Seis horas. Seis largas horas fue el tiempo que duró la reconstrucción de la madrugada del 22 de julio de 2016, cuando José Enrique Abuín Gey, "El Chicle", asesinó presuntamente a la joven madrileña Diana Quer en A Pobra antes de arrojar su cadáver al fondo de un pozo en una nave de la parroquia rianxeira de Asados. La reconstrucción dejó algunas sorpresas, como el desplazamiento a Padrón, donde el presunto autor del crimen se habría deshecho de pruebas importantes, presumiblemente, la ropa que aquella noche vestía la joven madrileña. También destacó que la reconstrucción en A Pobra se realizó a más de 150 metros del lugar en el que se pensaba que fue abordada Diana Quer, el paseo marítimo que conducía hasta su casa.

Acompañado en todo momento por una larga caravana policial y judicial, "El Chicle" se mostró colaborador y narró su versión de lo que ocurrió esa noche, una versión a la que la acusación particular no da ningún tipo de credibilidad. Abuín mantuvo que el encuentro con Diana Quer fue fortuito y defendió que se trató de un homicidio involuntario frente a la tesis de que se trató de un crimen de carácter sexual.

Desde que fue detenido, Abuín ha modificado en varias ocasiones sus declaraciones. De hecho, en un primer momento, aseguró que había atropellado a la joven, una circunstancia que se encargó de desmontar la autopsia que se le realizó al cadáver. La última versión que ha puesto encima de la mesa es que la asfixio sin pretenderlo tras ser sorprendido por la joven robando gasóleo en las casetas de los feriantes. Este múltiple cambio de versiones hace que la credibilidad de "El Chicle" se encuentre en entredicho, tanto por parte de la investigación como de la acusación particular.

La mañana comenzó con el traslado de Abuín Gey desde la cárcel de A Lama hasta los juzgados de Ribeira, donde le esperaba el juez del juzgado de Instrucción número 1, Félix Isaac, y toda la comitiva de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, así como su abogada defensora, María Fernanda Álvarez, y el de la acusación particular, Ricardo Pérez Lema. Desde allí arrancó la comitiva de 14 vehículos, que se iba encontrando en todos los cruces con agentes de la Usecic que velaban para que nadie pudiese acercarse a las zonas en las iban a trabajar. La investigación no quiso dejar nada al azar, e incluyó en esa reconstrucción un coche exactamente igual al que conducía el presunto asesino y dos maniquíes que representarían a Diana Quer.

Sobre las 10.30 horas comenzaba la reconstrucción en A Pobra. La Guardia Civil acordonó todo el entorno a más de 800 metros de distancia para que nada entorpeciese la investigación. Fue ahí donde se vio la primera sorpresa que depararía la jornada, ya que la reconstrucción no se realizó en el paseo marítimo, sino en una zona un poco más alejada, donde suelen ubicarse las casetas de los feriantes de las fiestas y un punto que Diana Quer no tenía que atravesar para llegar hasta la casa de veraneo de su familia.

Robo de gasóleo

En ese lugar, Abuín Gey escenificó como se encontró, según él de manera fortuita, con la víctima, que le habría sorprendido mientras robaba el gasóleo de los vehículos de los feriantes, lo que le habría llevado a tratar de intimidarla, para acabar asfixiándola de forma involuntaria. Durante dos horas, "El Chicle" gesticuló ampliamente ante el juez, mostró como recogía las garrafas, y con un maniquí, como estrangulo a Diana Quer hasta acabar con su vida. También como trasladó el cuerpo hasta su coche, introduciéndolo en el asiento trasero, antes de trasladarlo a Asados.

Una vez finalizada la reconstrucción en A Pobra, la comitiva enfiló rumbo a Rianxo, pasando por delante de la gasolinera que fue clave para identificar el vehículo de "El Chicle" durante la investigación y por el viaducto de Taragoña, donde Abuín Gey arrojó el teléfono móvil de Diana Quer al mar, aunque en ese punto no se detuvieron, más allá de una pequeña reducción de la velocidad.

Sobre las 13.00 horas, toda la comitiva llegaba a la nave de Asados, introduciéndose en el recinto, donde procedieron a recorrer la nave, con especial atención a la estancia en la que se encontraba el pozo de agua en el que se arrojó el cadáver totalmente desnudo de Diana Quer. En varios momentos, se vio a un "Chicle" muy gesticulante con las autoridades judiciales, e incluso, llegó a regresar al interior de la nave en más de una ocasión tras haber salido de ella. Los agentes accedieron al interior de la nave con cizallas y cuerdas.

Sobre las 15.00 horas, la comitiva judicial abandonó el lugar, pero no se dirigió al juzgado de Ribeira, sino que llegó otra de las grandes sorpresas de la jornada. Tras pasar por delante de la vivienda de Abuín Gey en Taragoña, la comitiva se dirigió hacia el municipio de Padrón. Allí, en el lugar de Pazos, próximo a A Escravitude y a los pies de la Nacional 550, "El Chicle" señaló el punto en el que se deshizo de una serie de pruebas vinculadas con el crimen, muy probablemente la ropa que vestía aquella noche la joven madrileña. En ese lugar no se encontró ningún tipo de resto que pudiese aportarse a la investigación de los hechos. En total, aquella noche "El Chicle" recorrió más de 40 kilómetros para ocultar todas las pruebas del asesinato de Diana Quer.

La comitiva regresó a Ribeira donde finalizó lo que el abogado de la acusación particular calificó de "vuelta turística que no coincide con la realidad". Pérez Lema fue muy duro con el acusado reconociendo que se desplazaron a Padrón "para terminar el periplo de sus andanzas y porque nos dijo que algunos elementos que faltaban los arrojó allí", sin querer especificar si era la ropa que llevaba puesta Diana Quer.

Insistió en que la diligencia para reconstruir los hechos "la hemos solicitado nosotros -junto con la Fiscalía- para constrastarla con sus declaraciones, ya que ha ido cambiándolas y adaptándolas a los hitos que ha ido conociendo durante el procedimiento". Pérez Lema señaló que "el ha reconstruido, a su buen entender, como han sucedido los hechos; queda mucha documentación por analizar, pero el contraste revela que ha vuelto a mentir, no damos ninguna credibilidad a su relato, pues no coincide con la realidad, ya que entra en constantes contradicciones".

El cadáver de la joven fue localizado en un pozo de una antigua nave de gaseosas en la parroquia rianxeira de Asados el pasado 31 de diciembre, lastrado con ladrillos de adobe y completamente desnudo. El teléfono móvil ya había sido localizado por unos mariscadores meses antes, pero nunca se encontró la ropa que llevaba la noche en la que desapareció.