Aidoo vuelve a tirar del carro

El central ghanés fue a la vez el mejor defensor y atacante de un desvaído Celta en un nivelado duelo contra el colista

Carles cae ante Clerc enla acción que el VAR recomendó revisar pero que el árbitro no consideró penalti.   | // JOSÉ LORES

Carles cae ante Clerc enla acción que el VAR recomendó revisar pero que el árbitro no consideró penalti. | // JOSÉ LORES / j. bernardo

No es frecuente que el mejor defensor de un equipo sea también su mejor atacante. Hace ya mucho tiempo que Aidoo se ha convertido en el mejor seguro de vida que el Celta podría desear. Fiable en la marca, inteligente a la par que convincente con la pelota, el incombustible zaguero ghanés se ha mostrado como un muro infranqueable, un tipo dotado de un sexto sentido para intuir los problemas y anticiparse al peligro con una portentosa capacidad para rectificar errores propios a ajenos.

Pero este curso Aidoo se ha convertido también en uno de los mejores atacantes del conjunto celeste. Tres goles (uno más de los que suman Larsen, Carles, Seferovic y Paciencia) suma el central africano, que ha dado de forma directa seis puntos al Celta con sus remates. Rascó en el descuento un empate contra el Getafe cuando Balaídos mascaba ya la derrota, fue determinante en la victoria del Villamarín y anoche decidió a última hora con otro monumental remate de cabeza un difícil partido contra el Elche que evita al Celta muchas complicaciones y le allana el camino de una confortable permanencia. Un gran gol (anticipándose a su marcador para remachar en plancha en el punto de penalti un centro a media altura de Cervi) que desniveló un choque sumamente igualado, deslucido en lo futbolístico, pero vibrante y con buenas ocasiones por ambos bandos. Solo la falta de tino y las actuaciones de ambos porteros (Villar intervino menos, pero también sacó al Celta de apuros) impidieron que se diera un marcador más abultado.

Villar despeja de puños.

Villar despeja de puños. / RICARDO GROBAS

Paciencia por sorpresa

Carvalhal premió el buen desempeño de Tapia el Bernabéu con una nueva titularidad como central, esta vez acompañando a Aidoo, felizmente recuperado, en el eje de la línea. El sacrificado fue Unai, que inició por segunda vez un partido en el banquillo este curso. La titularidad de Tapia era más o menos esperada –Carvalhal lo dejó caer la víspera–, no así la de Paciencia, delantero al alza que protagonizó las mejores acciones de los celestes en un vertiginoso arranque de partido con ocasiones de Aspas (tras un gran servicio del portugués ), Hugo Mallo (con un mal remate picado a las manos de Badía en inmejorable posición tras un saque de esquina) y Tapia, de falta directa. Un tanto tirado a la banda izquierda, el portugués dejó múltiples muestras de calidad, ahora para bajar la pelota y mirar al portal contrario, ahora para desplazarla con inteligencia en corto y en largo. Faltó, sin embargo, al Celta claridad en el último pase y contundencia en el remate para hacer verdaderamente daño al Elche.

Carles Pérez lamenta una decisión arbitral.

Carles Pérez lamenta una decisión arbitral. / JOSE LORES

Un elche insumiso

No tuvo el Elche la sumisa actitud del que sabe que le ha llegado su hora. El grupo de Beccacece, sexto técnico que desfila por el banquillo franjiverde esta temporada, capeó con entereza y disciplina táctica el arreón inicial del Celta y le generó numerosos problemas a la contra, aprovechando defectos de colocación y dificultades en el repliegue de los celestes. También inquietó a balón parado (un faceta en la que el Celta se mueve con problemas) y con centros laterales que obligaron a multiplicarse a la zaga céltica. Aunque muchos remates se perdieron, Villar hizo también alguna parada salvadora.

No dio en ningún momento el conjunto ilicitano la impresión de un equipo desahuciado. Parece como si el escenario de un descenso seguro les hubiese liberado de un peso y, sin nada que perder ya en esta Liga, se ha soltado para desplegar su mejor versión futbolística y tutear (y por momentos superar ) a un Celta bastante demasiado nervioso e impreciso.

Gesto de contrariedad de Larsen.

Gesto de contrariedad de Larsen. / JOSE LORES

Aspas y Veiga, de bajón

Tras cuatro jornadas de bajón y sin anotar, Carvalhal pronosticó la víspera que Aspas volvería a ver puerta ayer por la noche. Los augurios del técnico no se cumplieron. No encuentra el moañés la magia que tan a menudo le acompaña. Anoche volvió a faltarle tino en el pase, claridad en la asociación y contundencia en el remate. Y cuando Aspas no está inspirado rara vez hay fiesta. Tampoco Gabri Veiga, a quien parece pasarle factura el revuelo que se ha montado a su alrededor, brilló tal como había pronosticado Carvalhal. El porriñés apenas entró en juego y cuando lo hizo no pudo correr ni encontrar soluciones.

Más madera

La madera volvió a jugar una mala pasada al Celta. Ocho tiros al palo suma ya el cuadro celeste. Anoche fue Carles (al que no se pitó poco antes un penalti discutible y discutido) el que estrelló un balón en la base del poste.

Tapìa ejecuta un pase.

Tapìa ejecuta un pase. / RICARDO GROBAS

Carvalhal mueve sus fichas

Carvalhal no es de los que se queda quieto cuando las cosas no marchan. El bracarense movió el banquillo hasta desplegar todo su arsenal en busca de la victoria. La encontró con Aidoo, pero antes lo intentaron Larsen (con un remate mordido que sacó Badía) y Miguel Rodríguez con un zurdazo que el portero del Elche despejó con una gran intervención. Acaso el más efectivo fue Cervi, autor de la asistencia del gol tras recibir el balón de Galán. Tras el gol, entró Unai para blindar un resultado que para el Celta vale media permanencia.

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