La mortandad de almeja se centra en la zona de Praceres mientras da un respiro a Campelo

Las mariscadoras vuelven a salir a la “ribeira” limitando la cuota a cinco kilos de la variedad japónica y a uno de la fina | La salinidad ya se empieza a recuperar en el fondo de la ría

Marisqueo ayer en la zona de Praceres, de las más afectadas por el agua dulce.

Marisqueo ayer en la zona de Praceres, de las más afectadas por el agua dulce. / RAFA VAZQUEZ

Jornada agridulce la del marisqueo de ayer por la mañana, en la que el sector volvió a salir a la “ribeira” en el fondo de la ría de Pontevedra. Mientras que las trabajadoras que faenaron en la zona de Campelo regresaron bastante satisfechas a tierra, después de semanas en las que la mortandad de la almeja ha sido la protagonista, las que estuvieron en Praceres lo tuvieron mucho más difícil, con abundancia de bivalvos muertos. El agua todavía no ha recuperado su salinidad habitual y sigue arrastrando las consecuencias de las abundantes lluvias del último mes, que tanto afectan a estos moluscos.

“Para quitar la cuota de hoy les llevó toda la mañana. Entraron a las ocho y media de la mañana y a las once aún estaban saliendo del mar. Eso significa algo: que está costando mucho”, explica a FARO Carmen Vázquez Nores, patrona mayor de la Cofradía de Lourizán, que informa de que se ha limitado la extracción por mariscadora a cinco kilos de la variedad de almeja japónica y un kilo de fina.

“Agotar toda una marea para sacar cinco kilos, cuando con diez habitualmente en una hora ya terminan ya nos dice algo”, añade.

En este sentido, celebró que en esta ocasión “el mar les ayudó”, algo que no siempre ocurre en función de la marea. “Fueron recogiendo en las zonas donde el mar está más alto”.

En esta ocasión, vistas las experiencias de días previos, las mariscadoras fueron por todo el banco de Praceres, “se les dio vía libre”, y aún así les costó mucho poder reunir la cuota permitida por persona.

“Hubo gente que decía que le costó mucho, otra gente que encontraba mucha almeja muerta en la concha, otra ya abierta... Pero también hubo de quien dijo que le había ido bien”, resume Vázquez Nores.

Mariscadoras seleccionan almejas, ayer, en la zona de Os Praceres, de las más afectadas por el agua dulce. |   // RAFA VÁZQUEZ

Mariscadoras en Campelo, ayer por la mañana. / RAFA VÁZQUEZ

Hay que recordar que las abundantes lluvias de los temporales de octubre y noviembre provocaron un exceso de agua dulce en el fondo de la ría. La alteración en la salinidad afecta al ciclo vital habitual de los bivalvos. La almeja japónica es la especie que más afectada se está viendo. La fina menos, porque está más enterrada. Hasta ahora la ría no ha sido capaz de contrarrestar las corrientes y la salinidad sigue siendo baja. De este modo, el marisco se estresa, ya que con una salinidad por debajo del 20% no es capaz de alimentarse y termina perdiendo peso. A ello se suma que en invierno no hay fitoplacton como en otras épocas del año.

“Esta última semana ha sido favorable porque el viento del norte ha ido limpiando, echando el agua dulce y removiendo para que entrase algo de salinidad. Aún así, todavía no está en el nivel que debería”, indica la patrona mayor de Lourizán. “Tampoco al marisqueo a flote le fue mucho mejor; muchos se acabaron marchando cansados de no encontrar nada”, añade.

Respecto a las perspectivas para el mes de diciembre, Carmen Vázquez Nores recuerda que es un mes “con mareas muy malas, de siempre” y “no van a poder acceder a lo que buenamente hoy (por ayer) pudieron”. “La semana previa a la Navidad no coincide bien con las mareas”.

Menos almeja fina

Muy diferente fue la mañana en la zona de Campelo, “donde pudo haber alguna almeja muerta, pero nada que ver con lo de Combarro de hace unos días; ni hay olor ni nada”, informa, por su parte Elena Padín Gómez, vicepatrona de la cofradía de Raxó. “Lo que sí, hay poca fina, pero ya había poca antes”.

“Lo poco que hay está vivo, así que nos vamos más contentas, comparando con el miedo que teníamos. Mañana (por hoy) nos vamos a otra zona de Campelo, así que ya veremos, no sabemos lo que nos podemos encontrar”, señala.

Zona catastrófica

Sobre la posibilidad que baraja el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, de pedir al Gobierno central la declaración de las áreas de las rías gallegas afectadas por la disminución de la salinidad como zona catastrófica, las mariscadoras la celebran. Es más, Carmen Vázquez Nores reafirma: “Es que, como quien dice, la petición, prácticamente, es nuestra. Es algo inusual lo que pasó este año, si paramos unos meses por causa de fuerza mayor para que se recupere y luego volvemos, es una fórmula que nos puede ayudar a todos”.

De hecho, ayer por la tarde había una reunión de cofradías en Arcade en la que se iba a abordar esta cuestión, entre otras, tal y como aseguró Elena Padín.

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