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El fuerte episodio de toxina paralizante causa más problemas de los esperados

El método químico impuesto por la UE retrasa las analíticas

Covadonga Salgado, directora del Intecmar, analiza algunas de las muestras, ayer. | // FDV

Ya se advirtió hace más de una década, cuando la Xunta pedía la mediación del Estado para tratar de evitar el método químico de seguimiento de biotoxinas marinas impuesto por la Unión Europea.

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Y ahora que se registra en las rías gallegas un importante episodio tóxico, con una llamativa combinación de toxina diarreica (DSP) y paralizante (PSP), aquellas advertencias vuelven a cobrar actualidad.

Es cierto que la inversión realizada por la Consellería do Mar permitió que Galicia no solo se adaptara en tiempo récord al temido método químico, sino que se convirtió en una de las referencias mundiales en su aplicación.

Pero, como se temía, se ha convertido en un lastre que complica y ralentiza la gestión de las rías cuando el fitoplancton portador de biotoxinas llega con fuerza, como sucede desde hace semanas.

Es difícil de explicar desde un punto de vista técnico y científico. Pero de forma coloquial puede decirse que un mismo episodio tóxico causa ahora muchos más trastornos que los que generaría antes de que en julio de 2011 entrara en vigor el método químico de análisis y control de las biotoxinas marinas impuesto por Europa.

Los ratones eran más rápidos

Antiguamente, cuando las biotoxinas marinas se detectaban y controlaban mediante la técnica del bioensayo –inyectando los dinoflagelados en ratones de laboratorio–, los resultados podían salir a relucir el mismo día que se tomaban las muestras.

Covadonga Salgado en el Intecmar, ayer. FDV

Esto era así porque, dependiendo de lo que tardara en morir el roedor, se calculaba la mayor o menor incidencia de células tóxicas y, en función de ello, se ordenaba el cierre de las zonas marisqueras o bateas que pudieran verse afectadas.

Y así se hizo durante un cuarto de siglo, garantizando que solo pudiera llegar al consumidor productos de zonas exentas de toxicidad.

Tenemos ya enorme experiencia con el método químico, pero no cabe duda de que genera cambios importantes que condicionan el trabajo del sector

Covadonga Salgado - Directora del Intecmar

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Pero con el método químico todo es tan exhaustivo, complejo y laborioso, que el resultado de las pruebas analíticas puede tardar en conocerse hasta tres días, sobre todo cuando se registra un brote de PSP tan importante como el actual.

Esto significa, a su vez, que a la espera de conocer los resultados, y ante la sospecha de un aumento de células en una zona concreta, puede ser necesario decretar cierres cautelares de bancos marisqueros y polígonos bateeiros.

Así se hizo el martes en las rías de Vigo y Pontevedra, confirmándose ayer la elevada toxicidad y elevando el cierre cautelar a efectivo.

Algunos con poco mejillón en las bateas, después de unas buenas ventas en la primera mitad del año, y otros, obligados por las biotoxinas a permanecer de brazos cruzados. Con este panorama, son muchos los bateeiros que han decidido aprovechar el parón para varar sus naves y ponerlas a punto. De ahí la gran cantidad de barcos auxiliares de acuicultura que pueden verse en los astilleros, donde afrontan tareas de reparación y mantenimiento para prepararse a conciencia para el próximo invierno. | FDV

Dicho de otro modo, que los productores se exponen a más días de inactividad, con los trastornos que esto conlleva en el momento de planificar la extracción y comercialización de los diferentes moluscos.

Así se le explicó ya al propio sector en múltiples ocasiones desde la Consellería do Mar y el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar).

Y en ello abundaba ayer la directora de ese centro analítico con sede en Vilagarcía, Covadonga Salgado, sabedora del importante episodio por PSP que se está registrando y de que esta es una toxicidad que requiere de un esfuerzo analítico extra, ya que puede llegar a provocar la muerte si se ingieren grandes cantidades de producto contaminado.

Al referirse al control químico, que empezó a aplicarse en 2011 en Galicia para las lipofílicas (diarreicas) y en 2017 para la paralizante (PSP) –desplazando por completo al bioensayo en 2019–, Salgado no oculta que el actual podría ser “el primer episodio realmente serio de paralizante desde entonces”.

El Intecmar se emplea a fondo ante el potente episodio paralizante. FDV

Lo cual la lleva a destacar que el método químico empleado para la PSP está totalmente acreditado desde 2020. “Tenemos ya enorme experiencia con el mismo, pero no cabe duda de que genera cambios importantes que condicionan el trabajo del sector”, reflexiona.

Explicaciones técnicas difíciles de entender

“Una extracción mucho más larga y compleja”, la necesidad de “purificar ese extracto y pasarlo por un cartucho adicional”, la necesidad de “tres inyecciones por muestra” o que el instrumental “no detecte las 16 toxinas como tales, sino sus productos de oxidación”, son algunas de las complejas explicaciones técnicas que puede ofrecer la directora del Intecmar.

Con lo que hay que quedarse, quizás, es con que el proceso químico de control de la PSP “ofrece los resultados uno o dos días después de que lleguen las muestras”.

En resumen, que “hemos pasado de un método que nos daba resultados en el mismo día a otro que se puede complicar y no ofrecernos los datos precisos hasta tres días después, y eso es algo que el sector productor debe tener muy presente, ya que nos obliga a actuar con la figura de los cierres cautelares”, sostiene Covadonga Salgado.

Termina diciendo que “la manera de trabajar con la PSP ha cambiado drásticamente, de ahí que estemos ante un nuevo reto para el programa de control y para todo el sector, que va a tener que acostumbrarse a que los resultados tarden más”.

Avanza con fuerza por Vigo

La toxina paralizante, de cuya presencia alertó FARO la semana pasada, avanza con fuerza por la ría de Vigo.

De ahí que ayer el Intecmar confirmara el cierre de sus polígonos bateeiros Cangas C, Cangas D, Redondela D y Redondela E, algunos de los cuales ya estaban en cierre cautelar por esa misma toxina, que también hizo clausurar el de Baiona.

Curiosamente, al mismo tiempo se levantaba el cierre por lipofílicas o diarreica (DSP) que pesaba sobre el Muros A.

En resumen, que por unas toxinas u otras, a media tarde de ayer seguían cerrados 41 polígonos bateeiros y solo 11 abiertos, el citado en Muros–Noia y diez en Arousa.

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