Celta 3-2 Villarreal

El Celta se pone a salvo

El equipo vigués acaricia la permanencia tras derrotar al Villarreal en un partido eléctrico y en el que le ayudó la temprana expulsión de Comesaña cuando perdía 0-1

El Celta-Villarreal, en imágenes

El Celta-Villarreal, en imágenes / Marta G. Brea / Alba Villar

R.V.

El Celta ya puede respirar tranquilo. El triunfo ante el Villarreal le coloca a un paso de la permanencia matemática. Es cuestión de tiempo que todo quede completamente sellado. En una fecha marcada en rojo los de Claudio se impusieron al equipos castellonense en un partido condicionado por la expulsión de Santi Comesaña cuando el Villarreal ganaba 0-1. Pero el Celta se volcó hasta remontar y cuando en el segundo tiempo se llevó un susto de muerte con el empate de Sorloth, encontró la solución a ocho minutos del final con un cabezazo de Douvikas que olía a permanencia.

La tarde empezó poniéndole deberes al Celta que en el minuto doce ya había encajado el primer gol en un gran disparo de Moreno que culminó a lo grande una de las primeras salidas del Villarreal, pero al rescate de los vigueses llegó precisamente un paisano: Santi Comesaña. El medio de los amarillos cometió una imprudencia a ochenta metros de su portería y se llevó por delante a Williot en una entrada imprudente y violenta que Soto Grado, con la complicidad del VAR, castigó con tarjeta roja.

La superioridad numérica del Celta marcó el primer tiempo porque los vigueses encerraron por completo al Villarreal, le presionaron la salida y los empujaron hacia la portería en cada posesión para que el partido se jugase en muy pocos metros. Eso obligaba a tener paciencia para encontrar el hueco y el espacio para hacer daño. Sucedió gracias a un penalti evitable sobre Iago Aspas en el minuto 21 que el moañés convirtió en el empate. 

El Villarreal intuyó que ese plan le condenaría, pero cada paso hacia delante acababa en ocasión en su portería porque el Celta (guiado por la mano de Damián, una de las novedades en la alineación) llegaba con facilidad. De hecho Larsen pudo adelantar a los suyos en dos remates que acabaron en el poste y en un paradón de Jorgensen. Pero a la tercera no perdonó. Damián le puso un caramelo desde el costado y el noruego, en el área pequeña, ajustició al portero sueco con un cabezazo picado.

La situación ya era ideal para el Celta, pero no fue sencillo cerrar el partido porque el Villarreal tiene recursos y los vigueses capacidad para meterse en líos innecesarios. Claudio retiró a Damián, con una amarilla, en el descanso para evitar riesgos. Para nada quería renunciar el técnico porriñés a la ventaja numérica y pensó que lo mejor era retirar a un medio.

El problema es que se quedó sin el buen gobierno del mediocentro. Aún así llegaba el Celta al área del Villarreal: Larsen se encontró con el poste en un remate de cabeza y Luca de la Torre también dio con el palo en otra buena llegada. El problema es que el partido se había abierto porque el Villarreal equilibró bien al equipo con los cambios y arriba tenían amenazas suficientes. En el minuto 65 Guedes aprovechó el desorden del Celta y un buen movimiento de Sorloth para empatar el partido y poner otra vez a los vigueses en una situación delicada.

El partido volvía a ser una contrarreloj para los vigueses. Claudio echó mano de lo que tenía en el banquillo para solucionar la tarde. El tiempo iba en su contra. Llegaba el Celta al área pero le faltaba la inspiración necesaria para encontrar la portería. Pero entonces apareció en escena Douvikas. El griego, en el primer balón que le pusieron, conectó un cabezazo brillante que le dio el triunfo al Celta a menos de diez minutos para el final. Era el momento de celebrar.