¿Podrá invertirse algún día la curva demográfica en O Salnés?: Un nacimiento por cada dos muertes

La tendencia es similar a la de Galicia con peculiaridades en cada una de las nueve localidades / En Vilagarcía el saldo vegetativo es superior al número de bebés / O Grove también sufre un enorme retroceso en 2022

Noa ha sido el primer bebé nacido este año 2024 en el Hospital de O Salnés. el pasado 2 de enero. |   // IÑAKI ABELLA

Noa ha sido el primer bebé nacido este año 2024 en el Hospital de O Salnés. el pasado 2 de enero. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

O Salnés tampoco se libra del declive poblacional que revelan los últimos datos del Instituto Galego de Estadística con más de 1.200 defunciones, más del doble de los nacimientos: solo 611. El estudio demográfico se corresponde a 2022, año en el que supuestamente ya se había superado la crisis pandémica pero que siguen reflejando la tendencia regresiva que comenzó ya en 1988, cuando se conoció el último dato positivo en el descrito movimiento natural de población.

Cierto que son referencias que ya no sorprenden en tanto que en el año objeto de estudio solo un municipio de Galicia se salvó del retroceso, a diferencia de los 312 restantes, entre ellos todos los de la comarca arousana y también del Ullán.

El caso de Vilagarcía

El ejemplo más significativo, por tamaño poblacional, es sin duda Vilagarcía que registró nada menos que 422 fallecimientos en los doce meses de referencia (1,15 cada día) y solo 204 nacimientos (uno cada día y medio), con lo que el saldo vegetativo es negativo en 218 personas, lo que resulta especialmente preocupante ya que fallecen dos personas por cada niño nacido.

Durante el período de referencia también destaca un mayor número de defunciones de mujeres (219) frente al de varones (203). En cambio, respecto a nacimientos hubo más niños (103) que niñas (101).

Por orden poblacional, la localidad de Sanxenxo anotó un total de 164 muertes, si bien los 90 nacimientos que se produjeron durante ese año redujeron la diferencia demográfica. En esta localidad, fallecieron algunos hombres más que mujeres, según la estadística, en una relación de 86 a 78.

Mejor saldo vegetativo

Parecidos datos se observan en la localidad de Cambados, con una saldo vegetativo negativo de 74 personas en el período analizado por Estadística. También en la villa del albariño se consiguió vencer la tendencia negativa entre ambos factores a pesar de que los 158 óbitos ocurridos en el municipio en solo un año resulta un porcentaje preocupante, aunque los 84 nacimientos contrarrestan el saldo vegetativo. En esta localidad finaron el mismo número de hombres que de mujeres, 79; mientras que son más los varones nacidos (49) que las niñas (35).

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La estadística desglosa también por meses el registro de defunciones en las distintas localidades de O Salnés, lo que permite observar aspectos que pueden ser relevantes o cuando menos pintorescos. En el caso de Vilagarcía, por poner un ejemplo, los meses de abril y agosto son los que han marcado el pico de fallecimientos con 44 y 43, respectivamente. El resto de los meses, el número de decesos ronda los 35, salvo el mes de septiembre que, con 26, fue el menos luctuoso. En cambio, en Cambados, el mes con más número de entierros fue el de febrero, con 19, seguido de septiembre y noviembre, donde se honraron a 17 personas en cada uno de estos períodos. En este caso, el invierno podría ser uno de los factores determinantes. El promedio de fallecidos en Vilanova de Arousa, por su parte, ronda la decena al mes, con enero y octubre como los de más duelo (12) aunque fueron 11 los óbitos en marzo y septiembre. En el resto de los meses rondan las seis o siete personas. O Grove, por su parte, tuvo sus meses más trágicos en febrero y diciembre con 16 defunciones cada uno, mientras que el resto de los meses rondaron la decena. Respecto de A Illa, se estima que cada muere media docena de personas, aunque diciembre fue el más doloroso para las ocho familias que guardaron luto. En localidades del interior como Ribadumia se registraron entre dos y cinco defunciones por mes, según especifica la estadística recientemente publicada.

O Grove asimismo superó la barrera del centenar de ceremonias fúnebres a lo largo de los doce meses de 2022. En total fueron 126, de los que 62 eran hombres y 64 mujeres; unos datos que tampoco influyen en la diferencia demográfica pues el número de alumbramientos fue solo de 53 niños, de ellos 28 con cromosomas masculinos.

Vilanova de Arousa se alinea también con los municipios con más de un centenar de defunciones, en total 108 (42 hombres y 66 mujeres), frente a las 53 nuevas vidas que vieron ese año la luz en una localidad en la que el saldo vegetativo es de menos 55 individuos.

Municipios menores

Todos los demás ayuntamientos de la comarca están por debajo de esa cifra de un centenar de muertes al año, si bien hay que tener en cuenta que se trata de localidades de mucho menor tamaño, al rondar los 5.000 habitantes.

Con todo hay situaciones llamativas como la que se produjo en el municipio de Meaño, donde la diferencia entre muertes y nacimientos es de casi el triple, con un saldo vegetativo de menos 61 cuando solo se han llegado a este mundo 26 bebés. Ello quiere decir que durante ese período perdieron la vida un total de 69 vecinos en una localidad de población mediana.

De parecido tamaño es Ribadumia, un término municipal en el que se logró rebajar esa tremenda tendencia con un saldo negativo de solo 20 habitantes, gracias al nacimiento de 29 niños, lo que quiere decir que 49 han fallecido en dicho año, posterior a la pandemia.

Meis, por su parte, ha seguido una línea intermedia con un saldo negativo de 36 vecinos, gracias a los 33 nacidos de enero a diciembre; de ellos 14 niños y 19 niñas. En cuanto a fallecidos, prácticamente fue el mismo número en ambos sexos (35 y 34, respectivamente).

El caso de A Illa y los del Ullán

El municipio con un mejor comportamiento poblacional en la comarca fue el de A Illa de Arousa, sin duda el más pequeño de los nueve analizados, lo que influye sin lugar a dudas en la lectura de la estadística proporcionada por el IGE.

En este caso, el saldo vegetativo quedó fijado en una diferencia de cinco personas, al haber llegado a este mundo 37 niños (19 chicos y 18 chicas), si bien son 42 los vecinos que ya no están, de ellos 20 hombres y 22 mujeres.

En cuanto a la comarca del Ullán también hay que hacer referencia al saldo vegetativo negativo tanto en Catoira como en Valga y en Pontecesures.

Valga es la localidad que perdió más población con 64 fallecimientos y un saldo negativo de 33 vecinos; seguido de Pontecesures con diez personas menos (20 nacimientos) y Catoira con 12 nacidos y 39 muertos.

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