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El cura pide ayuda

El párroco de San Vicente busca colaboración para terminar la casa rectoral

El cura pide ayudaFdV

Juan Ventura Martínez Reboeiras, el incombustible párroco de San Vicente de O Grove, al igual que lo es en Santa María de Simes (Meaño), pide ayuda a los feligreses.

Lo hace con la intención de terminar las obras iniciadas en 2018 para reconstruir la ruinosa casa rectoral; un inmueble que se encontraba en estado lamentable que ahora está camino de convertirse en albergue juvenil y punto de encuentro social para vecinos y visitantes.

En su momento ya organizó excursiones para recaudar fondos e incluso, con el mismo fin y entre otras actividades, vendió llaveros de cobre. En ellos se reproducía la moneda encontrada en el yacimiento de Adro Vello mediante la que se rememoraba la traslación de los restos del Apóstol Santiago desde Palestina a Pontecesures.

Los llaveros vendidos por el cura, a 7 euros.

Pero parece que la provisión de fondos no es suficiente y la nueva casa rectoral, que está ya en su recta final, necesita de una inversión añadida.

“Ojalá cada casa o familia pudiese colaborar aportando su granito de arena”

Juan Ventura Martínez Reboeiras . Cura párroco de San Vicente de O Grove

Es por ello que el sacerdote, el mismo que se confesó aficionado del Celta de Vigo y se encargó de revitalizar y modernizar la actividad eclesiástica de la parroquia, además de organizar la transmisión de sus misas por YouTube para que nadie se pierda sus ceremonias, sobre todo a causa de la pandemia, recurre nuevamente a las redes sociales y las plataformas de mensajería telefónica, que domina a la perfección, para pedir un nuevo esfuerzo a la ciudadanía.

El cura de San Vicente durante la transmisión por YouTube de una de sus misas.

Lo que hace es contactar con los grovenses, y todos aquellos que quieran sumarse a la causa, para dejar constancia de que es necesario encontrar más dinero “para terminar este proyecto que es de toda la familia parroquial”.

“Ojalá cada casa o familia pudiese colaborar aportando su granito de arena”, espeta el párroco antes de indicar que los interesados pueden hacerlo “presencialmente o en la cuenta parroquial” abierta al efecto.

“Como párroco me veo en la obligación de pedir vuestra ayuda para poder terminar las obras de esta casa rectoral, que será un centro de pastoral que servirá para diferentes actividades destinadas al disfrute de niños, jóvenes y mayores”, proclama Juan Ventura Martínez Reboeiras para animar a los potenciales benefactores. 

El día de la inauguración de la escultura que refleja la moneda de Adro Vello, en el atrio de la iglesia.

Los llaveros y la moneda esculpida en piedra

Fue hace justamente tres años cuando el cura de San Vicente dio a conocer una nueva propuesta mediante la que ayudar a financiar las obras de rehabilitación de la casa rectoral, en las que estaba previsto invertir unos 240.000 euros.

Se trataba de la venta de llaveros a modo de réplica de la popular moneda de Adro Vello, que desde julio de 2017 también puede verse en el atrio de la iglesia de San Vicente, tallada en granito, con 1,2 metros de diámetro y un peso de 1.500 kilos.

Tales abalorios fueron comercializados por Juan Ventura Martínez Reboeiras a 7 euros la unidad, advirtiendo entonces el propio sacerdote de que no se trataba de recaudar fondos para adecentar la casa del cura, sino para habilitar locales sociales para uso y disfrute de los parroquianos.

Como también para dar cobijo a los jóvenes que con frecuencia acuden a los campamentos y jornadas de convivencia que se organizan en la parroquia, especialmente en la llamada Horta do Cura.  

Imagen que lanza el cura de San Vicente para pedir ayuda a los feligreses.

Con la bendición del arzobispo

Las obras de la casa rectoral, construida en 1771, junto a la iglesia, a cuatro aguas y en dos plantas con forma de "L" , cuentan con el visto bueno de Monseñor Julián Barrio, el arzobispo de Santiago, quien las supervisó el pasado verano, aprovechando su visita a O Grove para presidir los actos religiosos oficiados en memoria de todos los marineros muertos y como homenaje a la Virgen del Carmen.

La visita del arzobispo a las obras de la casa rectoral, el pasado verano.

En aquella ocasión ya se destacó que la reconstrucción del inmueble se hacía posible gracias al esfuerzo del párroco y la colaboración de sus feligreses, anunciándose que este nuevo espacio social podría ser inaugurado a principios de este mismo año.

El pasado mes de diciembre abundaba en ello el propio cura, al señalar que en enero podrían estar terminadas esas obras de reconstrucción del inmueble. Empezó a hablar de ellas en 2016, cuando anunciaba su intención de convertirlo en “un centro de convivencia y campamento para que los jóvenes disfruten en verano, teniendo en cuenta que es una zona preciosa, al lado de las playas”.  

Una vista aérea de archivo correspondiente a la zona que ocupan la iglesia y la Horta do Cura. Con el círculo se marca la vieja casa rectoral.

El BIC para San Vicente y el 250 aniversario de la iglesia parroquial

La casa rectoral de San Vicente forma parte del conjunto arquitectónico de la parroquia que se quiere proteger y diferenciar mediante su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de Galicia. 

Se encuentra en la Horta do Cura, al lado de la iglesia parroquial, que este mismo año celebra el 250 aniversario de su construcción.

Por este motivo, y dado que Galicia se encuentra en plena celebración del Xacobeo 2021, se cree que es el momento ideal para dotar de actividad a la citada rectoral, de ahí la importancia de terminar las obras cuanto antes.

Imagen tomada hace ocho años en la que se ve al sacerdote en la Horta do Cura, con la vieja casa rectoral a sus espaldas.

Un templo con unas características muy especiales

La iglesia de San Vicente está considerada una de las joyas patrimoniales más importantes de la localidad meca, y una de las destacadas en el conjunto de la comarca. Fue construida en 1771 para sustituir a la iglesia visigótica que había estado enclavada en Adro Vello (O Carreiro), donde aún quedan sus restos. Es un templo con unas características realmente llamativas que lo enriquecen como elemento de interés patrimonial.

Se caracteriza por disponer de una planta rectangular que se divide en tres tramos de bóveda de cañón y coro alto, capilla mayor rectangular, con bóveda de crucería cuadripartita, con arco triunfal de medio punto sobre pilastras, y sacristía rectangular en la cabecera, cubierta con bóveda de cañón.

La fachada está enmarcada por pilastras, dispone de una portada con arco enmarcado con moldura y su torre-campanario central es de estilo barroco compostelano, de un solo cuerpo y terminado con decoración de placas.

Lo curioso es que está ubicada al revés, con su entrada hacia el sol naciente, en lugar de hacia poniente. Y no es la única curiosidad, pues también puede decirse que su pila bautismal, que es la original, se ubica al lado contrario de lo que suele ser habitual.

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