El asilo de Cambados genera pérdidas económicas

La congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados emitió ayer un comunicado para explicar su versión sobre la posible venta del pazo de Montesacro, donde se encuentra el asilo. La organización religiosa explica que el centro de Cambados les está ocasionando grandes pérdidas económicas, y que en su momento compraron el edificio, sin ninguna cláusula que les obligase a mantenerlo abierto como residencia de la tercera edad.

Asimismo, la congregación afirma que “está explorando diferentes opciones, siendo la prioritaria la venta del inmueble a un operador que mantenga la actividad en beneficio de nuestros usuarios y trabajadores”. Eso sí, añade que, “en caso de ser necesario, se estudiarían otras alternativas”.

La organización religiosa no recibió el pazo en donación, sino que lo compró; y no está sujeta a ninguna obligación para que siga siendo un asilo

Las monjas que atienden el asilo no informaron a las familias de los planes de la congregación, e incluso negaron esta posibilidad cuando algunas personas les preguntaron por los rumores que circulaban por Cambados. Anteayer martes también afirmaban estar al margen del asunto, y conminaban a hablar con Pere Sabater, que ese mismo día dio unas escuetas explicaciones, señalando que solo estaban haciendo “un tanteo inicial”, y que si en el futuro se producía la venta sería para que el centro siguiese siendo un geriátrico.

Sin embargo, el comunicado emitido ayer es ya mucho más claro. En primer lugar, la congregación niega haber obtenido el pazo mediante una donación, y aclara que lo compraron, tal y como consta en una escritura de compraventa del 24 de septiembre de 1942, emitida por Francisco Reverter Luján, que era notario de Cambados.

El futuro del asilo de Cambados está en el aire

En segundo lugar, Pere Sabater señala en su comunicado que la congregación está sufriendo pérdidas en Cambados. Esto se debe a que las vocaciones religiosas son cada vez más escasas, lo que obliga a contratar a más personal asalariado. Esto, unido al aumento del coste de la vida, a los gastos derivados del mantenimiento de los geriátricos y a que “los ingresos son insuficientes para mantener el centro, aunque contamos con la ayuda de benefactores que mitigan esta situación”, hace que la entidad religiosa se replantee la situación.

Afirman que, “es insostenible el mantenimiento de nuestra actividad en estas condiciones”, de ahí que estén “buscando operadores que puedan hacerse cargo de nuestra actividad o, en su caso, adquirir el inmueble”.

Suscríbete para seguir leyendo