Además de que el mercado municipal de Vilagarcía se encuentra semivacío de comerciantes fuera de los martes y sábados, otro de los problemas a los que se enfrentan los placeros es la falta de aparcamiento para los clientes.

Los días de mayor afluencia, es decir, los de mercadillo, los estacionamientos que rodean el edificio de la plaza (la mayoría de zona azul) están ocupados por los puestos de los vendedores ambulantes. Cierto es que existen parkings disuasorios completamente gratuitos en distintas zonas de la ciudad, pero a muchos compradores se les hace muy cuesta arriba tener que ir cargados de bolsas hasta el coche, ya lo tengan en Fexdega o en la TIR, los dos grandes aparcamientos públicos más cercanos al mercado.

Consciente de la falta de estacionamiento, el gobierno de Alberto Varela ha comprado la parcela del triángulo de O Con, situada en la desembocadura del río, para construir un tanque de tormentas que ayude a reducir el riesgo de inundaciones y a su vez sirva de explanada de aparcamiento para dar servicio a la plaza de abastos. Pero por el momento el proyecto todavía no se ha materializado.

Donde sí pueden estacionar ahora los clientes que van a comprar al mercado es en la calle trasera del edificio (García Caamaño), una zona peatonal en la que se permiten estacionamientos cortos, de entre 15 y 20 minutos, precisamente pensado para los compradores. Pero el problema con el que se encuentran los placeros es que hay vehículos que aparcan toda la mañana.