La auditoría energética del Concello de Cangas es algo que el tripartito lleva de forma muy sigilosa. Quiere estudiar todo, hasta el último dato. La inversión que hay que hacer para terminar con el despilfarro eléctrico no es baladí, de ahí que se sea prudente en todos los aspectos. Cuando acudió la empresa en julio a informar a los concejales de los primeros datos de la auditoria energética, ya hubo tensión. De hecho a los periodistas se les conminó fuera del salón de sesiones y tuvo que salir después el alcalde para realizar un resumen de lo que había expuesto la empresa que, por cierto, ese momento hablaba de una inversión de dos millones de euros y que el consumo del alumbrado público era un 73% más de lo que debería, lo que suponía un derroche de 1.000 euros al día.

Todo el mundo coincide en que la factura del alumbrado público de Cangas es una barbaridad, que la situación es insostenible. Ahora hay que encontrar las vías de entendimiento para ver como se puede afrontar la millonaria inversión, con el Partido Popular en los talones.