González Fuertes vuelve a cruzarse en el camino del Celta

Pablo González Fuertes vuelve a cruzarse el camino del Celta. El árbitro asturiano que tantos quebraderos de cabeza ha dado en estos últimos años al conjunto celeste ha sido designado para dirigir el compromiso liguero del próximo lunes contra el Getafe en Balaídos. La noticia la ha caído al grupo de Coudet mientras todavía se lame las heridas de la dolorosa derrota sufrida el miércoles a menos del Valladolid en el Nuevo Zorrilla.

González Fuertes ha sido poco menos que una pesadilla para el Celta. Ningún otro colegiado le ha dado tantos problemas en los últimos años salvo, acaso Munuera Montero, aunque esté último hace tiempo que no protagoniza una actuación polémica frente a los celestes.

Los números del asturiano no ofrecen dudas. González Fuertes ha dirigido al conjunto vigués 13 encuentros en Primera División con un pernicioso balance de 7 derrotas, 5 empates y una sola victorias, la lograda frente al Deportivo Alavés en noviembre del pasado año por 1-2. Su último arbitraje fue el pasado mes de septiembre en Mestalla, un partido que el Celta perdió por 3-0 sin que la actuación del colegiado, que expulsó acertadamente a Franco Cervi, tuviese incidencia en el resultado.

A González Fuertes se le recuerda sobre todo por los tres rigurosos penaltis con que fustigó al Celta en la visita del Real Madrid a Balaídos la pasada campaña en un partido que los de Coudet acabaron perdiendo por 1-2. Su actuación recibió las críticas de Aspas (“parecía que buscaba el hat-trick de Benzema dijo luego el moañés), lo que provocó que el Comité de Competición abriera expediente (luego sin consecuencias) al delantero celeste.

No menos sonado fue el arbitraje que el Celta recibió en la temporada 2018-19 en el Coliseum Alfonso Pérez frente al Getafe, precisamente el rival que visita Balaídos el próximo lunes. En aquella ocasión González Fuertes despachó la expulsión de Maxi Gómez con dos tarjetas amarillas por protestar que se sucedieron con pocos segundos de diferencia. La doble amarilla más rápida de la historia del Celta.