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Para llegar al paraíso hay que atravesar un infierno

Los atascos en la autovía, el sábado pasado. Noé Parga

La vía rápida de Sanxenxo es un tramo de apenas siete kilómetros de longitud y dos carriles de circulación, uno en cada sentido, que une la Autovía do Salnés con O Grove. Cuando los turistas acceden a ella, ansiosos por disfrutar de la emblemática playa en la que desemboca, la de A Lanzada, o cualquier otra situada en los alrededores, piensan que están accediendo a un auténtico paraíso. Y no les falta razón, ya que a este municipio arousano también se le conoce como “el paraíso del marisco”.

Ese vial es para muchos el tramo final de un largo viaje tras el que iniciar las vacaciones estivales, disfrutar de un fin de semana de ocio o degustar la mejor gastronomía. Pero cuando los conductores ya ven la luz al final del largo túnel aún tienen que soportar largas caravanas, a veces de entre ocho y diez kilómetros.

Las caravanas que se forman en la vía rápida afectan a la Autovía do Salnés, en la foto. M.M.

Esto es así, como se denuncia prácticamente cada fin de semana estival desde hace una década, porque entre los cuatro carriles de la Autovía do Salnés (Curro–Sanxenxo) y los cuatro que cruzan el istmo de A Lanzada, los dos de que dispone la vía rápida se convierten en un complicado cuello de botella, capaz de agotar la paciencia de cualquier conductor.

Todos de acuerdo

De ahí que todos los grupos políticos grovenses, sin excepción, los empresarios y comerciantes, los vecinos mecos y los propios turistas no se cansen de solicitar el desdoblamiento de esa vía rápida tantas veces prometido, pero nunca ejecutado.

Como ya se indicó en anteriores ocasiones, incluso llegaron a hacerse estudios y redactarse proyectos para habilitar los cuatro carriles demandados en esos siete kilómetros de calvario que supone la vía rápida.

Pero lo máximo que se logró fue conseguir que se instalara una mediana de hormigón para separar los dos carriles existentes en el tramo de la vía rápida más peligroso, tratando de evitar que los automóviles siguieran colisionando frontalmente para así acabar con los accidentes, algunos mortales, que solían producirse.

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El eterno problema de los atascos y la vía rápida Faro de Vigo

Del desdoblamiento solo se sabe que, a pesar de los pasos que se habían dado y se creían definitivos, actualmente “sigue en fase de estudio” para “adoptar la mejor solución posible”, según indicó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al alcalde, José Cacabelos, hace solo unas semanas.

José Cacabelos y Alberto Núñez Feijóo en una reunión reciente celebrada en Vigo. FdV

“Soluciones urgentes”

Pero el regidor ya no quiere más promesas ni más esperas, sino “soluciones urgentes”. Y las reclama porque “cada fin de semana, en jornadas festivas e incluso algunos días laborables, asistimos con impotencia y desasosiego a la masificación de la vía rápida de Sanxenxo y a la formación de interminables atascos que se extienden por todo ese trayecto y llegan a afectar, incluso, a la Autovía do Salnés”, lamenta.

“Tenemos tan malas infraestructuras viarias que siempre se producen caravanas en verano, y esto no debe admitirse como algo ya instaurado que deba soportarse sin más, sino que demuestra que existe un problema grave de accesos y movilidad"

José Cacabelos - Alcalde de O Grove

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Esto conlleva enormes molestias para los conductores que tratan de acercarse a la localidad meca, serios perjuicios para el comercio y la hostelería de este municipio y, por supuesto, un riesgo añadido para la circulación, registrándose ocasionalmente colisiones por alcance vinculadas a las retenciones viarias aludidas.

Un accidente por alcance registrado el sábado durante las retenciones en la Autovía do Salnés antes de acceder a la vía rápida de Sanxenxo. Noé Parga

El regidor es consciente de ello, por eso insiste en denunciar la situación y pedir a la Xunta que actúe en consecuencia.

Por el desdoblamiento

“Tenemos tan malas infraestructuras viarias que siempre se producen caravanas en verano, y esto no debe admitirse como algo ya instaurado que deba soportarse sin más, sino que demuestra que existe un problema grave de accesos y movilidad que dificulta la llegada a O Grove, de ahí que absolutamente todos demandemos una y otra vez el desdoblamiento de la vía rápida”, proclama.

Lo que hace es “exigir una solución definitiva”, no sin antes recordar que “llevamos demasiados años hablando de este tema y planteando siempre lo mismo, mientras que la Xunta promete una y otra vez un desdoblamiento que nunca llega”.

Las habituales retenciones a la salida de las playas, entre A Lanzada y la Autovía do Salnés. FdV

Todo bloqueado desde 2012, a pesar de que había un proyecto presupuestado en 32 millones de euros

Lo cierto es que pocos avances se han producido desde que en 2012 se bloqueó el proyecto de desdoblamiento de la vía rápida que había elaborado la Xunta, presupuestado en unos 32 millones de euros.

El "paraíso" está al final, después de ocho o diez kilómetros de atascos. Gustavo Santos

Y todo, supuestamente, por un informe de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza que en 2015 alertaba de que aquel diseño elegido afecta a un arroyo que desemboca en el Complejo Intermareal Umia-O Grove; espacio integrado en la Red Natura 2000.

El tramo de dos carriles desde la Autovía do Salnés hacia A Lanzada, el domingo pasado. M.M.

Es por ello que se exigieron unas medidas de corrección medioambiental que no tenían encaje en el proyecto original, convirtiéndose el denominado Rego dos Mouros, un pequeño cauce en la parroquia de Noalla (Sanxenxo), en un obstáculo parece que infranqueable.

Un clamor social, político y empresarial

Ya en 2018, seis años después de que el proyecto se expusiera al público, O Grove volvía a ser un clamor en defensa del desdoblamiento, a lo que respondieron en la Xunta que seguirían “analizando las alternativas existentes para mejorar la movilidad en esa zona, siempre en concordancia con la normativa ambiental y la necesidad de preservación de un entorno natural único”.

Y así siguen las cosas hoy en día, por mucho que todos coincidan en la necesidad de dotar de dos carriles más a esa masificada carretera de siete kilómetros que desemboca en el paraíso. Eso sí, después de atravesar un auténtico infierno.

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