Una ballena rorcual común de 10 metros de longitud y de un peso entre 7 y 9 toneladas apareció ayer flotando muerta en aguas de la playa de Liméns (Cangas). El día anterior a las 20.30 horas, el Grupo de Rescate e Investigación de Mamíferos Marinos (Gremmar) recibió un aviso de un barco congelador de las islas Malvinas de que una ballena se encontraba a la deriva en el canal sur de la entrada a la Ría de Vigo, entre las Estelas y el islote de Agüeiro. El fuerte viento del sur hizo que el mamífero marino acabara ayer O Morrazo, donde miembros de Protección Civil de Cangas y la tripulación del barco de Salvamar Mirach procedieron a retirarla mar adentro. Antón Folgar, del Gremmar, explicó que el animal presentaba un moratón en la zona genital que posiblemente se debiera a un golpe con una embarcación después de perecer de forma natural. Se calcula que llevaría fallecida 24 horas y que el ejemplar era joven, ya que este tipo de ballenas pueden alcanzar los 27 metros.

Siguiendo órdenes del Centro de Salvamento de Vigo, Salvamar Mirach enganchó la ballena y se la llevó mar adentro para dejarla a la deriva. A 20 millas de la costa y debido al fuerte mar, el cable rompió y el animal quedó a la deriva. Según el portavoz de Gremmar, lo habitual es que se abandonen con un radio transmisor para avisar a los barcos pesqueros de su presencia, pero ayer lo impidió el mal estado del mar. Fueron los buzos de Protección Civil de Cangas los que engancharon al animal mientras el viento dificultaba la operación. Finalmente, la lancha pudo alejarlo en medio de las quejas de otro grupo que se dedica al estudio de las ballenas, la Coordinadora para o Estudio dos Mamíferos Mariños (Cemmar).

El grupo pretendía realizar una necrosis en el muelle de Cangas para recoger muestras biológicas y realizar análisis genéticos y de contaminación de metales pesados. Sus portavoces insistían en que el traslado del animal para incinerarse en la planta de Sogarisa en Cerceda correría a cargo de Calidade Medio Ambiental y lo haría de forma gratuita. La ballena rorcual acostumbra a pasar por fuera de las Islas Cíes en su tránsito migratorio de sur de África hacia el hemisferio norte. Los expertos señalan que cada año acostumbra a aparecer una o dos ballenas varadas en la costa gallega.