Juan Galiñanes competirá en los próximos premios Goya con su cortometraje de ficción "3-1=0" y con el anuncio "Tino o peregrino e o viño que sabe a festa", sobre la fiesta de Cambados.

-Nominado por partida doble. ¿También es doble la ilusión?

-Sí, ilusión doble o más, porque hay que multiplicarla por cada uno de los miembros del equipo. En "3-1=0" éramos 40 personas que trabajamos de forma desinteresada y lo único que tienes para pagarles es precisamente este tipo de reconocimientos del sector. En el caso del anuncio éramos menos de 10 personas en el equipo técnico, pero también había casi 40 pandereteiras y sus niños trabajando con mucha ilusión.

-Es la segunda vez que le nominan por un anuncio. ¿No le tienta la publicidad?

-La publicidad me encanta. Es la segunda vez que me nominan a los Mestre Mateo por un anuncio, pero no es la primera vez que hago publicidad porque ya la hice cuando estuve en Dygra. Si me apareciesen cuatro o cinco clientes para hacer publicidad sería feliz.

-Con independencia de lo que ocurra en la gala de los Mestre Mateo, ¿sería estrenar este año "Holy night!" su mayor sueño profesional?

-"Holy night!" más que un sueño se ha convertido en una espina clavada. Claro que me apetecería que se viese, porque ahí participaron de una u otra forma 200 personas, se invirtieron 12 millones de euros y muchos años de trabajo. Pero no es algo que dependa de mí, ahora es el banco el que tiene que mover ficha. El sueño profesional sería que el sector volviese a rodar de modo que podamos vivir de esta profesión y no por amor al arte.

-¿Por qué no se ha estrenado hasta ahora la película?

-Tuvimos en su día varias distribuidoras interesadas en el proyecto, pero llegó la crisis. La empresa cerró y ahora tendría que aparecer una distribuidora interesada en ponerla en el cine. Yo creo que no sería un riesgo. Una película de animación, a poco que inviertas hoy en día, puede dar dinero.

-Hay quien dice que el cine es caro, y que por eso no va más gente a las salas.

-El cine era caro, es cierto, aunque ahora está bajando mucho. En A Coruña ya hay entradas a poco más de cuatro euros, cuando antes costaban ocho. Yo creo que si bajan los precios la gente volverá a las salas, porque ver una película en el cine no es lo mismo que verla en casa. De todos modos, como profesional del sector también digo que nos parece mucho pagar 6 euros por una entrada para ver una película que dura hora y media, y sin embargo no nos importa pagar lo mismo por una copa que se toma en media hora. Y en la película trabajaron 400 personas. Lo que ocurre es que en España no tenemos cultura de pagar por los contenidos audiovisuales, musicales o informáticos. Y los autores tienen que vivir de algo.