Espina & Delfín garantiza la calidad del agua de consumo en Vilagarcía tras llegar turbia a la depuradora

El incendio forestal y la reciente tala de árboles arrastraron ceniza y tierra al embalse de Castroagudín, pero con el proceso de depuración se asegura la potabilidad y salubridad

La presa de O Con, en Castroagudín, ayer.

La presa de O Con, en Castroagudín, ayer. / Noe Parga

María López

María López

La concesionaria del servicio municipal de aguas, Espina & Delfín, comunicó hace unas semanas al Concello de Vilagarcía que el arrastre de cenizas y tierra al embalse de Castroagudín tras el incendio –del mes de agosto– y la posterior tala de árboles provocaron “la llegada de agua a la planta potabilizadora con valores de turbidez elevados”, según reza el acta de la junta de gobierno local del 9 de enero.

Fuentes municipales aclaran que la empresa tiene unos estándares de calidad que le obligan a comunicar al Ayuntamiento cualquier tipo de incidencia y que en el propio informe emitido por Espina & Delfín se garantiza que esa situación anómala “no afecta a la salubridad ni a la potabilidad del agua después del proceso de depuración” en la ETAP (estación de tratamiento de agua potable). Es decir, que una vez el agua pasa por la depuradora recupera sus valores normales para el consumo.

El embalse de Vilagarcía se encuentra al 91% de su capacidad según el último boletín oficial. |  // N. PARGA

El embalse de Vilagarcía se encuentra al 91% de su capacidad según el último boletín oficial. / Noé Parga

El embalse, con una ocupación del 91%

Con la actual temporada de intensas lluvias el embalse de Castroagudín se encuentra al 91,28% de su capacidad, con 0,23 hectómetros cúbicos almacenados de los 0,25 que como máximo puede albergar.

Limpieza del monte en diciembre

La comunidad de montes de Cea, la que gestiona más terreno de Vilagarcía, contrató el pasado diciembre con dos madereras la tala de los árboles afectados por el voraz incendio forestal del pasado mes de agosto, cuando las llamas estuvieron a punto de alcanzar viviendas de esta parroquia.

Los trabajos comenzaron a principios de ese mes con una previsión de actuar sobre 50 hectáreas de monte. Tras sondear los precios por tonelada con varias empresas, los comuneros de Cea decidieron vender los pinos a Finsa y los eucaliptos a Ence. “Miran la madera que les sirve. Ellos solo cortan la que les vale, aunque esperamos que puedan aprovechar bastante”, comentaba el presidente de la comunidad, Julián Abuín, durante la ejecución de los trabajos.

El incendio que asoló el pasado verano el monte Xiabre no fue el único que recuerdan los comuneros de Cea, gestores de unos terrenos muy castigados por el fuego.

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