Acuicultura sostenible frente a ecopostureo
La producción ecológica se pone a prueba en la ría
La asociación sin ánimo de lucro que agrupa a las autoridades de control de la producción ecológica en las diferentes comunidades autónomas de España, Intereco, despliega estos días sus jornadas de trabajo anuales.
En las mismas pone sobre la mesa todo lo relacionado con el “greenwashing”, tratando de determinar cuánto tiene de amenaza y cuánto, de realidad.
Dicho de otro modo, que se analizan los posibles efectos de esa técnica cada vez más extendida que algunas compañías emplean para hacer creer a los consumidores que ellos o sus productos son sostenibles, aunque para ello utilicen argumentos engañosos o inciertos.
Desde 1997
En colaboración con el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de Galicia (Craega) –creado en 1997–, esta actividad debe servir, en consecuencia, para poner coto al “greenwashing” aunque también para seguir promocionando el mejillón ecológico que se produce en la comunidad.
De manera especialmente llamativa en la ría de Arousa, que trata de abrirse camino en esto de la “acuicultura ecológica” y que ayer pudieron surcar los congresistas para, precisamente, acercarse a los viveros flotantes en los que se cultiva molusco a partir de bases sólidas de sostenibilidad.
Cruceros del Ulla
Una visita a bordo del catamarán “Gran Cormorán I”, de la naviera Cruceros del Ulla Turimares, que sirve para poner en valor una producción ecológica de calidad, “basada en la obtención de productos naturales y saludables con respeto medioambiental”.
Así lo indica José Luis Cabarcos, director de la Axencia Galega da Calidade Alimentaria, cuando hace hincapié en el “compromiso específico de la Xunta para el fomento de la agricultura ecológica”.
Compromiso que ya quedaba puesto de manifiesto cuando, hace más de una década, la conservera arousana Antonio Pérez Lafuente y la asociación de bateeiros San Amaro presumían de elaboración de mejillón ecológico y de su comercialización en España, Francia, Inglaterra, Alemania, Austria, Holanda y Bélgica .
Y de nuevo el año pasado, cuando, también en Vilanova, el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, y el propio José Luis Cabarcos se desplazaron en uno de los catamaranes de Cruceros del Ulla Turimares a la batea que se convertía en la primera en lucir el distintivo del Consello Regulador da Agricultura Ecolóxica de Galicia.
Convenio con Mar
Una identificación que, ya se dijo entonces, va a seguir extendiéndose por las bateas gracias al convenio de colaboración firmado por la Consellería y Craega, con un presupuesto de 80.000 euros.
A estas alturas son más de 200 los viveros flotantes que cultivan mejillón de forma ecológica en las rías gallegas.
Unas aguas que juegan un papel determinante en todo lo relacionado con las conservas de pescado, los productos de acuicultura y las algas certificados con el sello ecológico, que pasaron de los 14 millones de euros facturados en 2018 a casi 21 millones, en 2022.
Y todo, insisten en la Xunta, tratando de aprovechar el tirón de lo ecológico y medioambientalmente sostenible, ya que “la sociedad demanda cada vez más” este tipo de artículos.
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