Lágrimas y emoción de Diana López-Pinel y su hija Valeria en A Pobra
"Quiero verle la cara al asesino de mi hija", explicó la madre de la joven
Redacción | A Pobra
Desde la desaparición de Diana Quer, su madre y su hermana han vivido un auténtico infierno, paliado en parte con la aparición del cadáver 500 días después en una nave de Rianxo. La reconstrucción de los hechos las llevó a personarse en A Pobra, donde todavía tienen su casa de veraneo para "poder mirar a la cara del asesino de mi hija".
Su llegada a la zona fue el momento más tenso de la jornada y se vivió sobre las 12.00 horas en A Pobra do Caramiñal. Todavía en plena reconstrucción de los hechos, y con Abuín muy cerca, Diana López-Pinel y Valeria Quer se personaron en la zona y trataron de acceder al lugar donde se encontraba el presunto asesino de su hija.
Durante unos largos minutos trataron de persuadir a los agentes del cordón policial para que les dejasen pasar, pero finalmente, fueron estos efectivos los que las convencieron de que no se acercasen.
Abrazadas
Visiblemente emocionadas y con lágrimas en los ojos , las dos se abrazaron mientras observaban a lo lejos la actividad de la comitiva policial y judicial, entre cuyos integrantes, se adivinaba la presencia de José Enrique Abuin Gey, "El Chicle", autor confeso de la muerte de Diana Quer.
Allí estuvieron madre e hija durante unos minutos, antes de darse la vuelta y regresar a su casa. No quisieron hacer declaraciones y tan solo reconocieron que "tener tan cerca al asesino de mi hija es muy duro".
El padre de Diana, Juan Carlos Quer, prefirió no acercarse a ninguno de los puntos en los que se estaba practicando la reconstrucción de los hechos.
- Mil kilómetros para saborear lamprea del Ulla
- O Grove, donde el centollo encubre a la almeja
- El temporal convierte Meloxo en «un campo de batalla»
- Rubiáns se convierte en un paraíso de camelias
- Una nueva oportunidad para aprender idiomas en Vilagarcía
- Ribadumia tendrá que pagar 30.100 euros a una extrabajadora municipal
- O Salnés, el valle de los pazos gallegos
- A Illa: siete millones de euros menos que en época de «vacas gordas»