiste Gil, asegurando que “jamás he tenido ningún problema con el Seprona, y ahora, desde hace unos meses, cada vez que salgo el monte me siento señalado”.