La Denominación de Origen Rías Baixas y la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Barbanza e Iria se preparan a conciencia para una esperanzadora vendimia que arrancará, en buena parte de las parcelas adscritas a esas marcas, durante la primera o segunda semana de septiembre.
Aunque ya habrá recolección mucho antes. Incluso este mismo fin de semana, en diferentes fincas familiares donde se elabora vino para consumo propio, ajenas a dichos sellos de calidad y diferenciación.
“Cuando los veranos son tan secos como este siempre se vendimia antes de fiestas como la de Guadalupe, en Rianxo y los Milagros, en Moraña; antiguamente a esta última incluso había vecinos que ya llevaban el vino nuevo para probarlo”, explican veteranos viticultores de la comarca.
De ahí que se dispongan a coger ya los primeros y maduros racimos estos días, aprovechando el avanzado grado de maduración y tratando de evitar que la uva se deshidrate.
Un deseo que comparten en Rías Baixas, donde, en cualquier caso, van a esperar un par de semanas más antes de ponerse manos a la obra.
Eso sí, “con la esperanza de que aún vengan un par de días de lluvia para dar a la uva el aporte extra que necesita”, esgrimen los bodegueros consultados.
Insisten en que “la lluvia que nos trajo San Roque fue buena, pero insuficiente”, de ahí que crucen los dedos con la esperanza de recibir un poco más de agua antes de la recolección.
A la espera de acontecimientos, “lo que estamos haciendo es preparar las zonas de recepción de uva en bodega, poner a punto las cajas que colocaremos en los viñedos para recogerla, completar el acondicionamiento de los tanques y, en definitiva, estamos revisando cada detalle para que todo esté en óptimas condiciones en cuanto comience la vendimia”, reflexionan los empresarios.
Una campaña, cabe recordar, en la que se espera un sensible incremento del precio de la uva y volverá a funcionar para las cinco denominaciones de origen gallegas el plan especial de control de la vendimia puesto en marcha por la Consellería de Medio Rural, que incluye inspecciones a viticultores, bodegas, medios de transporte y zonas de verificación de carga y descarga de la uva.
Como se indicó en su momento, la gran novedad este año es la incorporación de un teléfono, el 988 51 73 02, al que será posible llamar para, de forma anónima, comunicar cualquier incidencia en el proceso recolector.
De este modo, la Axencia Galega de la Calidade Alimentaria (Agacal) trata de evitar la entrada de uva foránea en las parcelas o bodegas, además de controlar el transporte de uva y mosto, la compra de los mismos o el empleo de variedades de uva no permitidas en las diferentes denominaciones de origen.
176 bodegas
Entre ellas la de Rías Baixas, que afronta la vendimia con 176 bodegas inscritas en las que introducir la uva obtenida en 22.808 parcelas que suman 4.298 hectáreas y gestionan tanto las propias empresas como 5.033 viticultores.
Cifras a las que se suman las de IGP Barbanza e Iria, con producción de uva en las localidades de Boiro, Catoira, Dodro, A Pobra do Caramiñal, Pontecesures, Rianxo, Ribeira y Valga.
Así como en las parroquias de Camboño, Fruíme y Tállara, del Concello coruñés de Lousame; las de Iria Flavia y Padrón, en el municipio padronés; y las de Baroña, Caamaño, Queiruga, Ribasieira, San Pedro de Muro y Xuño, en el Ayuntamiento de Porto do Son.
En la Denominación de Origen Rías Baixas se marcaron hace meses como objetivo alcanzar los 41 millones de kilos de uva, aunque advirtiendo de que, con un verano seco como el actual, iba a ser difícil alcanzar ese volumen.
Sea cual sea el resultado final, hay que estar muy pendientes de las nuevas plantaciones que, de un tiempo a esta parte, no dejan de proliferar. Sobre todo en localidades como Vilagarcía.
Es cierto que las hay tan recientes que no van a dar fruto y no se incorporarán a los registros oficiales de dicha marca de calidad hasta dentro de tres o cuatro años. Pero también lo es que otras van a ofrecer el mes que viene sus primeros frutos.
Puede recordarse que las 4.298 hectáreas de terreno de la Denominación de Origen Rías Baixas suponen 114 hectáreas más que en la recolección de 2021.
Uva en perfecto estado que llega a superar los 13 grados
La Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA) daba ayer por finalizada la temporada de avisos fitosanitarios y anunciaba la llegada de la época de vendimia, con los racimos en estado fenológico M2 y N, es decir, de pleno envero y maduración, respectivamente.
Además, la EFA confirma que la uva se encuentra en “muy buen estado sanitario”, tras un junio lluvioso y una ausencia significativa de patologías desde julio.
Los técnicos de este departamento perteneciente a la Diputación añaden que “las elevadas temperaturas favorecen la maduración” y contribuyen a elevar la graduación alcohólica, situándose ésta en todas las parcelas de control por encima de los 11 grados.
En esos viñedos de seguimiento se detectó un valor mínimo de 11,21 grados, concretamente en uno situado en la subzona productora de O Rosal.
El registro máximo se ha situado en nada menos que 13,1 grados, en este caso dentro de una parcela “excepcionalmente soleada” ubicada en la comarca de O Salnés.
