Horas cruciales para la resolución del tortuoso caso Olaza. El jugador se está entrenando en A Madroa esta mañana. Una buena señal de que podría concluir la temporada con el Celta, pero no definitiva. Boca Júniors ha dado permiso para que Olaza se ejercite a las órdenes de Óscar García, pero aún queda documentación que arreglar.

La situación de Olaza ha dado un vuelco, otro más: de dar su continuidad como casi segura al anuncio oficial en la medianoche del martes por parte del Celta a que el lateral debía reincorporarse a Boca al no haber alcanzando un acuerdo para su continuidad. Parecía definitivo en una entidad como la céltica, tan cuidadosa con los procedimientos en sus comunicados oficiales que a veces anuncia fichajes días después de que se hayan cerrado. Boca pedía que se ejerciese la cláusula de compra de cinco millones o que al menos el Celta se comprometiese a pagarla en caso de permanencia; en Príncipe, en un contexto general de control financiero, necesitan ese dinero para otras opciones y se ofrecían a pagar la ampliación de la cesión para negociar después el traspaso. Juan Román Riquelme, vicepresidente segundo de Boca, era el más reacio a un acuerdo.

Pero esta vez se ha reabierto una puerta. Boca y el Celta han aproximado posturas al punto que Olaza está preparando la crucial visita del Betis a Balaídos del sábado. El permiso de Boca ya apunta a una mayor cordialidad. Pero en tal historia, nada se puede dar aún por seguro.