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Solo 17 jóvenes empiezan a trabajar en Galicia por cada 100 cercanos a jubilarse

El número de cotizantes de 55 años en adelante multiplica por 5,5 a los menores de 25, a pesar de la mejora de la ocupación en las edades más tempranas y la inmigración

Jóvenes trabajadoras en el restaurante del CIFP Carlos Oroza.

Jóvenes trabajadoras en el restaurante del CIFP Carlos Oroza. / Gustavo Santos

Julio Pérez

Julio Pérez

Vigo

El dato de la población activa aparece en un discretísimo segundo plano cuando se actualizan cada trimestre las fotografías del paro y la ocupación, a pesar de que sin esa información es imposible analizar realmente la salud del mercado laboral. Que haya más o menos personas en edad de trabajar –de 16 años en adelante–, lo hagan o quieran hacerlo sirve de termómetro para medir la percepción de la sociedad respecto a la situación de la economía. Al igual que sucede con los niveles de afiliaciones a la Seguridad Social, la comunidad no logró todavía alcanzar el pico de activos registrado durante la recta final de la burbuja inmobiliaria: 1,331 millones de residentes entre enero y marzo de 2009. En el primer trimestre de este año eran 1,259 millones, aunque se percibe cierta ligera tendencia al alza. Toda una novedad que tiene mucho que ver con el crecimiento habitual de este grupo de población en momentos de expansión de la economía y la bajada en las crisis, sacudidos por el desánimo.

La población activa funciona también como bola de cristal para hacerse una idea del relevo generacional. Y ahí Galicia tiene un problema muy, muy grave. La última proyección del Instituto Galego de Estatística (IGE) adelantó la mejora que se está dando en la tasa de actividad en 2023 y 2024, pronostica una nueva subida el próximo 2025, pero a partir de ahí caerá de nuevo hasta situarse por debajo de los 1,2 millones en 2036.

“Las implicaciones macroeconómicas del envejecimiento que se espera que experimente la población en la próximas décadas dependerán en buena medida de los recursos de fuerza de trabajo de los que disponga la economía en el futuro”, advierte el organismo. “Los encargados y las encargadas de diseñar la políticas públicas tienen un interés cada vez mayor por disponer de una simulación estadística del comportamiento futuro de la población en relación con el mercado laboral –añade en su informe–, ya que es determinante en el crecimiento potencial de la economía, la sostenibilidad de los sistemas públicos, etc.”.

A la espera de comprobar cuál será la evolución real de todos los indicadores demográficos que influyen en la población activa, el mercado de trabajo presenta a estas alturas un desequilibrio de edades que presagia un agravamiento de la falta de mano de obra a medio y largo plazo. Galicia cerró el pasado ejercicio con 1.032.427 afiliados a la Seguridad Social y 1.070.771 afiliaciones. No coinciden las dos cifras porque un mismo trabajador puede figurar de alta varias veces, en tantos empleos como tenga. El volumen de cotizantes aumentó en casi 16.000, el 1,6%. En los menores de 25 años está el mayor ascenso en términos porcentuales: 8,5% de alza tras la incorporación de 3.333 jóvenes a la ocupación. Los otros incrementos destacados vienen justo de la horquilla contraria, la de más edad. Los trabajadores de 55 a 59 años subieron un 3,6% (4.600 más) y los de 60 años en adelante aumentaron un 7% (cerca de 7.700).

Con ambos extremos de la pirámide de los afiliados se calcula la tasa de sustitución. “Este indicador se utiliza para comparar la población que acaba de ingresar como cotizantes al sistema de la Seguridad Social con la que está en edad próxima a abandonarlo y pasar a la situación de pensionista”, detalla el IGE en la revisión que acaba de publicar del marcador. ¿Y cómo está? Por cada 100 trabajadores gallegos cercanos a la jubilación, únicamente se estrenan 17 en la ocupación. Las altas de mayores de 55 años rozan las 233.000. Hay 79.200 más que en 2011 y multiplican por 5,5 a los afiliados por debajo de los 25 años: 42.125. En el caso de los jóvenes, la cifra apenas varió desde 2011.

tasa reposicion W

tasa reposicion W / Hugo Barreiro

El IGE no tiene datos anteriores de afiliados detallados por edad. Sí de afiliaciones, lo que permite al menos hacerse una idea del impacto del invierno demográfico en el mercado laboral. Hace dos décadas los trabajadores con menos de 25 años superaban los 90.000 en la comunidad.

El otro indicador relevante para el desajuste de la ocupación es el índice de estructura de la población afiliada. Por cada menor de 40 años de alta en la Seguridad Social en Galicia hay 233,8 de más edad.

“El envejecimiento de la población trabajadora tiene consecuencias profundas sobre la composición del tejido productivo, el empleo agregado y el crecimiento de la productividad”, alerta un grupo de analistas del Banco de España en el reciente monográfico La economía española ante el reto demográfico editado por Funcas. En España “se está produciendo muy rápidamente y afecta a sectores, ocupaciones, regiones y empresas de distinto tamaño”. “Revertir estos cambios demográficos en el corto plazo no es posible ya que, aun con aumentos notables de la natalidad que parecen poco probables, no sería, al menos hasta dentro de dos décadas, cuando ese repunte empezara a rejuvenecer a la población española”, resaltan los expertos, que apuntan a la carta de la inmigración para “ralentizar, aunque no en gran medida”, el fenómeno.

Galicia también es muestra de eso. La tasa de sustitución sigue renqueando en medio de un bum inédito de extranjeros en el empleo. Son más de 62.000 en estos momentos después de un incremento del 51% en los últimos cuatro años.

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