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El "Pirulí", en el capítulo clave de su historia

El Círculo de Empresarios reflexiona hoy en una mesa redonda sobre los posibles usos de la torre

La torre del Hospital Xeral, conocida como el "Pirulí". // Adrián Irago

Su sesenta años de historia despuntando en el skyline urbano y los 240.000 vecinos que han nacido entre sus paredes convierten a la torre del Hospital Xeral -bautizada como el "Pirulí" por su altura y silueta- en uno de los edificios más emblemáticos de Vigo. A los fuertes lazos que la unen a la crónica emotiva de la ciudad se suma, además, que se alza en pleno corazón del casco urbano y actúa como motor dinamizador de varios barrios.

Tras seis décadas de intensa y frenética actividad, la reciente apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro y la consecuente reordenación sanitaria la abocan sin embargo al letargo. El "Pirulí" pierde su función sin que su nuevo uso esté aún definido. Arquitectos, sanitarios, vecinos y empresarios ven con recelo que no se esclarezca el futuro del inmueble. Temen que sea un paso fatal hacia su "muerte". Todos exigen que la torre no corra la misma suerte de la Panificadora, otra construcción emblemática que languidece, semiderruida y abandonada, a pocos metros del Concello.

Esta tarde el Círculo de Empresarios de Galicia-Club Financiero de Vigo (CFV) celebrará una mesa redonda con expertos para debatir los posibles usos de la torre. A la cita -a partir de las 19.30 h, en su sede de García Barbón- acudirá el médico del Sergas José Emilio Santiago Nieto; el arquitecto Manuel Portolés; Juan Yarza, abogado; y la profesora de Ideación Gráfica Aurora Galán. Presentará Alfonso Correa y moderará el presidente del CFV, Juan Ramón Güell. El objetivo -explicaba este último durante una entrevista a FARO, hace unos días- es abrir una reflexión "amplia y diversa". "El momento de debatir su futuro es ahora; si se cierra, se inicia su deterioro", concluía.

El "Pirulí" tiene una superficie de 54.326 metros cuadrados distribuidos en 18 plantas. Una vez concluya la reordenación sanitaria, de esa amplia extensión solo quedará operativa una pequeña parte: el Anexo II, con entrada por la calle Pizarro, donde permanecerá la Unidad de Reproducción Asistida y a la que se incorporan el centro de salud de la calle Bolivia, los pediatras de A Doblada y el Centro de Orientación Familiar y la Rehabilitación de Coia. Tras realizar algunas reformas, se instalarán las unidades mentales de A Doblada y Coia y un Punto de Atención Continuada. El resto, quedará vacío. De forma temporal la torre aún alberga un TAC y el servicio de laboratorio -en la planta 0- que se fusionará con Meixoeiro para crear el servicio central. Su puesta en marcha se ha retrasado al anularse la licitación para comprar nuevos equipos.

Aunque previsiblemente esos últimos "rescoldos" de actividad se mantendrán todavía varios meses, la torre da una sensación de desuso y letargo, con la mayor parte de su superficie vacía. Sus últimos ingresados se trasladaron al Álvaro Cunqueiro el 24 de septiembre. Comerciantes y hosteleros del entorno ya padecen ese nuevo escenario. Algunos alertan de que su facturación se ha desplomado un 95% tras el vaciado de servicios.

A pesar de esa situación se desconoce si la Administración tiene ya decidido cuál será el futuro del "Pirulí". El edificio pertenece a la Tesorería General de la Seguridad Social, que lo ha decido al Sergas. En una entrevista reciente a FARO, el conselleiro Jesús Vázquez Almuiña reconocía desconocer el destino de la torre. "El problema es que muchas veces la Tesorería no quiere fraccionar", anotaba el responsable de Sanidade, en referencia a la división entre torre y anexos. A preguntas de este diario, la Tesorería no ha aclarado aún cuál será el uso del inmueble. El "Pirulí" fue protegido por el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de 2009 por su valor arquitectónico.

La facturación de los negocios del entorno se desplomó tras el cierre

  • El pasado 24 de septiembre se trasladaron al Hospital Álvaro Cunqueiro los últimos pacientes ingresados del Xeral. Aunque el centro aún conserva de forma temporal el laboratorio y una sala de pruebas de TAC, esa jornada de principios de otoño marcó un punto de inflexión para los comerciantes y hosteleros del entorno de Pizarro y San Roque.Al cerrarse el "Pirulí" se cerró también el gran motor que surtía de actividad al barrio y atraía clientes a muchas de las cafeterías, tiendas, quioscos... Poco después del traslado, algunos negocios alertaban ya de que su facturación se había desplomado cerca de un 95%. "No ves coches, no ves gente; el bajón ha sido brutal", lamentaba uno de los autónomos ubicado en el entorno.A principios de octubre los comerciantes afectados advertían de que los cerca de 200 locales situados en el entorno del Xeral daban empleo a 600 personas, que ahora se veían seriamente perjudicados por el cierre del "Pirulí". Ante el temor de que la emblemática torre pueda ser "saqueada" urgían además a la Administración que le busque un nuevo uso.Prueba del efecto negativo de la clausura es que el precio de los alquileres de los bajos comerciales de la zona se abarató un 60% en cuestión de meses. Ya hay locales que han tenido que cerrar.

La torre, protegida en el Plan General de Ordenación por su valor

  • Su valor histórico y arquitectónico le ha valido a la torre del Hospital Xeral disponer de un nivel de protección ambiental en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), en el que se resalta que el rascacielos -inaugurado en septiembre de 1955 con el nombre de Residencia Almirante Vierna- "supuso una gran novedad en la arquitectura de la época". Ese grado de protección prohibe alterar los elementos a preservar de la estructura y solo permite restaurar elementos que hayan resultado "dañados". La ficha del PXOM también anota que los planos fueron firmados por Martín José Marcide en 1949 y que en el proyecto inicial se contemplaban 19 alturas. "Superaba a los inmuebles más elevados de la ciudad", aporta.Esa categoría hace que lo que se contemple en el PXOM sea la restauración o reparación de la torre, por lo que solo podría ser derribado en caso de que se declarase como una ruina irrecuperable. A pesar de ello el pasado junio la exconselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, aseguraba que los informes que manejaba la Xunta "aconsejan demolerlo".Hasta ahora el inmueble ha mantenido un uso público con fines sanitarios. Su propietaria es la Tesorería General de la Seguridad Social -Ministerio de Empleo-, que lo mantiene cedido al Sergas.

Los arquitectos urgen evitar una "nueva Panificadora"

  • La construcción de la torre del Hospital Xeral -inaugurada en 1955 con el nombre de Residencia Almirante Vierna- supuso un capítulo destacado en la arquitectura española de mediados del siglo XX. Sesenta años después reconocidos arquitectos de la ciudad urgen dotar al "Pirulí" de usos cuanto antes para evitar un letargo que podría ponerlo en peligro o, incluso, terminar con "una nueva Panificadora" en pleno corazón del casco urbano vigués."Un edificio en desuso es una presencia espectral. Por el contrario, un edificio rehabilitado triunfa sobre las fatigas del pasado. El MARCO en Vigo lo consiguió", apuntaba en verano el prestigioso arquitecto Salvador Fraga en un artículo, en el que defendía mantener en pie el inmueble. El presidente de la delegación del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) en Vigo, Antonio Davila, plantea un concurso de ideas "muy abierto" para reflexionar sobre los "nuevos usos y formas" que podrían dársele a la torre.

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