El equilibrio es la clave

En Moda, nada muere, todo se transforma. Aunque parezca una manera muy tajante de comenzar mi reflexión, nada más cierto que esto, para poder avanzar en lo que se prevé que pueda pasar en los próximos años en un entorno tan cambiante, como el mundo del retail.

Buena prueba de esto es lo que ha pasado con el punto de venta físico. Cuando muchos pronosticaban que la tienda estaba en sus últimos días, nos topamos con una pandemia que nos enseñó que lo importante estaba en el contacto y en las relaciones. Todos los que nos dedicamos a este sector tenemos claro a día de hoy, que nuestro cliente es nuestro bien más preciado y que la tienda será el punto de contacto donde desplegaremos experiencias que emocionen y acerquen a la marca un cliente que recibe cada vez más información

El punto de venta convive “renacido” como escaparate, propuesta de tendencias, de formas de emocionar o de formatos híbridos entre el showroom y el puro click and collect.

Si tuviera que escoger una palabra para definir el futuro del retail ahora, realmente sólo hablaría de conseguir el ansiado equilibrio.

Conseguir el punto óptimo de posicionamiento entre el fast fashion y su inmediatez, con la conciencia y serenidad del slow fashion. Un binomio antagónico que se repite de forma obsesiva en las realidades del sector. Los desfiles grandilocuentes de París, Milán, New York o Londres conviven con cápsulas y micro colecciones que se presentan en espacios más íntimos. Las redes sociales o en el metaverso se mezclan con las rebajas, las newsletters de toda la vida y la atención personalizada.

Más definiciones que pueden completar el futuro próximo del retail son la omnicanalidad, la innovación, la inmediatez, la experiencia personalizada y la sostenibilidad. La apuesta por lo ecológico, por lo verde, en un mundo en donde se consume el presente con fruición, con miedo a que el futuro se nos escape y donde a veces se olvida que las personas deben estar en el centro de nuestras decisiones.

Este estado de aceleración progresiva de nuestras vidas se refleja claramente en este sector, en el que todas las marcas, empresas y profesionales intentamos encontrar el equilibrio entre creatividad, leyes, entorno social y entorno empresarial.

Confío que, entre todos, encontraremos el camino para lograr un balance entre las dosis de realismo y ganas. Es imprescindible la unión del sector y el apoyo del consumidor para cambiar la forma de consumir, que repercute directamente en el planeta.

Es necesario que tomemos conciencia de que la sobreproducción viene de la demanda, de una necesidad eufórica de consumo, que si no cambia tendrá que regularse a base de prohibiciones. De que las empresas somos generadoras de valor económico y social y que las personas son lo mas importante en toda la cadena de valor.