Las mariscadoras de Carril renuncian a la babosa: “Murió los últimos cuatro años”

Siembran 4 millones de semillas de japónica entre la playa Compostela y A Fangueira, una zona que regeneraron tras el fiasco de Os Lombos | Llevan cuatro meses sin extraer

Las mujeres, con los capachos llenos de semilla.

Las mujeres, con los capachos llenos de semilla. / Iñaki Abella

María López

María López

Una decena de mariscadoras de la cofradía de Carril acudieron ayer a la playa Compostela para sembrar almeja que no alcanzará el tamaño reglamentario para su venta hasta el próximo año. El jueves repoblaron A Fangueira, una autorización de menor extensión pero que las profesionales carrilexas han regenerado por completo –con una inversión de 30.000 euros en barcos de arena– con el propósito de hacerla más productiva, sobre todo teniendo en cuenta que la tercera zona de extracción de la agrupación, Os Lombos do Ulla, ya la dan por perdida después de tres años consecutivos en los que la almeja no fue arriba: o se moría o no crecía lo suficiente para dar la talla.

Entre A Compostela y A Fangueira, las mariscadoras sembraron en torno a cuatro millones de unidades de almeja, toda japónica. La última vez que apostaron por la babosa fue en 2022. “En 2023 ya no sembramos porque nos murió en los últimos cuatro años”, justifica la presidenta de la agrupación de marisqueo a pie de Carril, María Porto, que ayer supervisó desde la arena los trabajos de siembra en la playa vilagarciana. Añade que “fina no hay autóctona”, por tanto solo queda la opción de la japónica, que tiene una mejor salida en el mercado porque el precio es más bajo para el consumidor.

Contaron con ayuda del “chimpín”. |  // IÑAKI ABELLA

Contaron con ayuda del “chimpín”. / Iñaki Abella

Cierre extractivo hasta julio

Las mariscadoras de Carril llevan desde finales de diciembre sin trabajar, es decir, sin extraer ni vender bivalvos. “No pudimos terminar ni la campaña de Navidad”, lamenta Porto Maneiro.

En una reciente asamblea, las integrantes de la agrupación sectorial decidieron ampliar el cierre de sus concesiones hasta el 30 de junio, de forma que volverán a faenar el 1 de julio, seis meses después de la última vez.

¿Dónde? Precisamente han dejado una parte de A Compostela sin sembrar para poder trabajarla en verano, puesto que las zonas con almeja alevines deben permanecer cerradas –por resolución– entre tres y cuatro meses desde la siembra. La elegida ha sido la que las mariscadoras llaman “zona del Estrecho”, situada en las inmediaciones del Balneario.

Las mariscadoras sembraron almeja ayer en la playa Compostela por valor de 40.000 euros. |  // IÑAKI ABELLA

Las mariscadoras sembraron almeja ayer en la playa Compostela por valor de 40.000 euros. / Iñaki Abella

La recuperación de los bancos marisqueros ha supuesto una importante inversión económica por parte de la agrupación de a pie de Carril, donde cada trabajadora abona una cuota anual de 625 euros independientemente del número de días trabajados, es decir, de la cantidad de ingresos.

Según expone la presidenta, María Porto, en la desembocadura del río Ulla, en Bamio, invirtieron en semilla en los últimos tres años 35.000 euros por ejercicio, una inyección económica que no ha tenido retorno debido a la elevada mortandad en Os Lombos.

En la playa Compostela la almeja sembrada ayer supuso un coste de 40.000 euros y la de A Fangueira de 10.000. Las mariscadoras cruzan los dedos.

Cambio de profesión a la construcción o a las fábricas

La situación que están viviendo las mariscadoras de Carril a nivel económico es tan delicada que algunas se han visto obligadas a tirar la toalla y cambiar de profesión para poder alimentar a sus familias.

Según los datos proporcionados por la presidenta del colectivo, María Porto, hace un año y medio la agrupación contaba con 87 personas, mientras que en la actualidad son 69. Además de las renuncias a los Permex se incluyen varias jubilaciones.

La mayoría de las mariscadoras y mariscadores que dejaron el oficio encontraron empleo en el sector de la construcción o en fábricas de la comarca.

Si la coyuntura no mejora, todo parece indicar que continuarán aumentando las renuncias a los permisos de explotación marisquera porque no son pocas familias las que en Carril están con el agua al cuello, sin ingresos pero con los mismos gastos, una situación que no se puede sostener eternamente.

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