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La policía confirma la "invasión" de autocaravanas

Arrecia la preocupación por su "descontrol" y la instalación de nuevos campings

Los agentes policiales sorprenden a unos autocaravanistas con el “chiringuito” montado a pie de playa. POLICIA LOCAL O GROVE

El alcalde de O Grove, José Cacabelos Rico, lleva tiempo alertando de lo que considera una “invasión” de autocaravanas. Y tras dejar constancia de que no se opone a ellas, sino a la acción “descontrolada” de muchos de los autocaravanistas, los invita a “respetar las normas” y “alojarse” únicamente en los lugares habilitados para ello.

Ahora se confirman los temores y denuncias que el regidor realizó en este sentido a través de FARO DE VIGO, ya que una investigación realizada por la Policía Local a lo largo de la pasada semana da cuenta no solo de esa masiva llegada de vehículos vivienda, sino también de infinidad de infracciones cometidas por sus ocupantes.

El decano de la prensa nacional ha tenido acceso a los resultados de ese trabajo policial, desarrollado desde el domingo 14 hasta ayer. Las conclusiones del mismo no pueden ser más concluyentes, después de haber contabilizado hasta 195 autocaravanas en una sola jornada, situándose la media diaria en alrededor de 160.

Este dato ya avala, por sí solo, la tesis de la “invasión” manejada por el primer edil. Pero es que hay otros que confirman el “descontrol” al que aludió, de ahí que los agentes llegaran a realizar hasta 25 propuestas de sanción.

¿Las razones? Pues la mayoría se deben a las acampadas, ya que no se puede pernoctar en las casas rodantes estacionadas en cualquier parte.

Hornillo, mesa, mantel, aceite, sartén y todo lo necesario para estar a cuerpo de rey en un lugar privilegiado. Es lo que hacen quienes montan su casa rodante en el monte, las dunas u otras zonas protegidas de O Grove. Los hay que tratan de pasar desapercibidos, pero otros no tienen reparo en instalarse dónde y cómo quieren. POLICIA LOCAL O GROVE

También los estacionamientos ilegales y/o la ocupación irregular de calles, playas, dunas, montes y cualquier otro espacio público de la península de O Grove y la isla de A Toxa, donde algunos instalan las viviendas rodantes y hacen uso de todo tipo de servicios sin permiso y sin pagar por ello.

La colocación de las propias autocaravanas, sus mesas y sillas en la vía pública o la playa, para dormir, cocinar y comer tranquilamente, es una de las infracciones más repetidas.

Como lo es que cuatro, cinco y hasta seis personas pernocten en el interior de estos vehículos, estratégicamente estacionados –tanto de día como de noche– en lugares de vistas privilegiadas y/o riqueza natural, aunque prohibidos para este tipo de prácticas.

Sacar toldos desde las casas rodantes, colocarlas sobre calzos para nivelar los vehículos y pasar cómodamente más tiempo de estancia y utilizar los aseos de las playas como baños o lavandería privados, son otras prácticas denunciadas por el alcalde y ahora confirmadas por los agentes policiales.

Francisco Candal

Francisco Candal, el jefe del departamento, indica que en algunas jornadas “se propusieron para sanción hasta 8 vehículos por acampada y 4 por aparcamiento irregular”.

La policía ha constatado que algunos utilizan las playas como su comedor privado, siendo la de As Pipas una de las más perjudicadas por la abundancia de autocaravanas. Algunos instalan las mesas en las que desayunan, almuerzan y cenan. Otros no dudan en dejar que sus perros también invadan la playa, aunque esté prohibido. POLICIA LOCAL O GROVE

A lo que añade que “no existe ninguna persecución, ni mucho menos, sino que se trata de pedir a los autocaravanistas, como a todos los demás, que cumplan la ley”.

Esto lo lleva a decir que las sanciones tramitadas “fueron solo las más escandalosas, en algún caso con los ocupantes provistos de hornillo y haciendo fuego para preparar la comida prácticamente a orillas de la playa”.

Furgonetas y camiones “trucados”

Al analizar el fenómeno de las casas rodantes que parecen “invadir” O Grove se ha observado que no solo lo hacen las autocaravanas propiamente dichas, cada vez más modernas y cómodas, sino que también se detecta la presencia de viejas furgonetas e incluso camiones “trucados”.

Es decir, vehículos que nada tienen que ver con las vivienda sobre ruedas pero que son adaptados por sus propietarios como si lo fueran, aunque, en buena lógica, carecen de las medidas de seguridad apropiadas.

Entre las más castigadas están las de Caneliñas y As Pipas, ya que algunos días amanecen repletas de casas rodantes que pasan allí la noche y “prácticamente no dejan sitio para los demás usuarios”, confirma el propio Francisco Candal.

