Investigación en Rafelcofer

Los dos detenidos por asesinar a la maestra de Valencia le robaron el dinero que tenía en casa

La Guardia Civil encuentra ropa manchada con sangre en casa del presunto autor material del asesinato, Antonio S. E., de 46 años

Homicidios apresa a los dos sospechosos tras confirmar su implicación en el homicidio de Rosa del Carmen de una veintena de cuchilladas en la noche del sábado

Uno de los presuntos asesinos de la maestra de Rafelcofer abandona su casa tras el registro.

Uno de los presuntos asesinos de la maestra de Rafelcofer abandona su casa tras el registro. / PERALES IBORRA

Teresa Domínguez / Toni Álvarez Casanova

Rubén Ú. P., de 44 años, y Antonio 'Toni' S. E., de 46, los dos detenidos por el asesinato de la maestra jubilada Rosa del Carmen Pous Escrivà en su casa de Rafelcofer (Valencia), crimen que adelantó en exclusiva Levante-EMV, del mismo grupo editorial, el pasado domingo, atacaron a su víctima con la intención de robarle. Esa es, en este momento y tras el avance de la investigación, la principal hipótesis que manejan los agentes del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia, que han resuelto el caso en tiempo récord: 36 horas después del hallazgo del cuerpo sin vida de Rosa del Carmen. Los dos detenidos, tal como informó este diario el martes, son politoxicómanos, tienen antecedentes y uno de ellos, Antonio S. E. había salido recientemente de la cárcel. De hecho, su arresto por este asesinato era cuestión de horas, tal como adelantó Levante-EMV a primera hora del martes.

La conclusión de que esa, la del robo, fue la principal motivación del feminicidio deriva del hecho de que quien la mató se llevó una cierta cantidad de dinero en metálico no cuantificada todavía, si bien es cierto que no le quitaron las joyas de oro que la mujer llevaba puestas y que permanecían en su cuerpo cuando su hija la encontró cosida a cuchilladas, en el suelo del pasillo de su vivienda, ubicada en el número 10 de la calle Xiquet de Rafelcofer pasada la una y media de la tarde del domingo. Junto a ella, su batín lleno de sangre que ya está siendo analizada, ya que al menos uno de los detenidos tiene lesiones recientes de arma blanca, por lo que se cree que se cortó cuando acometía a su víctima.

Gotas de sangre entre las dos viviendas

El hallazgo, tal como ha venido informando Levante-EMV, se produjo después de que unos niños encontrasen la cartera con su documentación, pero sin dinero, tirada en una acequia, en el barranco ubicado a las afueras de Rafelcofer. Los menores se la llevaron a la hija, quien, alarmada, cogió las llaves y fue a casa de su madre. Al entrar, descubrió el crimen y pidió ayuda, desesperada.

Desde el primer momento, la Guardia Civil centró sus sospechas en Rubén Ú. P. por varias razones, tanto porque Rosa del Carmen había tenido alguna diferencia con él por su comportamiento, la última ese mismo sábado según los vecinos, como por el hecho de que hubiese pequeñas gotas de sangre entre las dos viviendas, la de Rosa y la del ahora detenido, ubicadas una enfrente de la otra.

Rosa del Carmen Pous Escrivà, de 66 años.

Rosa del Carmen Pous Escrivà, de 66 años. / L-EMV

Una versión absurda detrás de otra

Una vez concluida la inspección ocular en el domicilio de la víctima, y visto el escenario del crimen, propio de un asesinato oportunista y desorganizado, los agentes del grupo de Homicidios desplazados al lugar llamaron al timbre de Rubén Ú. P. y le pidieron autorización para registrar su domicilio, a lo que accedió. Entre otros efectos, los especialistas del laboratorio de Criminalística desplazados desde la Comandancia de Valencia localizaron un pantalón de chándal manchado con sangre, que el sospechoso atribuyó a su amigo Toni.

