Jorge Aguín, con ocho vértebras fijadas, vuelve a competir sobre su bici "con la ilusión de un niño"
En 2011 sufrió un brutal accidente mientras entrenaba en Vigo | Se ha recuperado y ya corre, ahora ya con un hijo que lo admira
En noviembre de 2011, cuando se entrenaba en el parque de Castrelos de Vigo, el grovense Jorge Aguín Castro sufría un terrible accidente que acababa con 16 años de carrera como ciclista de montaña.
Casi doce años después, cuando tiene 42 y un hijo de solo 3 llamado Luca, que junto a la madre, Daniela, lo siguen a todas partes, el grovense vuelve a sonreír y a emocionarse compitiendo al más alto nivel sobre su bicicleta.
Lo hace, por muy sorprendente que pueda parecer, con ocho vértebras fijadas; es decir, con su columna prácticamente sujeta por alambres y arriesgándose más que nadie en caso de sufrir un nuevo accidente.
Lejos queda ya aquel fatídico día en el que a causa de un accidente mecánico acabó ingresado en la UCI del Complejo Hospitalario de A Coruña en estado grave.
Pulmón perforado
Se había golpeado con tanta violencia contra un árbol que fracturó varias vértebras y costillas, las cuales llegaron a perforarle el pulmón.
Cuando sucedió aquello era ya uno de los deportistas más laureados de O Grove, pues había logrado una docena de campeonatos gallegos de mountain bike, en la modalidad de descenso.
"Mi objetivo es seguir ligado al mundo de la BMX, aunque por cuestiones evidentes ya no voy a poder practicarlo a nivel de élite"
Además de haber logrado tres bronces y una plata en el Campeonato de España y de haber participado en diferentes pruebas internacionales, con resultados realmente brillantes.
Homenaje
Tres meses después de aquello, la Federación Gallega de Ciclismo le tributaba un homenaje en el que Jorge Aguín decía confiar en volver algún día a entrenar en alguno de los deportes que le apasionan, como Mountain Bike, “aunque siempre a un nivel amateur, porque no puedo exponerme al riesgo de sufrir un nuevo accidente”, argumentaba.
Su meta a nivel profesional era, quizás, entrenar a alguno de los jóvenes valores del mundo de la BMX, y de hecho iba a empezar a trabajar con Marco Martínez, por entonces un joven valor que, con solo 10 años, ya había competido a nivel internacional.
"No puedo arriesgarme"
“Mi objetivo es seguir ligado al mundo de la BMX, aunque por cuestiones evidentes ya no voy a poder practicarlo a nivel de élite”, decía Aguín. Para añadir que se retiraba de la competición “porque no puedo arriesgarme a sufrir otro accidente”.
Pero han pasado más de once años y muchas cosas. Tantas que ahora tiene pareja y un hijo en común que apenas sabía caminar cuando empezaba ya a agarrarse con fuerza a la bicicleta, y que, muy probablemente, acabará siguiendo los pasos de su padre.
DH
Un hombre que se ha superado a sí mismo y ha vuelto a competir, aunque para reducir algo los riesgos ha tenido que cambiar de modalidad, aparcando para siempre el descenso, también conocido como DH –por el término inglés Downhillh–; una prueba contrarreloj de apenas 5 minutos de duración durante la cual el ciclista de montaña tiene que sortear un descenso en una pista compuesta por saltos, baches, raíces, rocas, salientes y todo tipo de obstáculos.
Ese, descenso, era el deporte que practicaba cuando se lesionó gravemente e incluso estuvo a punto de perder la vida.
Lo que hace ahora es XCO, que es como se conoce al “Cross-country Olympics”, un formato de carrera de bici de montaña de la Unión Ciclista Internacional (UCI) que se desarrolla sobre circuitos ondulados, principalmente de tierra, que los ciclistas deben completar varias veces.
"Más seguro"
“Es algo parecido al ciclocross y me resulta más seguro que el descenso”, explica el propio deportista meco, quien corre con el equipo Moto Bike de Pontevedra.
Un club, por cierto, para el que solo tiene palabras de agradecimiento. “Es mi patrocinador y me ayuda con las competiciones, pero sobre todo es el primer equipo que me llevó a correr con 20 años y con el que logré mi primera copa del mundo en descenso; un equipo con el que quise volver ahora que practico una disciplina diferente”, manifiesta el ciclista.
Ganar en las subidas
Antes de aclarar que “en la modalidad que practicaba antes te expones más porque bajas a toda velocidad por el monte, mientras que lo que hago ahora no se gana en las bajadas, sino en las subidas; es mucho más de fondo físico, potencia y fuerza”.
"Siempre puede ocurrir algo que se escapa de tu control, como me sucedió el sábado cuando me enganché de forma tonta con el que iba tercero; pero esto que hago ahora es mucho más seguro"
Pero tanto si es bajando como subiendo, de lo que se trata es de que puede hacer lo que más le gusta, aunque sea con cierto grado de prudencia y precaución, para que la grave lesión de 2011 no tienda a empeorar.
Oporto y Ávila
Una cautela que, como se decía antes, no le impide volver a disfrutar. Y tampoco le impide volver a ganar, pues hace una semana consiguió la victoria en Oporto (Portugal) y el sábado fue cuarto en la primera prueba del Campeonato de España, ya mucho más exigente. Una prueba celebrada en el Ayuntamiento de Candeleda, en la provincia de Ávila, donde estuvo a punto de meterse en el podio.
Sufrió una caída
No fue así porque sufrió “una pequeña caída cuando luchaba por la segunda posición”, explica el grovense tratando de restar importancia al incidente.
En cualquier caso, ese cuarto puesto le sabe a victoria, ya que los tres primeros de la clasificación “llevan muchos años en esta disciplina y ya fueron campeones del mundo y de Europa, mientras que yo soy solo un novato”, explica.
Cuando se le pregunta si tiene miedo a agravar la lesión responde que no, aunque sabe que “siempre puede ocurrir algo que se escapa de tu control, como me sucedió el sábado cuando me enganché de forma tonta con el que iba tercero; pero esto que hago ahora es mucho más seguro”.
Como un niño
Quizás por ello dice sentirse bien física y mentalmente, de ahí que confíe en que puede luchar por el podio en las próximas pruebas de la Copa de España.
La siguiente el fin de semana que viene en Valladolid, a la que va a acudir con su pareja y su hijo “más ilusionado y motivado que nunca, ya que me siento como si fuera un niño que empieza a correr por primera vez”.
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