El instituto Armando Cotarelo Valledor se internacionaliza con 24 erasmus

“Para los alumnos es un impacto a todos los niveles. En el conocimiento profundizas en un tema, también aprendes en materia de idiomas, pero especialmente en cuanto a apertura de mente. Vivimos en una zona en la que nuestro alumnado no tiene grandes oportunidades de viajar y en muchos casos es la primera vez que cogen un avión. Vuelven cambiados”, destaca Alicia Rodríguez, coordinadora del programa el Armando Cotarelo.

La iniciativa, que nació de la mano de la jefa de departamento de Inglés, Fernanda Miguéns, cumple su segunda edición. “Estaba en contacto con un instituto de Suecia y se les ocurrió la posibilidad de hacer un intercambio”, señala Rodríguez.

El programa cuenta con un instituto de Estocolmo (Suecia), Turnhout (Bélgica) y Madeira (Portugal), de tal modo que los alumnos participantes pasan una estancia de una semana en las casas de los jóvenes anfitriones y participan en actividades relacionadas con un tema ya seleccionado un año antes.

En esta segunda edición, desde el centro vilagarciano propusieron a la comisión de Erasmus tratar la sostenibilidad. Tras su aprobación, los 24 Erasmus -ocho de cada uno de los tres países- participarán durante esta semana en talleres de plásticos biodegradables, la elaboración de joyas a partir de objetos encontrados en la playa y la creación de una aplicación móvil para comprobar la huella ecológica. Todo ello, se suma a una visita turística a Santiago el próximo jueves.

Así, el citado centro se convierte en el único de la ciudad que participa con alumnos de 1º de bachillerato.

Otra realidad

Si algo ha servido este programa, más allá de generar sinergias con otros países y un proceso de internacionalización, es para observar el sistema educativo instaurado en otras zonas de Europa. “Las ratios de alumnos en Suecia y Bélgica son de ocho a diez personas. Nosotros tenemos el doble de estudiantes que el instituto más popular de los de este programa, el de Madeira, y tenemos la mitad de profesorado. Esto es fundamental”, demanda Rodríguez.

Al mismo tiempo, valora los recursos con los que cuentan estos países, muy lejos de la situación en España. “En el apartado metodológico, en Bélgica la enseñanza es más práctica y en Suecia destaca la cantidad de laboratorios que hay. Lo que más nos gusta es la atención individualizada que tienen. Nos cuesta mucho introducir asignaturas bilingües. A ellos no”.

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