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Leiraparkings autónomos

Jóvenes en paro o que finalizan sus estudios alquilan fincas para convertirlas en estacionamientos durante el verano con el fin de hacerse con unos "ahorrillos"

Aparcamiento en fincas situado en Nerga // S.A.

La mayoría de las personas que regentan leiraparkings en Cangasleiraparkings optaron por darse de alta este verano para evitar complicaciones con la Inspección de Trabajo y Hacienda, que el año pasado peinaron estas instalaciones vitales para acoger los numerosos coches que llegan a diario, sobre todo los fines de semana, a los arenales de la zona. Se optó por la solución menos mala. Nadie quería sufrir las consecuencias de permanecer al margen de la ley y bajo la amenaza una sanción que pudiera costarle perder el paro o la jubilación, amén de una multa económica de esas que con las que la administración del Estado acostumbra a hacer su particular agosto.

Si hace unos años eran los propietarios de las fincas los que las convertían en leiraparkings y gestionaban directamente, ahora es un refugio de trabajo para jóvenes recién licenciados o parados. Acostumbran a ponerse de acuerdo dos jóvenes para alquilar la finca y después dividir las ganancias. Ahora mismo, los leiraparkings se antojan imprescindibles para Cangas. De lo contrario, el municipio y sus arterias principales de acceso a las playas, incluido el corredor de O Morrazo, se colapsarían. De hecho, esta posibilidad fue la que frenó el ímpetu sancionador de Trabajo. El pasado año, Tráfico advirtió de las graves consecuencias que tendría para la circulación el cierre de los "leiraparkings".

Pero la gestión de estos aparcamientos, cada vez mejor acondicionados y debidamente señalizados, es un negocio estacional que depende de si viene un buen verano con muchos días de sol, sobre todo en fin de semana. En la zona de O Hío son numerosas las fincas que se alquilan para aparcamientos. Pero también es cierto que los inquilinos cambian con mucha frecuencia: el negocio es duro y no siempre fructífero. Ahora mismo hay alquileres de fincas que se sitúan entre los 800 y 1.000 euros al mes en la zona de O Hío. También hay alguno que ya cerró: demasiado alejado de la playa de Nerga como para tener una clientela que pudiera permitir seguir abierto.

Coste el alta y resistencia

En algunos arenales de Cangas hay alguna resistencia a darse de alta en el régimen de autónomos. Son sobre todo aquellas personas mayores para las que, aún cobrando una jubilación, estos aparcamientos suponían una ayuda para la economía familiar, que en estos tiempos de crisis siempre es bienvenida. Los que se acogieron al régimen de autónomos, principalmente los jóvenes, pagan, por ser la primera vez, una tasa de 53 euros, cantidad que ahora mismo es soportable, aunque el verano no fuese bueno, pero la próxima vez tendrán que abonar ya 260 euros, así que la gente se lo pensará y no se descarta que la amenaza de cierre que hubo poco antes de comenzar el verano se haga realidad el próximo.

Mientras tanto, los políticos locales y algunos autonómicos consideran que la solución al problema de los leiraparkings pasa por una ley parecida a la que regula los furanchos; es decir, considerar estas instalaciones como estacionales y diferentes a los aparcamientos en zona urbana. El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos (ACE), recuerda que no se trata solo de un problema de Cangas, aunque aquí las labores de Inspección de Trabajo tuvieron más repercusión. Considera que se debe a exigir a la Xunta de Galicia que saque un reglamento específico para estos aparcamientos en playas.

Esta semana de buen tiempo se puso en evidencia la necesidad de los leiraparkings y también la conveniencia de que desde el gobierno local se aconseje estacionar en estos aparcamientos. El miércoles, la presidenta de la Asociación de Vecinos de Viñó ( O Hío), Esperanza Veiga, afirmaba que la situación en Viñó era caótica. Hablaba de coches aparcados debajo de las señales, en curvas sin visibilidad, encima de líneas amarillas e isletas. Esperanza Veiga reclamaba al gobierno que pidiera refuerzos a la Guardia Civil. Mencionaba también el poco civismo de gente que se acercaba a las playas de la zona. Exigía también sanciones más severas por parte de la Policía Local y también mayor presencia de este cuerpo en las zonas de playa. Claro que una patrulla es insuficiente para vigilar los más de 30 arenales de Cangas. De hecho, ese mismo miércoles, cuando Veiga denunciaba el caos circulatorio en Viñó, la Policía Local estaba actuando en Rodeira, donde en lo que va de semana ya hubo que sancionar a los propietarios de tres perros por andar sueltos por el arenal.

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