Según declaró a los investigadores, ambos habían estado consumiendo cocaína y alcohol en su casa y, en un momento dado, Toni habría "enloquecido" y se habría autolesionado con un cuchillo, para luego limpiarse en el pantalón de chándal de su anfitrión. En realidad, los investigadores están convencidos de que se cortó mientras atacaba a su víctima.

Acusa a su amigo de la Font

Aunque negó desde el principio que tuvieran relación con el asesinato de su vecina, a medida que fueron pasando las horas empezó a cambiar de versión, para acabar diciendo que creía que Toni la había matado porque, ya estando en su casa, empezó a gritar nervioso que "tenía ganas de matar a alguien" y que quería "ir a pillar más [droga] para seguir consumiendo".

Para desvincularse del asesinato, afirmó que él mismo lo llevó a su casa, en la Font d'En Carròs, un municipio muy próximo. "Antes de eso, no pudo matarla, porque yo lo llevé. Como no volviese después en la bici...", remató en declaraciones a periodistas el lunes, refugiándose en un argumento sin demasiada lógica.

Las horas no casan con su versión

Esa explicación, sin embargo, ha sido desmontada por la Guardia Civil, ya que el crimen se produjo antes de la hora en la que él afirma haber llevado a Antonio a la Font, como prueba el dictamen forense a partir de la autopsia realizada el lunes en el Instituto de Medicina Legal de Valencia y otros elementos analizados por los investigadores. Tal como avanzó ayer este diario, la víctima fue sorprendida por sus asesinos cuando estaba cenando -su plato aún sin acabar seguía sobre la mesa del comedor el domingo-, por lo que su muerte se produjo entre las nueve y las diez de la noche del sábado, mucho antes de lo que quiso hacer creer el sospechoso.

Así las cosas, y tras haber tomado declaración a los dos principales sospechosos varias veces entre el domingo y el lunes, el martes, una vez confirmadas las sospechas a partir de los primeros resultados de las gestiones desplegadas, los agentes de Homicidios detuvieron a ambos a media mañana del martes, tras mantenerlos bajo una discreta vigilancia toda la noche para evitar una posible fuga.

Un agente del equipo de Criminalística de la Guardia Civiol sale de la vivienda con numerosas evidencias recabadas.

Un agente del equipo de Criminalística de la Guardia Civiol sale de la vivienda con numerosas evidencias recabadas. / AGUSTÍN PERALES IBORRA

Sobre las 12.30 horas, los especialistas de Homicidios y de Criminalística, junto con la letrada de la Administración de Justicia del Juzgado de Instrucción número 1 de Gandia, en funciones de guardia, y el abogado del detenido, se desplazaron al domicilio de Antonio S. E. en la Font, con este esposado para realizar el registro de la casa en busca de evidencias.

Encontraron ropa con sangre en su casa

Fuentes consultadas por este diario han confirmado que los investigadores recuperaron ropa manchada de sangre, precisamente la que vestía el sábado, por lo que todo apunta a que sería sangre de la víctima. Así mismo, encontraron otras pruebas que lo incriminan, según esas fuentes, que no han detallado qué tipo de evidencias son.

El registro concluyó poco antes de las tres de la tarde y el arrestado fue conducido de nuevo al calabozo, donde permanecerá, en un cuartel distinto al de su compinche, preso en la Comandancia de Valencia, hasta que ambos sean conducidos ante la jueza de Instrucción número 3 de Gandia, responsable de la investigación, ya que estaba de guardia cuando Rosa fue asesinada y cuando fue encontrado su cadáver, con cerca de veinte cuchilladas, la mayoría de ellas en el pecho. Antonio S. E. se fue como llegó, en silencio, esposado y escoltado por guardias civiles, aunque a la salida se llevó consigo algunos gritos de "asesino" de algunos vecinos congregados ante su casa.

Suscríbete para seguir leyendo