Denuncian los propios autocaravanistas

En relación con esto, advierte el mando policial de que, lejos de lo que se pueda creer, no son vecinos o empresarios de hostelería los que más denuncian.

El alcalde denunció que algunos usan los aseos públicos de las playas para asearse e incluso hacer la colada, derrochando agua y consumiendo un servicio que no pagan. La Policía Local lo confirma, como también la ocupación permanente de espacios para pernoctar y la utilización de los árboles como tendales. Policía Local de O Grove

“Los que nos llaman son los propios autocaravanistas –sostiene–; lo hacen para denunciar a aquellos de su mismo colectivo que incumplen descaradamente las normas y generan una mala imagen que los perjudica a todos”.

Estas y otras reflexiones similares del jefe de policía local sirven, como queda dicho, para avalar las declaraciones ofrecidas hace unos días por el alcalde y explican tanto su preocupación como la mostrada por muchos vecinos, partidos políticos y colectivos como Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes).

Autocaravanas a pie de playa, en el paseo de Pedras Negras-Con Negro, a la altura de la Batería Militar de Puerto Cuaces. Policía Local de O Grove

Todos parecen coincidir en que el éxito de O Grove como destino turístico le hace padecer daños colaterales tan importantes como los atascos, la anunciada proliferación de campamentos turísticos y la citada llegada masiva de autocaravanas.

“Situaciones que debemos regular” para evitar que O Grove corra el riesgo de “morir de éxito”, tal y como advierte el propio regidor cuando habla de “un número descontrolado de vehículos vivienda que hacen una ocupación de espacio sin aportar nada”.

Autocaravanistas en la costa meca. POLICIA LOCAL O GROVE

Sabedor de que “cualquier día de julio o agosto podemos contar 150 o 200 autocaravanas en nuestra costa –como así confirma la Policía Local–, estamos hablando de entre 150 y 200 apartamentos con entre 300 y 1.000 personas sin ningún tipo de fiscalización en cuanto a recogida de basura, abastecimiento o saneamiento”.

Lo que quiere decir es que “hay que preguntarse dónde depositan sus residuos, dónde vierten las aguas fecales y dónde se abastecen de agua potable”.

Una autocaravanista poniendo la mesa a pie de playa. POLICIA LOCAL O GROVE

Y esto lo lleva a concluir que “es un foco de problemas que debemos gestionar entre todas las Administraciones para ponerle fin, sobre todo porque el turismo de autocaravana se ha desbordado a raíz de la pandemia”.

Los campamentos turísticos

Reflexión en la que abundan vecinos y empresarios que, como el propio alcalde, también se preocupan por la pretendida instalación de una docena de campamentos turísticos.

Sobre todo ciudadanos de San Vicente, quienes consideran que “se están produciendo importantes desmontes y talas que arrasan nuestra parroquia y tienen por finalidad instalar campings o ampliar los asistentes”.

Uno de los campamentos turísticos de San Vicente que parecen interesados en ampliar. FDV

Otros hablan, incluso, de algún propietario de este tipo de establecimientos que está “intentando conseguir terrenos anexos para seguir avanzando sin control por zonas naturales de gran valor”.

Surge todo esto al hilo de lo manifestado por Cacabelos en FARO hace unos días, cuando reclamó apoyo de otras Administraciones “para sentarnos a debatir el modelo turístico de futuro que queremos”.

Lo hacía, cabe recordar, tras detectar que se han multiplicado tanto la especulación urbanística como la presentación de proyectos para ocupar suelo rústico con campings, a los que se refería como “micourbanizaciones que agotan nuestros recursos naturales y pueden hacer colapsar todo el funcionamiento municipal, ya que se disparará hasta límites ingestionables el consumo de agua potable y la generación de residuos sólidos urbanos y de aguas fecales”.

A modo de ejemplo, hacía saber que sobre la mesa del departamento de Urbanismo hay una docena de proyectos para la instalación de nuevos campamentos turísticos. Los cuales se sumarán a los nueve ya existentes y al que está en construcción, con la correspondiente licencia, en el lugar de Balea”.

La preocupación del primer edil y de los propios vecinos no radica en esos nueve establecimientos ya consolidados y en el que está a punto de sumarse a ellos, sino en los otros doce en fase de consulta y en los que puedan estar por venir a mayores, ya que se teme una saturación inasumible para un municipio de apenas 22 kilómetros cuadrados de superficie.

El motivo de tanta preocupación, insiste el alcalde, es que con las actuales normas de la Xunta en la mano “se permite que en parcelas de suelo rústico de más de 5.000 metros cuadrados se pueda habilitar un camping provisto de edificio sólido o fijo, con supermercado, oficina de recepción, baños, duchas, cafetería y restaurante”.

Sin olvidar que esos campamentos “pueden aprovecharse parcelas para instalar bungalós que, en realidad, no son desmontables, ya que llevan una solera de hormigón y se convierten también en instalaciones fijas”.

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