El Celta sobrevive bajo la lluvia

Solo la eficacia de Douvikas, tanto en el cara a cara como desde el punto de penalti, evitó una eliminación prematura

Los jugadores del Celta celebran el segundo gol de Douvikas.

Los jugadores del Celta celebran el segundo gol de Douvikas. / LOF

A.A.

El Celta se ha clasificado para la tercera ronda de la Copa del Rey tras un deficiente encuentro en Sestao. Benítez combinó titulares, sobre todo en defensa, y suplentes ligueros, concentrados en ataque, en la visita al antepenúltimo clasificado del grupo I de Primera RFEF, ese mismo en el que el Celta Fortuna es segundo.

Y lo cierto es que la escuadra local mereció mayor fortuna, sobre todo en la segunda mitad. El encuentro, condicionado por el terreno de juego, se disputó en las coordenadas que planteó el Sestao River. Solo la eficacia de Douvikas, tanto en el cara a cara como desde el punto de penalti, evitó una eliminación prematura, que hubiera debilitado más la posición de Benítez, o al menos la prórroga.

El Celta supo enseguida que sobre el embarrado campo, que la lluvia iría además deteriorando, no sería posible exhibir el superior talento combinativo que se le supone a una escuadra de Primera División. El Sestao River no se encerró atrás, aunque tampoco presionase de manera suicida. Ambos equipos se plantearon su choque como un duelo de juego directo. Solo una ocasión creó el Celta en la primera mitad y Douvikas la convirtió con la eficacia que ha demostrado en las contadas ocasiones que Benítez le ha facilitado.

Al menos los celestes tuvieron controlados a los sestaotarras, que solo ejecutaron un par de disparos lejanos tras malos despejes gallegos. Pero el partido estaba abierto, la mínima ventaja alentaba las esperanzas locales y la fragilidad moral céltica, producto de su situación liguera, hizo el resto. El Sestao fue empujando poco a poco al Celta, cifrando sus posibilidades en jugadas a balón parado o centros laterales. Y uno de ellos, peinado hacia atrás por Unai de manera involuntaria, supuso el empate.

No tuvo demasiado tiempo el Sestao River de explorar las miserias viguesas porque González Fuertes, poco después, señaló un polémico penalti (el jugador del Sestao saltó e impacto en Kevin porque éste se le metió debajo). Una pena máxima absurda que Douvikas, pese a los intentos locales por desestabilizarlo, convirtió con gran precisión.

Al menos el Celta fue capaz esta vez de mostrar cierto oficio en la protección de la ventaja, ya que carecía de la fluidez para intentar ampliarla. Los últimos intentos sestaotarras se fueron al limbo. El Celta sobrevive en la Copa, la única reserva de ilusión que parece dibujarse en el horizonte, al menos de momento, en esta temporada del Centenario.