Problemas para el mejillón adulto y su cría

Los temporales frenan la campaña de la mejilla y el agua dulce mata molusco reparcado

La recolección de mejilla (semilla) en las batidas rocas del litoral atlántico.

La recolección de mejilla (semilla) en las batidas rocas del litoral atlántico. / Elena Fernández

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Este año empezó mal para el sector bateeiro gallego, con una escalada de tensión sin precedentes en el marco de la “guerra de la mejilla”, y termina casi peor, con una sucesión de temporales que provocan mortandad y desprendimientos, además de condicionar y ralentizar la campaña de recolección de semilla que se iniciaba el pasado día 1.

Los mejilloneros se las apañan como pueden para cerrar este mal año, que se caracterizará por una reducción de volumen respecto al ejercicio anterior, según indican todos los consultados.

Hay productores afectados en puertos como A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove

Productores recogiendo semilla en el litoral. / Elena Fernández

El único consuelo es que el precio en origen no se ha comportado del todo mal, a pesar de que, como siempre se ha dicho, el mejillón sigue siendo un marisco absolutamente infravalorado, que no acaba de cotizar en los muelles como sería deseable.

Salinidad

En ello coinciden los acuicultores que ayer confirmaban que “los problemas continúan”, tanto en la campaña de recogida de mejilla, cría o semilla de mejillón –como se prefiera llamarle–, como en lo referido a los efectos del intenso oleaje y el brutal descenso de la salinidad.

Hay productores afectados en puertos como A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove

La mejilla se sujeta con ayuda de una fina red biodegradable. / Elena Fernández

Empezando por esto último, hay que recordar que el mejillón ya sufrió en primavera y verano la subida de la temperatura del agua, lo cual generó deficientes e irregulares desoves que, a la postre, debilitaron al producto y le restaron calidad durante buena parte de la segunda mitad del año.

Ya en otoño, la sucesión de temporales de viento y, sobre todo, de lluvias copiosas, hicieron el resto, aumentando la debilidad del producto, cada vez más escaso, que quedaba en las cuerdas.

Fruto de todo ello, a finales del mes pasado y en lo que va de diciembre se han detectado tanto episodios de desprendimientos intensos, con “piñas” enteras de mejillón caídas al fondo del mar, como de mortandad.

Hay productores afectados en puertos como A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove

Un bateeiro colgando cuerdas de cría. / Elena Fernández

Una mortandad directamente relacionada con las lluvias, las riadas y, en definitiva, el notable aumento de agua dulce, ya que esto no solo provoca la mortandad de almeja y berberecho que tantas veces denuncian las cofradías de pescadores, sino que también afecta al mejillón, por mucho que este bivalvo sea más resistente que los anteriores.

Polígonos interiores

Pero el descenso de la salinidad también castiga al “oro negro” de batea, sobre todo en los polígonos situados en aguas interiores de las rías. Más aún en aquellos que se sitúan a la altura del canal de desagüe de los ríos más caudalosos.

De ahí la mortandad, por ejemplo, que han experimentado bateeiros como los de A Illa, Vilanova, Cambados, Rianxo y O Grove en los últimos tiempos, más evidente, si cabe, en polígonos como el Grove A y el Cambados B.

Bateeiros gallegos recogiendo mejilla (cría del mejillón) en las rocas más batidas del litoral atlántico.  | FOTOS: ELENA FERNÁNDEZ

Un mejillonero raspando las piedras. / Elena Fernández

Reparqueo

Esa mortandad afecta de manera especial al mejillón reparcado, es decir, al que ya había sido sacado de las cuerdas e introducido en sacos de malla plástica, los cuales vuelven a ser sumergidos durante días en el agua, antes de extraerlos definitivamente para enviarlos al mercado italiano.

De igual modo, y relacionando ese descenso de salinidad con la campaña de la mejilla, hay que decir que los bateeiros se ven obligados a ralentizar la recogida de cría porque no se atreven a encordarla en esos polígonos interiores, ya que temen que no llegue a fijarse a las cuerdas convenientemente.

“Entre el descenso de la salinidad y el anuncio de nuevos temporales para esta semana, lo más recomendable es esperar antes de retomar la recogida de cría”, explicaba ayer un bateeiro arousano.

Trabajos de encordado de la mejilla (semilla) en batea.   | FOTOS: ELENA FERNÁNDEZ

Un bateeiro luchando con el atlántico para recoger cría. / Elena Fernández

“Este año la cría pinta bien, pues parece tener calidad, pero hay que esperar antes de determinar si agarra bien o no”, apostilla otro de los acuicultores consultados.

“Lo cierto es que andamos con miedo, porque aunque la cría sea buena, de nada sirve que nos matemos ahora recogiéndola y encordándola si después no va a aguantar a causa del agua dulce”, remarca un tercer productor.

Entre los consultados hay algunos que confirman que en determinadas zonas “la cría agarra peor que en otras, por eso no nos atrevemos a meterla por ahora”.

Hay productores afectados en puertos como A Illa, Vilanova, Cambados y O Grove

Bateeiros encordando semilla en un barco abarloado a una batea. / Elena Fernández

A lo que añaden que “el problema es que si no recogemos ahora la cría habrá que esperar ya a finales de enero, que es cuando vienen las siguientes mareas buenas –episodios de bajamar acusada–, y eso es mucho esperar”.

Quienes así opinan inciden en que “las bateas están vacías y necesitamos la cría con urgencia, para tratar de compensar cuanto antes este mal año”.

Producto de Navidad

Por otra parte, hay que reseñar que en esta época del año, el mejillón gallego no solo es noticia por desarrollarse la campaña de recogida de la cría y su posterior encordado en las bateas. También sale a relucir cuando se habla de los menús navideños y del desorbitado precio que llegan a alcanzar algunos pescados, mariscos y carnes.

Frente a todo esto, el “oro negro” de batea se presenta como una buena alternativa para las mesas de Navidad, ya que mantiene un precio de lo más asequible: entre 2,5 y 3,5 euros el kilo en plazas de abastos y supermercados.

Además, como ya se ha explicado en multitud de ocasiones, es un producto versátil, que ofrece multitud de posibilidades a los encargados de cocinarlo.

Sin olvidar que este molusco bivalvo de características únicas en Galicia tiene indudables propiedades nutricionales, tanto en el mercado de fresco como en conserva.

Un producto con bajo contenido en grasas y alto contenido en proteínas que además es fuente natural de vitaminas (B12, riboflavina-B2 y folacina-B9) y de sales minerales (hierro, fósforo y zinc).

Los expertos sugieren que, en consecuencia, con tan solo consumir cien gramos de vianda, se cubre el 100% de la cantidad diaria recomendada de vitamina B12 y más del 50% de la de hierro.

Otro dato relevante es que “consumir una lata de mejillones a la semana o cada quince días puede ser una medida preventiva estupenda para la mayor parte de las anemias”, según indica el catedrático Federico Mallo desde la Denominación de Origen Protegida Mejillón de Galicia.

A lo que añade que el “oro negro” resulta especialmente recomendable para las mujeres en edad fértil, ya que “en los ciclos menstruales pierden una cantidad importante de hierro que las hace susceptibles de padecer anemias”.

Como también se aconseja a los deportistas y a los niños, “para que puedan disponer de un aporte suficiente de hierro”. 

Aspectos en los que abundaba hace solo unos días la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega), que reivindicó a este molusco como uno de los llamados a protagonizar los menús navideños.

Lo hizo desarrollando en el mercado Barceló de Madrid una edición especial de las jornadas promocionales que cada año desarrolla, también en la capital de España, en los mercados de Las Ventas y Tirso de Molina.

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