TRIBUNA LIBRE

Pepe, VTV

Manuel Villaronga

Fue hace diez años ¡diez años ya! cuando tuve el honor de participar en el homenaje a mi amigo, amigo de tantos, Manolo Suárez. No sé cómo ocurrió, pero ocurrió: allí estaba yo, encima de un escenario, presa del pánico. Aún hoy no sé cómo fue posible. El caso es que allí dije que cumplir años es, básicamente, una putada: primero, por razones obvias; y segundo, porque siempre aparece el simpático de turno que se pone de acuerdo con tus amigos, y a escondidas, precisamente para eso: para recordarte que te estás haciendo mayor, para recuperar imágenes, canciones y recuerdos; para someterte a un striptease para el que nunca estás preparado. En definitiva, para conseguir que te emociones y, de paso, se emocionen los demás. El simpático de turno fue Pepe Álvarez, no podía ser otro. Claro que aproveché para vengarme: le advertí, ante 750 personas, que se fuera preparando, que ya le tocaría el turno, así sabría lo ¿bien? que se pasa. Ya entonces, en 2013, me dijo que ni de coña.

Pues bien: chegou o día, chegou a romaría. Este sábado, Pepe tendrá su más que merecido reconocimiento. Como anticipo, el martes pasado probó de su propia medicina: se enteró de sopetón en una rueda de prensa a la que acudió cariñosamente engañado. Después de dejar correr alguna que otra lagrimilla (que yo lo vi), soltó esto que refleja, bien a las claras, la esencia del individuo: “Non é necesario”, dijo, para añadir después (y es literal): “Quizais o recibo con máis tal porque, non sendo de Vilagarcía, que se me faga isto é moi importante para min”.

No explicó qué quiso decir con “máis tal” (vilagarciano no sé, gallego, fijo que es), pero me sorprendió lo segundo. ¡Ah!, pensé: ¿así que Pepe “no es” de Vilagarcía? Según contó, cuando él llegó aquí, yo ni estaba ni se me esperaba (esto no lo dijo él, lo deduje yo). Y ahí surgió la duda: ¿Qué es ser de Vilagarcía? ¿Quién es de Vilagarcía? ¿Es que si uno “no es nacido en” tiene menos méritos o derechos? ¿Cuántas generaciones hay que acreditar para ser VTV? ¿Y vale rural o solo centro? De ser lo segundo, ¿hasta dónde se entiende, y extiende, el centro?

En sus memorias, el gran García Márquez dejó establecido que “La vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda para contarla”. Lo que yo recuerdo, desde aquellos añorados años de juventud en el Liceo, es que mientras unos no veíamos más que baloncesto, había un tal Pepe que era como el perejil: no había salsa en la que no estuviera metido. Y así durante décadas (aquí, el emoticono de la lágrima) hasta convertirse en parte de mi paisaje vital y estoy seguro que del de muchísimas personas más. Por eso, tengo para mí que Pepe “es” un Vilagarciano de Toda la Vida, por lo menos de toda la mía, que no es, efectivamente, lo que he vivido, sino lo que recuerdo. Y, la verdad, no recuerdo a muchos que se consideran (o los consideran) VTV que hubieran hecho tanto como lo que lleva hecho Pepe por “su” ciudad. Sin alharacas, entre bambalinas, ayudando a construir una ciudad de abajo arriba, con constancia, solidaridad y tanta pasión como humildad, sin esperar nada a cambio. Muchas gracias, Pepe.