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El Intecmar se adapta para aplicar también el método químico a la toxina paralizante

La Xunta completa el proceso para adaptarse a la normativa europea, y aunque no comparte el sistema analítico de biotoxinas impuesto, Galicia vuelve a ser punta de lanza

La conselleira de Mar y el titular de Economía en los laboratorios del Intecmar. // Noé Parga

Galicia, a través del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), vuelve a situarse en una posición de liderazgo mundial en materia de detección y seguimiento de biotoxinas marinas.

Ya lo hizo cuando tuvo que adaptarse para, desde el 1 de enero de 2015, aplicar como método de referencia el contestado análisis químico de análisis impuesto por la Unión Europea, con el que se sustituía al tradicional bioensayo en ratón para hacer frente a toxinas del género lipofílico, como la diarreica (DSP).

Pero es que desde este mismo año ese método químico, oficialmente conocido como cromatografía de líquidos con detector de espectrometría de masas en tándem (LC-MS/MS), va a ser también la referencia indiscutible para la toxina paralizante (PSP).

Y aunque la decisión impuesta por las altas instancias comunitarias sigue sin gustar, a la Xunta no le ha quedado más remedio que adaptarse para cumplir las directrices y normas sanitarias internacionales.

¿Cómo lo ha hecho? Pues invirtiendo en I+D+i, adquiriendo nueva maquinaria y formando a los profesionales del Intecmar, el primer centro de control oficial de España acreditado para la aplicación del método químico en las toxinas lipofílicas y el primer laboratorio de Europa con acreditación para análisis histopatológicos de moluscos.

Avalado por la Entidad Nacional de Acreditación (AENAC) para la realización de análisis físico-químicos, microbiológicos, patológicos y toxicológicos en los moluscos bivalvos y otros productos de la pesca, el marisqueo y la acuicultura, el Intecmar refuerza ahora su reconocida posición mundial con el citado control químico de la PSP.

De ello dieron cuenta ayer la conselleira de Mar, Rosa Quintana, y el titular de la Consellería de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde. Visitaron juntos el Intecmar, ubicado en el puerto de Vilaxoán (Vilagarcía), y allí explicaron que siendo consciente de la "importancia y necesidad" de adaptarse a las nuevas exigencias europeas, la Xunta trabaja desde mayo del año pasado para poner a punto el plan de control de PSP con el método químico.

Todo esto es posible porque el Intecmar se equipó desde el año 2013 con once nuevos equipos instrumentales para las unidades de Biotoxinas, Patología, Metales Pesados, Organoclorados y Oceanografía-Fitoplancton.

Pero además en este periodo el Intecmar finalizó tres proyectos de investigación y trabaja en otros once relacionados con las toxinas marinas, las patologías de las diferentes especies, la contaminación de las rías y el cambio climático, "siempre con el objetivo de que los mariscos de las aguas gallegas lleguen al mercado con totales garantías de salubridad", destacan en la Xunta.

No es extraño que el conselleiro Francisco Conde citara ayer al laboratorio de Vilaxoán como "pieza fundamental" en la apuesta de Galicia por el I+D+i aplicado a los recursos marinos, como lo prueba el hecho de que garantice la calidad ambiental de las zonas de producción y los productos que se extraen de ellas para ser distribuidos por todo el mundo.

Al margen de las lecturas políticas que puedan extraerse de la visita de los dos conselleiros a las dependencias del Intecmar, cabe destacar que esta nueva adaptación del centro se antoja un paso culminante en la hoja de ruta trazada para la plena implantación del polémico método químico.

Es mucho lo que se ha dicho a este respecto desde el año 2006, de ahí que quizás sea conveniente recordar algunos de los episodios más destacados del proceso:

| Verano de 2006. La Comisión Europea solicitó a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) un dictamen científico para evaluar los límites y métodos de análisis existentes con respecto a la salud humana en el caso de varias toxinas marinas contempladas en la legislación comunitaria, incluidas las de nueva aparición.

| Verano de 2009. Tras su designación como conselleira de Mar, Rosa Quintana convocó al sector bateeiro para informarlo de la "amenaza" que se avecinaba, alegando que el nuevo método químico podía perjudicar sus intereses e insistiendo en que la propuesta europea se conocía desde 2006, por lo que lamentaba que la Xunta del bipartito PSOE-BNG no mantuviera informado al conjunto del sector y no trabajara para frenar ese sistema.

| Otoño de 2009. La Xunta presentaba un ambicioso informe elaborado por las consellerías de Sanidade y Mar para desmontar y deslegitimar las "opiniones científicas" que sobre biotoxinas marinas emitía la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Galicia rechazaba así de manera tajante las pretensiones de Europa para imponer un método químico "innecesariamente restrictivo" que, pronosticaba Mar entonces, causaría "un enorme impacto económico y social"; máxime cuando los sistemas analíticos en vigor, y particularmente el bioensayo en ratón, funcionaban "a la perfección".

| Invierno de 2009. Los mejilloneros gallegos trataban de crear una gran asociación de ámbito europeo -no lo lograron- para defender sus intereses en Bruselas y ante el Estado central mostraban su rechazo a los nuevos análisis de biotoxinas, asegurando que "no garantizan mayor salubridad del producto, pero sí garantizan que el sector bateeiro y el marisquero estarán en la ruina, ya que se multiplicarán los cierres por marea roja y la actividad dejará de ser rentable".

| Invierno de 2010. Empezaba a estar claro que el método químico sería aplicado a pesar de no estar científicamente validado y no ofrecer más garantías de salubridad que el bioensayo. Se celebraban infinidad de asambleas multitudinarias de las que surgía un frente común de bateeiros, cofradías y Xunta para tratar de frenar ese sistema. La preocupación iba en aumento y surgían nuevos informes, algunos de relevancia internacional, contrarios al método químico.

A pesar de todo, la UE imponía su criterio e implantaba el sistema químico, que debería convivir durante los tres años siguientes con el biológico. Transcurrido ese plazo el único método oficial de referencia iba a ser el impuesto por Bruselas, de acuerdo con los intereses de terceros países que aún careciendo de una producción relevante de mejillón ganaron la partida a una potencia como Galicia.

| Verano de 2011. Entra en vigor el Reglamento (UE) número 15/2011 de la Comisión por el que se modifica el Reglamento (CE) número 2074/2005 en lo relativo a los métodos de análisis reconocidos para la detección de biotoxinas marinas en bivalvos vivos.

| Invierno de 2015. Tras un periodo transitorio en el que convivieron el método químico y el bioensayo, el 1 de enero de 2015 el primero se convertía definitivamente en la referencia analítica para las lipofílicas, relegando a un segundo plano a las pruebas con ratones, casi exclusivamente reservadas al seguimiento de la PSP. La Xunta, aún sin compartir la decisión, había hecho los deberes al invertir cerca de un millón de euros para adaptar el Intecmar. Por si quedaba alguna duda, el Tribunal General de la Unión Europea fallaba en contra de Galicia y daba el visto bueno definitivo al contestado método químico.

| Invierno de 2017. La aplicación del método químico también para la PSP es inminente. Sigue sin gustar en Galicia, pero la comunidad vuelve a estar preparada para cumplir las normas dictadas por Europa, y ese es el mejor aval para los productos extraídos en sus rías.

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