Otro bateeiro que naufraga al buscar zonas de mejilla

La desesperación del sector aumenta el riesgo en la costa atlántica

Operativo de rescate tras el naufragio de un bateeiro de A Illa cuando inspeccionaba las zonas de mejilla. Se aprecia tanto la lancha como a efectivos de Emergencias y al mejillonero.

Operativo de rescate tras el naufragio de un bateeiro de A Illa cuando inspeccionaba las zonas de mejilla. Se aprecia tanto la lancha como a efectivos de Emergencias y al mejillonero. / Concello de Sanxenxo

Manuel Méndez

Manuel Méndez

“Al limitarnos las zonas en las que recoger mejilla, lo que consiguen es obligarnos a arriesgar nuestras vidas más que nunca”, manifiesta Daniel Gondar.

Se trata de un conocido y experimentado bateeiro de A Illa, hijo del histórico dirigente del sector Fino Gondar. Y es el hombre que ayer estuvo a punto de perder la vida o sufrir graves heridas a consecuencia del accidente marítimo en el que se vio inmerso cuando inspeccionaba zonas de cría o semilla de mejillón en Sanxenxo.

Plataforma en Defensa da Cría

“Este tipo de accidentes son la consecuencia de que nos traten como delincuentes y de que nos impidan trabajar como hicimos siempre”, declaraban desde el Plataforma en Defensa da Cría tras conocer este suceso.

"Nos vamos a matar", claman los bateeiros que recogen mejilla

Manuel Méndez

“Lo que sucede es que como no tenemos mejilla suficiente nos arriesgamos en exceso y tratamos de acceder a zonas inverosímiles que, de otro modo, ni siquiera se nos pasarían por la cabeza”, apostillan otros mejilloneros e incluso el Consello Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia.

"Ocurrirá una desgracia"

Lo cual los lleva a insistir en que “el día menos pensado ocurrirá una desgracia” y a recordar que el de ayer no es, ni mucho menos, el primer accidente de estas características. Se producen más naufragios de los que a veces se cuentan, y casi siempre por las mismas causas y en idénticas circunstancias.

Como sucedió cuando el 1 de diciembre de 2021 comenzaba la campaña de recolección de cría y se rozó la tragedia cuando naufragó una planeadora de Vilanova de Arousa que, con cuatro personas a bordo, trabajaba en la costa de Porto do Son.

Como no tenemos mejilla suficiente nos arriesgamos en exceso y tratamos de acceder a zonas inverosímiles que, de otro modo, ni siquiera se nos pasarían por la cabeza

Ya entonces el sector bateeiro relacionaba el accidente con la resolución de la Consellería do Mar en la que ampliaba las zonas de exclusión para recoger la semilla del mejillón.

Un problema que persiste, si bien es cierto que la Xunta autorizó hace unos días “130 kilómetros de costa” más para recoger cría.

"Son malas zonas"

Pero los bateeiros aseguran que “son malas zonas” y que “no hay mejilla suficiente”, de ahí que “sucedan este tipo de accidentes”.

Así se juegan la vida los bateeiros cuando recogen mejilla en el litoral atlántico

Manuel Méndez

El de ayer se produjo a primera hora de la mañana cuando, según el Concello de Sanxenxo, se procedió al “rescate marítimo del tripulante de una embarcación” que volcó cerca de la playa de Paxariñas.

Emergencias Sanxenxo

Cuando llegó al lugar la embarcación de Emergencias Sanxenxo había dos personas en el agua. Una de ellas llegó a nado hasta la costa, mientras que Daniel Gondar fue rescatado de uno de los islotes de Paxariñas.

Vamos a acudir a las zonas donde sí sabemos que hay cría aunque las tengamos prohibidas, ya que no nos dejan otra alternativa y vale la pena arriesgarse a que te pongan una multa

No sin dificultades, dada la enorme cantidad de piedras que hay en la zona, tal y como detallan en el Concello.

Una circunstancia, por cierto, que por sí sola pone de manifiesto lo arriesgada que resulta la tarea de recolección de mejilla en el litoral atlántico.

El relato de los hechos

Tras estar los dos hombres a salvo y una vez reflotada la lancha siniestrada, con ayuda de Emergencias Sanxenxo y un barco de pesca, Daniel Gondar relató lo sucedido diciendo que él era el único tripulante a bordo, y que se encontraba en el lugar revisando la zona, “para ver si hay cría y vale la pena ir a trabajar a ella en próximos días o si, por el contrario, hay que seguir buscando”.

Su compañero, que inspeccionaba las rocas desde tierra firme, se lanzó al agua cuando vio que un “golpe falso” de mar había volcado la lancha, tratando de socorrer a Daniel Gondar y rescatar la embarcación.

"Una gran ola"

Detalla este último que vio cómo se formaba y acercaba “la cresta de una gran ola”, la cual lo sorprendió en una zona de poco calado, apenas dos metros, “por lo que o trataba de meterme a la playa” o intentaba ponerle proa y “salir de allí pitando”.

Optó por esta segunda vía y ya no pudo impedir que la virulencia del impacto volcara y dañara su lancha.

“Esta vez todo se quedó en un susto, pero esto pasa –insiste el isleño– porque andamos como locos buscando sitios de cría por toda la costa y a veces arriesgamos en exceso para conseguirla, lo cual puede acarrear graves consecuencias porque trabajar bajo presión en el mar resulta extremadamente peligroso”.

