Síguenos en redes sociales:

El Celta se extravía en la pizarra

El amor propio no basta al cuadro vigués para puntuar en Sevilla en un duelo condicionado por la expulsión de Araújo - El enésimo cambio de dibujo no mejora el juego - Mohamed dirigió con el freno de mano puesto

Las fotos de la derrota del Celta en Sevilla

13

El amor propio y ansia de redención no alcanzó ayer al Celta para puntuar en el Ramón Sánchez Pizjuán. El equipo cayó frente a un buen Sevilla en otro partido que Antonio Mohamed dirigió con el freno de mano puesto. La obsesión del técnico argentino por blindar la portería de Sergio se dio de bruces esta vez con la calidad de un adversario en racha, que aprovechó la primera rendija que el equipo vigués le concedió en defensa para romper la férrea igualad que presidió el choque durante casi todo el primer tiempo.

La apocada lectura de Mohamed para reactivar al equipo desde el banquillo y la expulsión de Néstor Araújo, que vio dos amarillas en dos minutos antes de la hora de juego, convirtieron la remontada en una misión imposible, a pesar de que el golazo de Boufal a cinco minutos del final hizo volcarse a los celestes contra el portal del checo Vlaclik. El tanto de marroquí, que fabricó desde la nada una jugada maravillosa, cambió la cara al Celta, al que hay que agradecer el gesto de dignidad de luchar por el empate hasta el último aliento del partido, pero fue un gol al fin y al cabo desconectado del engranaje colectivo, que Boufal se guisó y se comió solo y que evidencia el grave problema que el Celta sufre en el juego combinativo.

Más que de actitud, que este equipo nunca la ha perdido, el partido pone de manifiesto la carencia de un plan para salir desde atrás con la pelota jugada. La acumulación de piezas defensivas (el técnico apostó ayer de nuevo por una defensa de cinco) tiende al abuso del pelotazo como recurso ofensivo, obviando las bandas y el juego entre líneas.

La derrota encajada en el Pizjuán, segunda del curso, agrava el bache de resultados del cuadro celeste desde su cómodo triunfo ante el Atlético de Madrid en Balaídos. De parón a parón liguero, el cuadro de Mohamed apenas ha sido capaz de sumar 3 puntos de 15 posibles y ha descendido de la tercera posición a la décima. Pero lo más preocupante es que el Celta no mejora las prestaciones defensivas del pasado curso y, más allá de un talante esforzado, fía casi por completo su ataque a la brutal pegada de su pareja de delanteros.

La idea de Mohamed de igualar en intensidad al adversario y presionar al rival en campo contrario funcionó algo más de media hora. Hasta que Navas abrió una brecha en el área celeste aprovechando un centro pasado, los celestes incluso mandaron en el partido y hasta dispusieron de un par de buenas ocasiones para ponerse por delante en el marcador.

La primera la dilapidó Sisto, que disparó al muñeco desde el punto de penalti con Vaclik a su merced tras una perfecta dejada de Maxi, que bajó con la cabeza un pase en profundidad al área de Néstor Araújo (minuto 12). Cinco minutos después, Cabral remató ligeramente por encima del travesaño un centro de David Juncà.

La igualdad en el partido se prolongó algunos minutos más. El Sevilla, que apenas había inquietado a Sergio con un par de disparos lejanos de Franco Vázquez, se repuso sin embargo del susto y a ocho minutos del intermedio encontró una jugada ganadora en una pérdida del Celta en medio campo. El equipo de Machín robó el balón y armó con velocidad la contra con Ben Yedder. El tunecino se pasó de largo en el centro, que le cayó en banda derecha a Jesús Navas y el sevillano si precisó el envío asistiendo a Sarabia, que cabeceó sin oposición a la red entre la poblada zaga céltica. Demasiado premio, seguramente para los hispalenses, que contuvieron sin problemas daños hasta el descanso.

Tras el intervalo, Mohamed sorprendió con la entrada de Dennis Eckert, que suplió Sisto. Aunque Aspas puso a prueba a Vaclik aprovechando un pase de Maxi en un balón rebotado en un defensa rival, la decisión del técnico argentino no aguzó el filo de su equipo, que fue cediendo cada vez más terreno al Sevilla. Y cuando menos lo esperaba, el equipo de Machín se encontró en superioridad numérica. La expulsión de Araújo, que vio dos tarjetas amarillas en dos minutos (56 y58) se convirtió en un obstáculo insalvable. Ben Yedder perdonó el segundo disparando contra Sergio desde el cogollo del área después de un fallo catastrófico de Roncaglia, pero no tardó en redimirse. Solo un minuto después, el tunecino perforaba el portal de Sergio en una acción iniciada por Franco Vázquez. El argentino filtró un pase profundo entre la zaga céltica que Sarabia recogió para asistir al punta sevillista, que solo tuvo que empujar con la puntera el balón contra las mallas en el segundo palo.

Antes de que Mohamed lo retirase del campo (quizá el argentino dio por perdido el partido antes de tiempo), Aspas tuvo en sus botas el gol tras una gran conducción de Lobotka, pero el remate del internacional celeste fue de nuevo despejado por Vaclik con una gran intervención.

Con 20 minutos aún por delante Boufal, relevó al moañés y no tardó en protagonizar una acción individual que cambió la cara al choque. El marroquí robó una pelota a Sarabia en el círculo central, galopó hacia la portería dejando atrás rivales y antes de ganar el área descerrajó un trallazo con el interior de la bota que se coló pegado al palo haciendo inútil la estirada del portero. El golazo estimuló al Celta. Los jugadores tiraron entonces de casta en busca de una remontada que no llegó. La fe con que los celestes buscaron desesperadamente al empate encogió al Sevilla, pero no encontró el respaldo de Mohamed, que provocó el enfado del Juncà cambiándolo por Junior y eludió gastar una última bala con Brais para evitar recibir un tercer gol que el rival rondó en algún momento.

Pulsa para ver más contenido para ti