El sector de los barcos de pasaje que operan desde el puerto meco de O Corgo, con nueve empresas que disponen de catorce naves, tiene intención de retomar la actividad el 1 de julio. Al igual que se disponen a intensificarla desde ese momento los establecimientos hoteleros de toda la comarca, que a estas alturas empiezan a notar ya cómo aumentan las reservas.

Puede decirse, en relación con esto último, que en O Salnés y el Ullán crece el interés por el alojamiento, sobre todo pensando en el mes de agosto. Pero lo que se ha disparado de verdad es la demanda de viviendas turísticas y apartamentos, especialmente si disponen de piscina.

Es una de las reflexiones que plantea la empresaria Beatriz Castro, gerente de Hotel & Apartamentos Cons da Garda, en San Vicente de O Grove, además de responsable de las plataformas "Alojatesalnés", especializada en gestión integral de las viviendas turísticas de la comarca, y "Caylu", centrada en el reparto a domicilio de todo tipo de pedidos ligados al turismo y la hostelería.

Bendita locura

"Desde que empezaron a asimilarse las fases de la desescalada la gente está demandando mucho apartamento y casas independientes, sobre todo con piscina -declara-; puedo decir que, por suerte, está siendo una auténtica locura, hasta el punto de que si en nuestra plataforma de gestión del sector tuviéramos más disponibles, más alquilaríamos".

Esto se debe a que los clientes consideran que en este tipo de instalaciones "la seguridad está totalmente garantizada" y, quizás, a que sería más fácil de asumir cualquier posible marcha atrás en materia de confinamiento.

Respecto a los catamaranes de pasajeros, sin duda uno de los negocios más afectados por la pandemia del Covid-19 en Arousa, cabe aclarar, para entender mejor su importancia, que según diferentes estudios estos barcos de pasajeros pueden realizar -en condiciones normales- alrededor de 310.000 viajes al año con unos 500.000 turistas a bordo, lo que supone unos ingresos de más de dos millones de euros.

La plantilla fija de cada nave puede ser de cuatro o cinco personas, pero en temporada alta son entre diez y veinte los empleados que trabajan directamente en cada una de ellas; de ahí que pueda considerarse como una gran empresa.

Parados desde que se decretó el estado de alarma, con el grueso de sus plantillas en ERTE y muy preocupados por su futuro, ya que saben que se avecina "un verano muy duro", los armadores de estos catamaranes aprovechan el parón para realizar labores de mantenimiento en sus naves, pintarlas y preparar todas las medidas de seguridad e higiene que tendrán que aplicar en cuanto vuelvan al tajo.

Hoy mismo se reúnen con representantes de Turismo de Galicia para conocer de primera mano los planes de la Xunta en esta materia y tratar de determinar su situación real, ya que "no somos ni hotelería ni empresas de transporte marítimo propiamente dicho, de ahí que nos encontremos en tierra de nadie y no sepamos bien a qué acogernos en esta fase de desescalada", manifiestan en el sector.

Limbo legal

Tras reunirse entre ellos el lunes, precisamente para estudiar la especie de limbo legal en el que se encuentran y planificar el rumbo a trazar en su singladura hacia la nueva normalidad, los responsables de los barcos de pasaje asumen que no tienen "absolutamente nada que hacer" hasta que el turismo empiece a revitalizarse y, sobre todo, hasta que se permita la libre circulación de personas entre provincias.

"Nos hemos marcado la fecha del 1 de julio para empezar a funcionar con la esperanza de que desde entonces pueda intensificarse la actividad turística, pero siendo conscientes de que va a ser un año muy raro y difícil para nosotros y el conjunto del sector turístico de O Grove", esgrimen los empresarios navales.

Sin grupos organizados

Añaden que no van a recibir a grandes grupos de excursionistas, que son, precisamente, la principal fuente de ingresos de este sector. "Y gente a nivel particular tampoco esperamos demasiada", lamentan.

Cuando llegue el momento aplicarán medidas como "reducir el aforo al 50%, hacer que todos los pasajeros viajen con mascarillas, intensificar las labores de limpieza y desinfección y hacer que se mantengan las distancias de seguridad, sobre todo en el momento de embarcar y desembarcar".