El centro de salud de A Illa vuelve a quedar con un médico menos de forma indefinida

El centro de salud de A Illa vuelve a funcionar con un médico menos desde hace unos días. El motivo, las vacaciones previas a la jubilación de uno de los tres médicos de atención primaria, lo que ha obligado a repartir los pacientes entre los otros dos profesionales. Esta situación ha incrementado la carga de trabajo que tienen los dos médicos, justo en una época del año donde se han disparado el número de atenciones debido a problemas respiratorios como gripes o catarros. Por el momento, no existe constancia de que se envíe un sustituto al centro de salud de A Illa, lo que ha incrementado las demoras en la atención primaria, extendiéndolas más allá de una semana.

Los usuarios del centro de salud de A Illa están viviendo un déjà vu ya que esta misma situación ya ocurrió a principios del pasado mes de marzo, cuando otro médico se jubiló y el Sergas tardó meses en cubrir la plaza. Es más, durante varios meses estuvieron los otros dos médicos encargándose de atender el cupo del anterior y doblando turnos por la tarde para intentar reducir la enorme lista de espera que se creó. Finalmente, varios meses después, otra médico cubría esa baja. A esta circunstancia se suma el hecho de que, durante el verano, las vacaciones del personal no acostumbran a cubrirse, lo que provoca un importante colapso en la atención que se presta en el centro de salud. Más tiempo de espera para contar con un profesional de cabecera estuvieron los usuarios del servicio de pediatría teniendo que desplazarse durante casi dos años a Cambados al no cubrirse la plaza de pediatra que compartían con Ribadumia. La plaza acabaría cubriéndose en diciembre de 2022.

Manuel Suárez, edil del grupo de gobierno, cargaba ayer contra la Consellería de Sanidade, a la que acusaba de “querer desmantelar la atención primaria, no solo en este centro de salud, sino en toda Galicia, utilizando la excusa de la falta de recursos humanos”. El edil recuerda que la Atención Primaria es “la primera línea de batalla de la sanidad pública, pero aquí nos encontramos con citas para más allá de diez o quince días, lo que lleva a muchos pacientes que tienen un problema leve inmediato, como puede ser un simple dolor de oídos, a colapsar las urgencias porque no encuentran atención en su centro de salud durante mucho tiempo”.

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