-Se supone que su jornada laboral es muy intensa, ¿le queda tiempo para otras actividades?

-Depende del proyecto en el que esté. Hay días que tengo que estar de manera muy intensa, a veces viajas mucho. Mi rol es a nivel europeo y es muy variado. Tu jornada es intensa porque el cliente paga mucho por tu tiempo. Son contratos en los que te piden disponibilidad de viajar. Lo que más me gusta es la variedad. A veces estoy nueve o diez meses dedicada a un proyecto y hay temporadas en las que solo superviso. Hay épocas en las que trabajo en casa. Las jornadas son lo largas que tú quieres que sean, pero también hay mucha flexibilidad. Las empresas de consultoría tenían muy mala reputación, pero ahora se busca el equilibrio entre el trabajo y la vida. Se han dado cuenta de que una persona sana va a ser mejor empleada. Tenemos unos beneficios flexibles que los puedo utilizar para pagarme el gimnasio o comprar equipamiento subvencionado por la empresa. Está montado para conciliar la vida laboral y personal.

-¿Morriña carrilexa?

-Echas de menos a la gente, pero ahora mismo no viviría aquí. Me gusta mucho vivir en una gran ciudad. Cuando me jubile vendré. Además cada dos o tres meses vengo a casa unos días. Londres me ofrece cosas que aquí no las tendría nunca.