Las mujeres rurales superan los efectos del confinamiento con yoga en la playa
La asociación Mulleres Rurais A Lagoa, con sede en San Vicente de O Grove, ha retomado su actividad. Hoy, sin ir más lejos, organiza una clase de yoga en la playa de O Farruco, desde las diez de la mañana.
Rosa María Blanco, su presidenta, explica que "una vez abiertas las playas, y tras confirmar con la policía que podíamos dar clase al aire libre, guardando las distancias y siguiendo todas las normas, hemos decidido empezar a movernos de nuevo". Se hace desde el convencimiento de que la reclusión domiciliaria "ha resultado especialmente dura para muchas de las mujeres rurales, que por grupo de edad o riesgo no han salido para nada a la calle, lo cual empieza a hacer mella en el ánimo". Es por ello que "nos ha parecido una idea estupenda hacer un poco de ejercicio al aire libre con esta clase de yoga, como quizás hagamos con las de gimnasia, interrumpidas en marzo".
La presidenta de la asociación detalla que "al no poder utilizar los locales públicos, por el momento, estas actividades en la playa nos parecen la alternativa más saludable".
Y sentencia que A Lagoa hará todo lo posible "por mantener los cursos que teníamos apalabrados con algunos artesanos, siempre que encontremos el lugar adecuado y podamos adaptarnos a las nuevas normativas sanitarias, ya que de este modo ellos siguen trabajando y nosotras mantenemos nuestros lazos sociales activos, algo absolutamente imprescindible en el entorno rural".
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