Una de las zonas escarpadas de Cangas a las que se considera arriesgado acceder desde tierra y por mar.   | //  FDV

Una de las zonas escarpadas de Cangas a las que se considera arriesgado acceder desde tierra y por mar. | // FDV / Manuel Méndez

“Ir por mar es un suicidio, y desde tierra es imposible”

En relación con la campaña de la mejilla se anunciaba hace unos días que la Consellería do Mar concedió al sector bateeiro nuevas zonas de recolección de mejilla en Cangas, Bueu, Baiona, O Grove y Aguiño.

Algunos miembros del sector productor ya decían entonces que eran “insuficientes”. Y ahora añaden que se trata de un “caramelo envenenado”.

Algo en lo que coincide la Plataforma en Defensa da Cría, cuyos integrantes, como tantos otros bateeiros, aprovecharon el fin de semana para acudir a las zonas del litoral atlántico para inspeccionarlas y ver en cuáles hay cría y en qué sitios podrán ir a trabajar a partir de hoy.

Una de las zonas de Cangas con difícil acceso.

Una de las zonas de Cangas con difícil acceso. / FdV

Entre esos acuicultores los hay que definen las nuevas zonas de mejilla como “un caramelo envenenado” que, lamentan, “no soluciona el problema”. Y otros añaden que “ir a las zonas de Cangas que nos abrieron ahora es un auténtico suicidio si se hace por mar, dado que las características de la costa lo hacen inviable”.

Van a ir a zonas prohibidas

Pero es que, además, “tratar de acceder a ellas desde tierra firme es del todo imposible”, advierten. De ahí que algunos insistan en reclamar más zonas de cría y otros digan estar tan cansados que ya no van a “esperar más”.

Lo que quieren decir estos últimos es que “se agotó la paciencia” y tienen decidido “acudir a las zonas donde sí sabemos que hay cría aunque las tengamos prohibidas, ya que no nos dejan otra alternativa y vale la pena arriesgarse a que te pongan una multa”, pues no podemos seguir como estamos.

1 de diciembre de 2021

Episodios como el vivido ayer se repiten con cierta frecuencia. Puede destacarse lo sucedido el 1 de diciembre de 2021, cuando en aquella jornada inaugural de una de las campañas de mejilla se produjo el naufragio de una planeadora de Vilanova de Arousa con cuatro personas a bordo, cuando trabajaba en la zona de Porto do Son.

Un incidente que desde el sector bateeiro relacionaron de inmediato con la resolución de la Consellería do Mar en la que ampliaba las zonas de exclusión para recoger la semilla del mejillón.

Apenas 6 metros de eslora

Aquella planeadora de apenas seis metros de eslora, conocida como "Nereida", matriculada en el puerto de Vilanova y construida en poliéster en el año 2008, se encontraba a la altura de la costa de Castro Baroña. Al filo de las ocho de la mañana el helicóptero Pesca 1, de Gardacostas de Galicia, despegada desde su base en Peinador (Vigo) para intervenir en el suceso.

La zona del naufragio, con el Pesca 1 y la la embarcación "Salvamar Regulus" ya en el lugar.

La zona del naufragio, con el Pesca 1 y la la embarcación "Salvamar Regulus" ya en el lugar. / FdV

Manuel Núñez Vidal, de 43 años, es el bateeiro de A Illa que patroneaba aquella lancha cuando sufrió un fuerte golpe de mar que la hizo encallar con unas rocas en Castro Baroña (Porto do Son). Con él viajaban su padre, de 61 años y dos tripulantes, de 42 y 45.

Si nos quitan el 80% de las zonas de recolección es que solo nos dejan un 20% para que recojamos toda la mejilla necesaria para 3.300 bateas. Esto significa que nos están metiendo a todos en un avispero

Manuel Núñez Vidal

— Bateeiro

Por la tarde, ya desde casa y aún reponiéndose del “terrible susto”, Manuel Núñez reflexionaba sobre lo sucedido y relacionaba este naufragio con la “guerra de la mejilla”.

Mejor dicho, lo vinculaba a la decisión de la Consellería do Mar en el sentido de recortar las zonas de trabajo para que los bateeiros puedan recolectar la cría que necesitan para encordar sus bateas.

"Un avispero"

De forma muy gráfica explicaba: “Si nos quitan el 80% de las zonas de recolección es que solo nos dejan un 20% para que recojamos toda la mejilla necesaria para 3.300 bateas. Esto significa que nos están metiendo a todos en un avispero”.

Lo peor de todo es que “si antes la campaña se prolongaba hasta abril o mayo, ahora va a terminar mucho antes porque al tener un espacio tan reducido para todos se agotará la mejilla enseguida, por eso tenemos que ir a trabajar desde ya y arriesgar nuestras vidas, por muy mal que esté el mar”.

Eso es lo que sucedió: el mar no estaba en condiciones de trabajar en una planeadora de 5,60 metros de eslora acercándose peligrosamente a las rocas para saltar sobre ellas y recolectar mejilla.

“Cuando llegamos vimos que las condiciones no eran buenas. Era de ese mar que te enrolla y no te suelta, por lo que decidimos suspender la operación y en lugar de acercarnos a la roca en la planeadora, optamos por intentarlo desde tierra”, relataba el patrón.

Así se realiza el encordado mecánico de la mejilla

Manuel Méndez

Fue en ese instante, al disponerse a abandonar el lugar, cuando “una gran ola nos atrapó y el golpe partió el timón, dejándonos sin gobierno y empujándonos sobre las piedras”.

Unos hechos que, como puede comprobarse, coinciden mucho con lo sucedido esta mañana en Sanxenxo.

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