La gestión de la EDAR de Os Pasales ya aparece a finales de este año en los recibos de Meaño

El Ayuntamiento de Meaño comunica que este año se pasará al cobro el canon de gestión de depuradoras en los usos urbanos, a que se obliga por norma, respondiendo a un tributo autonómico en base a la ley de julio de 2022. El canon se pasará al cobro en este tramo final de 2023, y es el que viene a sustituir el coeficiente de vertido de aguas residuales, pasando en su caso a tener en cuenta los “usos urbanos”, vinculados a la cantidad y calidad del agua que entra en las depuradoras.

Norma y tasa se aplicarán a todas aquellas depuradoras cuya gestión corresponda a Augas de Galicia, como, en su caso es la EDAR de Os Pasales en Dena, de la que se sirven los ayuntamientos de Meaño, Sanxenxo y Cambados.

El canon de gestión de las depuradoras dependientes de la Xunta incluye un componente fijo y otro variable. Por el primero se fija un importe mensual que deben pagar todas las viviendas y que, independientemente el agua consumida, se establece a 1,54 euros al mes, lo que se traduce 18,48 euros por año.

Habitantes

Por su parte, el componente variable responde a un modelo progresivo del consumo -y vertido- que toma en consideración el volumen de agua consumida y el número de personas que habitan en la vivienda. Por esta razón, dos viviendas que realicen el mismo consumo mensual, pagarán distinto importe en función de las personas censadas en la vivienda.

En los tramos fijados por la norma, se establece que el número de metros cúbicos del tramo gratuito de agua aumenta en función el número de personas. Así, de tal manera, una vivienda con tres personas dispondrá de seis metros cúbicos de agua vertida gratuita al mes, mientas que, si son seis personas, el número de metros cúbicos gratuitos asciende a doce. Y será a partir de esos mínimos que entre en juego el abono de la parte variable para cada recibo.

Zonas más rurales

Desde el rural, se discrepa en que la norma -tal y como ya acaecía en el canon de vertido-, por cuanto iguala agua consumida a agua vertida a la red de saneamiento. Un paralelismo que cuadra más en las ciudades, si bien en muchas casas del rural una parte del agua consumida -en ocasiones considerable- no se vierte a la red de saneamiento, al destinarse a regadío doméstico en el exterior, pero que sí pasaría a cuantificarse como vertida y depurada, aunque nunca haya llegado a una EDAR.

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