Treinta de marzo de 2019. El Celta, desahuciado en la clasificación, se medía al Villarreal en Balaídos. Se fue al descanso perdiendo por dos goles y terminó ganando el partido con una actuación épica de Iago Aspas. Aquel día los celestes emprendieron un camino que les llevaría a la salvación. Hoy, nueve de febrero de 2020, el Celta recibía como colista al Sevilla. Los celestes no ganaban desde noviembre. El equipo venía de hacer sus mejores partidos de la temporada pero no terminaba de encontrar su premio. Y todo empeoraba a los 22 minutos con el gol del Sevilla tras un error individual. Pero esta tarde, al igual que hace casi un año, el Celta tiró de "afouteza" y de heroica para remontar el partido. Conectaron Okay, Rafinha y Aspas para fabricar el tanto del empate a falta de un cuarto de hora. Un auténtico golazo del delantero moañés. Ya en el último minuto, con el choque convertido en un correcalles, apareció Pione Sisto. El danés, con la zurda, colocó un disparo perfecto que tocó en el palo justo antes de entrar para delirio absoluto de la afición. "Un punto de inflexión", que diría Iago Aspas segundos después.

Parecía una final y se jugó como una final. El Celta recibía a un aspirante a Liga de Campeones en un Balaídos que registró esta tarde la segunda mejor entrada de la temporada. La victoria del Espanyol, horas antes, había colocado a los celestes al fondo de la tabla. Ya no quedaba nadie entre los vigueses y el abismo a Segunda. Tocaba jugar un partido a vida o muerte y para ello Óscar García recurrió a Brais Méndez, la sorpresa de su once. El técnico catalán, que volvió a la defensa de cuatro, formó en ataque con el canterano de Mos, Iago Aspas y el ruso Fedor Smolov. Un esquema en el que fueron fundamentales Okay, Rafinha y hasta Murillo para encontrar los pasillos interiores del Sevilla. Los andaluces, un equipo temible cuando ataca por los costados con futbolistas como Jesús Navas o Lucas Ocampos, se vio obligado a cuidar la parcela central ante la aculumación de hombres y de calidad que presentó el Celta.

Los vigueses, en la línea de sus últimos compromisos frente a Eibar y Valencia, ganaron la batalla del centro del campo e impusieron su ritmo. En esta mejoría es vital el papel que desempeña Okay Yokuslu. El turco actúa como una desbrozadora en fase defensiva y lanza a sus compañeros al ataque con gran acierto. Pero todas las buenas intenciones quedan oscurecidas cuando se regala un gol. A los 22 minutos Lucas Olaza se comió un balón llovido directo de un saque de puerta. El uruguayo, apretado por En-Nesyri, cedió hacia Rubén de manera muy defectuosa. El delantero marroquí del Sevilla, atento al fallo, definió con finura por encima del portero mosense. Minutos antes, Iago Aspas había dispuesto de una clarísima que envió fuera. El celeste, con el interior de la bota derecha desde el borde del área pequeña, no precisó su disparo.

El Celta no acusó el golpe. Los de Óscar García mantuvieron su plan. El Sevilla, por su parte, trató de juntar un poco más sus líneas y arriesgar menos en la presión, conscientes de que podrían hacer daño a la contra. Lo intentaron Smolov y Rafinha desde lejos. Los célticos rondaban los dominios de Vaclik pero no generaban ocasiones claras dentro del área, mientras los sevillistas mantenían activa su amenaza. En otro balón largo volvieron a encontrar la espalda de la zaga celeste, esta vez la de Murillo. Ocampos, otra vez solo ante Rubén, falló. O acertó el portero vigués, que se echó al suelo para tapar todos los espacios al atacante argentino.

Tocaba reaccionar tras el descanso. El experimento de Brais Méndez le había servido al Celta para ganar en fútbol combinativo pero Óscar García estimó que hacía falta la anarquía de Pione Sisto. El danés salió y rápidamente enganchó un par de disparos lejanos que atrapó Vaclik sin muchos apuros. Pero sin Brais el Celta perdió ritmo en su circulación. Debutó Bradaric en el sitio de Beltrán, lo que permitió a Okay situarse por delante y presionar mucho más arriba. Con el paso de los minutos el Sevilla vio que podía cerrar el marcador y el partido se abrió totalmente. Rubén Blanco, clave en el resultado final, hizo otro paradón a un disparo a quemarropa del "Mudo" Vázquez. Su rechace le cayó a En-Nesyri, que marcó, pero el colegiado lo anuló por fuera de juego.

Entraba el partido en los minutos de la heroica. Okay, en otra de sus conducciones, habilitó en el carril del ocho a Rafinha. El brasileño filtró un pase preciso a Aspas, que casi sin ángulo después de dejar atrás al portero envió el balón al fondo de la red no sin la ayuda de Diego Carlos. El empate de poco le servía a los celestes.

Apenas quedaba un cuarto de hora. Entró Santi Mina por un Smolov al que todavía le hace falta ritmo. Los minutos pasaban a toda velocidad en el cronómetro del videomarcador. Entonces, cuando el cuarto árbitro mostraba la tablilla con el tiempo de descuento, una buena presión del Celta desembocó en un mal despeje de Vaclik. La cogió Okay, avanzó, miró a un lado y a otro y en el momento justo cedió hacia su izquierda donde Pione Sisto, con la zurda, colocó el balón en el único sitio al que no podría llegar el portero checo del Sevilla. La pelota golpeó el palo, entró y explotó Balaídos. Un grito que tuvo que escucharse hasta en la playa de Samil. Los vigueses rompen una racha de ocho partidos sin ganar y vuelven a dar una alegría a su afición cuatro meses después de su última victoria en casa. El Celta sale de puestos de descenso y puede, como dijo Aspas, que haya marcado el punto de inflexión.

Ficha técnica:

Celta: Rubén; Hugo Mallo, Araujo, Murillo, Olaza; Okay, Beltrán (Bradaric, min. 70); Brais Méndez (Sisto, mim. 45), Rafinha, Aspas; Smolov (Santi Mina, min. 88).

Sevilla: Vaclík; Navas, Sergi Gómez, Diego Carlos, Escudero; Jordán, Fernando, Franco Vázquez (Nolito, min. 85); Suso (Banega, min. 66), En-Nesyri (De Jong, min. 73), Ocampos.

Goles: 0-1, m.23: En-Nesyri. 1-1, m.78: Aspas. 2-1, m.91: Sisto.

Árbitro: Jaime Latre (colegio aragonés). Amonestó con tarjeta amarilla a Murillo, Smolov y Hugo Mallo por parte del Celta; a Diego Carlos y Escudero por parte del Sevilla.

Incidencias: partido correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la Liga Santander disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 20.375 espectadores