La Junta de Gobierno del Concello de Vigo aprobó el proyecto para la reforma de la grada de Marcador, que costará unos 16,6 millones de euros y que serán financiados por la administración local y la Diputación de Pontevedra.

Abel Caballero lo anunció ayer al tiempo que negó que se hubiesen producido retrasos en la reforma de ese graderíonegó que se hubiesen producido retrasos en la reforma de ese graderío y criticó una vez más que ni el Celta ni la Xunta de Galicia van a aportar recursos para la obra.

Tras la aprobación del proyecto, el Concello prevé licitar la obra dentro de un mes con la intención de que se adjudique en unos cuatro meses y que la reforma de Marcador pueda arrancar "en el mes de julio o agosto". Caballero incluyó un par de novedades con respecto a anteriores anuncios. Uno de ellos tiene que ver con el coste (que ahora sube por encima de los 16 millones) y por otro con los plazos de ejecución de la reforma. El alcalde apuntó que Marcador estará en obras aproximadamente un año y medio y que la idea que se maneja en el Concello es que esté finalizada a comienzos del año 2022.

La reforma que ayer volvió a detallar Abel Caballero contempla la demolición de la actual grada y el levantamiento de una nueva mucho más próxima al terreno de juego, la instalación de 6.418 butacas, la cubierta ondulada que ya tienen Tribuna y Río, la adecuación de espacios interiores, redistribución de la iluminación (las torres actuales serán eliminadas ya que una de las deficiencias actuales del estadio es su precaria luz que la Liga de Fútbol Profesional considera inferior a la necesaria para las transmisiones televisivas), la construcción de almacenes, una sala de conferencias, y zonas de uso terciario, "todo del Ayuntamiento, que es el que paga". Aquí se produce otra de las novedades porque desaparecen los metros comerciales que en principio iba a disfrutar el Celta y esas dependencias serán para uso municipal.

Caballero añadió que en el marco de esta actuación también se acometerá la reforma de la grada de Río Bajo, donde se va a retirar una de cada cinco filas, para ganar espacio entre los asientos después de que la instalación de las nuevas butacas el pasado verano redujese al mínimo el espacio para los espectadores. El alcalde insistió en que esa tarea, que supondrá un gasto de unos 250.000 euros se desarrollará durante el verano y llegará a tiempo para el arranque de la temporada 2020-21.