Treinta y dos partidos ha dirigido Óscar García en el Celta desde que en noviembre del pasado año sustituyó a Fran Escribá al frente del equipo vigués. El balance del entrenador catalán es pobre, teniendo en cuenta que solo ha ganado 6 partidos. El sábado firmaba la undécima derrota desde que llegó a Vigo, ante un Atlético de Madrid con el que compartió el liderato de empates en la temporada anterior (16 cada uno). Frente a los rojiblancos, los celestes sufrieron la tercera derrota consecutiva. Óscar García se ha olvidado de ganar. El lunes 26 de octubre, ante el Levante, y el domingo 1 de noviembre, frente a la Real Sociedad, serán claves para el futuro del entrenador de Sabadell. El club destituyó a su antecesor en la duodécima jornada después de acumular cuatro tropiezos consecutivos.

El Celta no acaba de consolidar un proyecto deportivo desde que en el verano de 2017 se cerrase la etapa de tres años de Eduardo Berizzo en Balaídos. Desde entonces, han pasado cinco entrenadores por su banquillo, de los nueves que ha tenido el equipo desde que en 2012 regresó a la máxima categoría. Lleva una media de un entrenador por temporada.

En agosto de 2019, Escribá iniciaba una temporada ilusionante, después de que el club firmase el retorno de futbolistas como Denis Suárez, Rafinha Alcántara, Santi Mina o Pape Cheikh, procedentes del Barcelona, el Valencia y el Olympique de Lyon.

Con esa plantilla, la afición soñaba con que su equipo regresaría a las competiciones europeas. Duró poco el espejismo. En la sexta jornada, el Celta de Escribá sumaba 6 puntos, uno más que en la temporada actual con los mismos partidos. El registro de goles también era favorable a los de Escribá sobre los de García Junyent: 4 frente a 3 en tantos a favor y 7 frente a 9 en goles en contra.

Similares plantillas

Con respecto a ambas plantillas de inicio de curso, las diferencias no parecen importantes teniendo en cuenta los cambios registrados: se han ido Rafinha, Lobotka, Pione Sisto, Pape Cheikh y el Toro Fernández; mientras han llegado Nolito, Murillo, Tapia, Baeza y Emre Mor, sin contar con que Álvaro Vadillo fue descartado por el entrenador sin haber debutado con la celeste. No cuentan en este caso Smolov y Bradaric, que llegaron en enero junto a Murillo, que repite cesión en Vigo.

A diferencia de la temporada anterior, Óscar García ha podido preparar la pretemporada del equipo celeste que tanto demandaba en sus primeras declaraciones. Mientras tanto, el club no incorporó los refuerzos que demandaba el entrenador para disponer de una plantilla más competitiva. En A Sede, mientras tanto, entendían que el equipo contaba con jugadores de calidad suficiente para no pasar los mismos apuros de los dos últimos años. Los dirigentes esperan todavía que jugadores como Denis Suárez, Mina, Brais Méndez, Okay, Beltrán o Mallo mejoren con respecto al curso anterior y que Emre Mor explote de una vez su enorme capacidad de desborde.

Después de un inicio esperanzador, con un empate en Eibar y la victoria frente al Valencia, el Celta dio en Valladolid los primeros síntomas de recuperar viejos problemas, que se acentuaron en las tres últimas jornadas frente a Barcelona, Osasuna y Atlético de Madrid.

Ritmo desacompasado

Es la primera vez que Óscar García encadena tres derrotas desde que el 9 de noviembre de 2019 se estrenase en el banquillo céltico con una goleada en contra en el Camp Nou (4-1). Respondió a ese mal comienzo con un triunfo en Villarreal y un empate en Balaídos frente al Valladolid. A partir de ahí, el Celta acumuló ocho jornadas sin ganar y mantuvo un ritmo desacompasado que arregló en parte con dos triunfos seguidos, frente a Alavés y Real Sociedad y con cinco jornadas sin perder, para cerrar la temporada de manera mediocre.

El nuevo proyecto celeste comienza a fallar a las primeras de cambio. Manteniendo la misma proyección de cinco puntos en seis jornadas le resultaría imposible evitar el descenso de categoría.

Tras la derrota ante el Atlético de Madrid, el equipo de Óscar García ya se instala en la cola de la clasificación. Es decimoséptimo, la misma posición en la que concluyó la temporada anterior. Se sitúa a un punto del descenso, que ahora marca el Alavés, con 4. Con 3 cierran la tabla el Valladolid y el Levante, que ha disputado un partido menos. El equipo valenciano será el siguiente rival del Celta. El duelo entre granotas y celestes se celebrará el lunes próximos en La Cerámica de Villarreal al encontrarse en obras el estadio Ciutat de Valencia. El equipo que entrena Paco López acude a la cita con las mismas urgencias por puntuar que el de Óscar García, pues ambos han perdido los tres últimos partidos del campeonato. Los levantinistas lo hicieron frente a Athletic Club (2-0), Real Madrid (0-2) y Sevilla (1-0). Tienen aplazado el partido ante el Atlético de Madrid.

Dos de los recién llegados a la categoría han arrancado con más fuerza que los célticos: el Cádiz es cuarto, con 10 puntos; y el Elche, decimosegundo, con 7 (dos partidos menos). El Huesca suma los mismos puntos que el Celta, al igual que el Eibar de Mendilibar. Ante los guipuzcoanos iniciaron los celestes otra temporada que va camino de parecerse a las dos últimas porque el equipo de Óscar García se ha olvidado de ganar.