Nolito dejará el Celta a final de temporada y el club quiso que el futbolista que tan buenos ratos ha dado al club en las dos etapas que ha vestido de celeste se llevase el reconocimiento de la afición, los compañeros y, como no, también del presidente Carlos Mouriño. Nolito se va por la puerta grande, manteado por sus colegas y con la grada, que coreó con insistencia su nombre a lo largo y después del partido, rendida a sus pies. “Quiero dar las gracias al cuerpo técnico, a la directiva y a la afición. Siento este club como mi primera casa, os llevaré en el corazón hasta que muera. Viva el Celta”, declaró, sumamente emocionado el futbolistas sanluqueño.

Nolito es manteado por sus compañeros. | // R. G.

El júbilo con que fueron acogidas las palabras de Nolito contrastaron severamente con los silbidos hacia el presidente del Celta cuando, micrófono en mano, Carlos Mouriño tomó la palabra para agradecer al futbolista sanluqueño los servicios que durante estos años ha prestado al club y alabar su simpatía e incomparable sentido del humor. Apenas se pudieron escuchar entrecortadamente las palabras del presidente en medio de los silbidos que, partiendo de la grada de animación, se apoderaron de todo el estadio. No se le perdona que obligue a marcharse a Denis.

Resultó raro que para uno hubiera despedida por la puerta grande y al otro, ovacionado durante todo el partido, como Nolito, se le hurte la posibilidad de la despedida digna que merece. Y no merecía Nolito que un problema extradeportivo empañase una fiesta que todos (afición, directiva, familiares y cuerpo técnico) querían expresarle su agradecimiento y emoción.

A Nolito, pese a su acento y gracejo gaditano, se le considera en Vigo un gallego más. “Un dos nosos”, rezaba la camiseta que el Celta le ha regalado con motivo de su despedida por los servicios prestados, que son muchos: 181 partidos de celeste, 52 goles y 31 asistencias, amén de los 18 millones de euros (la segunda mayor venta de la historia del club) que dejó en caja su traspaso al Manchester City. “Golito de Nolito” coreó al unísono por última vez Balaídos cuando, tras el encuentro frente al Elche, el jugador de Sanlúcar de Barrameda recorrió acompañado de sus hijas el pasillo que le habían hecho compañeros y directivos para honrarle.

Nolito se dirige al centro del campo acompañado por sus hijas. | // RICARDO GROBAS

Se le entregó luego una placa conmemorativa y, acompañado por sus compañeros de vestuario, se dirigió Nolito hasta la grada de animación para mezclarse con la gente y dirigir unas últimas palabras a los aficionados que lo aclamaba enfervorecidos. “El Celta es lo más importante”, concluyó Nolito tras un improvisado discurso. Sus palabras pero sobre todo sus goles y tantos buenos momentos de fútbol permanecerán grabados muchos años en la retina del celtismo.